La Iglesia: Un Pueblo de Dios en Camino

1. El Origen de la Iglesia

Dios desea la salvación y el conocimiento de la vida para todos los hombres. Su plan es salvarnos no individualmente, sino como un pueblo unido, una familia. El pecado rompió la comunión original con Dios y entre nosotros, por lo que Dios estableció una alianza de amor con Israel y luego una nueva alianza sellada con la sangre de Jesucristo, de la cual surge la Iglesia.

2. Jesús Forma la Iglesia

El nuevo pueblo de Dios es como un rebaño guiado por Jesús, el pastor, o como una viña donde Cristo, la vid, comunica su savia a los sarmientos. La Iglesia, que significa "convocación", es el lugar de encuentro con Cristo. Jesús inaugura una nueva forma de vida basada en el perdón, la caridad, el respeto y la alegría. La Iglesia nace de la Eucaristía, donde se hace presente el sacrificio de la Nueva Alianza. La comunidad reunida en torno a Cristo es la misma que se reúne en torno a la Eucaristía, presencia permanente de Cristo y su Misterio Pascual. Su oración propia es el Padrenuestro, que llama a los hombres a participar en la vida de Dios como una gran familia. La Iglesia fue preparada por Dios Padre, fundada por Jesucristo e impulsada por el Espíritu Santo.

3. Bienes Compartidos: La Palabra y los Sacramentos

El bien que comparte la comunidad cristiana es la salvación ganada por Cristo, que llega por dos cauces:

a) La Palabra de Dios

Jesús mandó a sus discípulos ser testigos y anunciar el Evangelio, prometiéndoles la asistencia del Espíritu Santo como garantía de fidelidad al mensaje.

b) Los Sacramentos

Jesús instituyó los sacramentos como medios por los cuales actúa y está presente en su Iglesia.

4. Un Estilo de Vida: El Mandamiento del Amor

El amor, como centro y fin de la existencia, distingue a los cristianos. Este amor se basa en la relación personal con Jesús, que transforma el corazón y se extiende a todos, incluso a los enemigos. Jesús enseñó: "Lo que hagáis con uno de estos pequeños, conmigo lo hacéis" y "si te abofetean en una mejilla, ponles la otra".

5. Un Pueblo que Camina en la Historia

San Pablo compara la Iglesia con un cuerpo, el Cuerpo de Cristo, donde todos los miembros están unidos entre sí y con su cabeza, Cristo. Es una comunidad viva que camina hacia Dios Padre, guiada por el Espíritu Santo.

6. Llamados a ser Santos

Todos los miembros de la Iglesia son convocados por Jesucristo y comparten la misma vocación: vivir como hijos de Dios y hacer presente el amor de Dios en el mundo siguiendo a Jesús. El bautismo transforma al cristiano en imagen del hombre nuevo, Jesús, y esto debe expresarse en toda su vida. Seguir a Jesús implica una relación personal con Él y formar parte de su Iglesia.

10. La Iglesia: Sacerdotes, Profetas y Reyes

La Iglesia es un pueblo de sacerdotes, profetas y reyes:

• Sacerdotes: Ofrecen su propia existencia para la gloria de Dios y la salvación del mundo.
• Profetas: Manifiestan la misma fe de Jesucristo.
• Reyes: Cristo nos ha liberado de la esclavitud del pecado.

11. Diversidad de Funciones en la Iglesia

Existen distintas funciones en la Iglesia:

a) Los Ministros Ordenados

Servidores de sus hermanos, han recibido el sacramento del Orden y son sucesores de los apóstoles. Hay tres grados: obispos (sucesores de los apóstoles), presbíteros y diáconos.

b) Los Fieles Laicos

La mayoría de los bautizados, viven en las ocupaciones ordinarias (familia, trabajo, etc.). La mayor parte son llamados al matrimonio y la formación de una familia.

c) Los Consagrados

Viven los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.

12. María, Madre de Dios

La divinidad y la humanidad constituyen una sola persona en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. María, al darle a luz, es la Madre de Dios. También es Madre de la Iglesia y de cada uno de sus miembros. Jesús, desde la cruz, nos la dio como Madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo... ahí tienes a tu madre". María nos engendra continuamente a la vida sobrenatural, intercede por nosotros ante Dios y nos concede las gracias necesarias para avanzar. Además, es la Inmaculada Concepción, concebida sin pecado original y siempre fiel a la voluntad de Dios.