El Ser Humano en la Filosofía Moderna y Contemporánea

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Modernidad e Ilustración

La Modernidad (siglo XVII) hereda del Renacimiento la confianza en las capacidades del ser humano para valerse por sí mismo; y la Ilustración (siglo XVIII), al acentuar la importancia de la razón, acaba emancipando al ser humano de Dios. Descartes (1596-1650) presenta una nueva forma de dualismo del ser humano: sustancia pensante (razón, yo, alma, espíritu) y sustancia material (cuerpo), que presenta el problema de explicar la relación entre esas dos realidades separadas. La concepción del ser humano irá adquiriendo caracteres materiales pues su dimensión natural o física tomará mayor importancia a costa de ir perdiendo dimensión espiritual. En esta nueva concepción han tenido mucho que ver los filósofos de la época moderna y toda la nueva concepción de la ciencia (revolución científica).

David Hume (1711-1776) pensaba que no podemos probar la existencia del yo, alma o espíritu, sino que era una mera idea, una creencia fruto de la costumbre. Solamente podemos estar seguros, argüía Hume, de aquello que percibimos a través de nuestros sentidos. Puesto que no tenemos ninguna experiencia sensorial del espíritu, no podemos afirmar que exista. Si lo piensas bien, te darás cuenta de que esta postura escéptica abre la puerta para una concepción puramente materialista del ser humano. Puesto que solamente podemos estar seguros de lo que percibimos, entonces el ser humano debe ser nada más que un cuerpo material, un cuerpo dotado de ciertas cualidades y con la capacidad de pensar y percibir. Nada justifica nuestra creencia en el alma, ni en Dios.

Hume y el empirismo inglés suponen una ruptura con la concepción dualista del ser humano que hasta ahora había predominado en la filosofía, presentando una visión monista según la cual en el ser humano hay un sólo principio constitutivo (materia); y las funciones de la mente y las emociones, emergen o brotan de esa base material.

Para Kant (1724-1804), en un contexto donde ya predomina la idea de que la razón, independizada de la fe cristiana, es la suprema guía del ser humano, éste es “libertad e independencia frente al mecanismo de la naturaleza entera”, libertad que consiste en someterse a leyes morales dictadas por su propia razón, y que fundamenta la dignidad humana, lo que implica que el ser humano es fin en sí mismo.

El Ser Humano en la Filosofía Contemporánea

¿Por qué hay guerras, violencia y demás maldades en el mundo? ¿Es el ser humano tan bueno y tan racional por naturaleza, como se ha afirmado en algunas ocasiones? ¿Cómo podemos responder ante la cuestión del mal en el mundo? La racionalidad fue el elemento fundamental en el que se confió para conseguir un mayor progreso humano, pero, ¿realmente ese progreso ha existido?

A partir del siglo XIX aparecen algunos filósofos que cuestionan esa supuesta racionalidad que mueve el mundo y en la que confiaban mucho los filósofos modernos ilustrados, pensando que tras ella se esconde otra realidad que se disfraza de racionalidad y que hay que tratar de desenmascarar. Surgen aquí los grandes maestros de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud.

Para Marx (1818-1883), la historia del hombre es la sucesión de distintos modos de producción económica, y el ser humano es lo que su trabajo, su forma de transformar la naturaleza, hace de él, un ser material, un homo oeconomicus. Si cambia la estructura económica o modo de producción cambia el ser humano y las relaciones sociales. Desde las contradicciones del capitalismo, un sistema explotador donde la riqueza es acumulada por una minoría y la mayoría social vive en subsistencia, surgirá una sociedad igualitaria (comunismo).

Para Nietzsche (1844-1900) rechaza el dualismo platónico y del cristianismo por considerar que es una falsedad. Para este autor el ser humano es “voluntad de poder” o conjunto de fuerzas, deseos, instintos e impulsos que buscan crecer y manifestarse, llevándole a desarrollar todo su potencial (posibilidades). El hombre debe dar paso al superhombre o superhumanidad, un ser humano desprovisto de Dios que asume el reto de la libertad absoluta para hacerse a sí mismo al margen de toda creencia espiritual o sanción divina, aceptando todo lo que el ser humano es (razón/pasión, claridad/oscuridad, amor/odio).

Nietzsche rechaza la moral judeo-cristiana que establece una distinción entre el mal (ambición, placer, alegría, orgullo, poder, envidia) y el bien (resignación, obediencia, sacrificio, renuncia, piedad…) porque considera que es antinatural al despreciar parte de lo que el ser humano es, proponiendo una moral “más allá del bien y del mal”, uniendo bien y mal porque todo es necesario y forma parte de la existencia humana. El superhombre, que nace desde la muerte de Dios, es el que acepta todo lo que fortalece su voluntad de poder (alcanzar la cima) y rechaza aquello que la debilita.

El psiquiatra austríaco Sigmund Freud (1856-1939) abrió una nueva dimensión, desconocida hasta entonces, en la comprensión del ser humano al introducir la noción de inconsciente como contenido mental del que no somos conscientes pero que, pese a ello, afecta profundamente a nuestra vida, a nuestra conducta. El viejo problema filosófico del dualismo (cuerpo/alma) se presenta en la edad contemporánea como el problema mente/cuerpo. En Freud la vida mental tiene distintas dimensiones o niveles de conciencia y es concebida como un campo de batalla entre distintas fuerzas donde aparecen el “ello” (instintos innatos de placer/eros/vida y thánatos/muerte/agresividad, “quiero eso”), el “superyó” (la cultura y sus normas, conciencia moral, “no debo hacer eso”), y el “yo” o conciencia que regula la conducta mediando entre los anteriores (“a ver cómo lo arreglo”).

Con la noción de inconsciente, Freud produjo una ruptura con la visión plana, racional, luminosa y hasta cierto punto ingenua que predominaba en la época acerca del ser humano. Para Freud, el inconsciente, además, está poblado de fuerzas instintivas, de impulsos atávicos y primitivos que son una amenaza para el entramado social y para el frágil ego del ser humano, por eso deben ser reprimidos. Así, la represión de nuestros instintos, según Freud, nos libra, al menos aparentemente, de nuestra animalidad... hasta que los instintos buscan otra manera de expresarse, manifestarse. Aparecen, así, las neurosis o trastornos del carácter. El psicoanálisis. Freud analiza al ser humano desde esta visión teórica profundamente turbadora: por debajo de nuestra aparente racionalidad, late la presencia de oscuras y amenazadoras fuerzas. ¿Puede el hombre ser feliz? Según Freud, a lo máximo a lo que puede aspirar es... a no ser desgraciado, a no sufrir, a adaptarse a la vida social, a las normas de la cultura.

Frases de Filosofía

Descartes (siglo XVI - XVII)

“Je pense, donc je suis” → “Pienso luego existo” = nosotros, los seres pensantes, existimos. Puede que como pensadores estemos en una ilusión o que vivamos en Matrix, pero lo que es absolutamente real es que estamos pensando en este preciso instante.

Sócrates (siglo V a.C.)

“Connais-toi toi-même” → “Conócete a ti mismo” = En esencia, se refiere a la relevancia personal del conocimiento de uno mismo para el ser humano y constituye, en el fondo, un acto de sabiduría.

Kant (siglo XVIII)

“Il faut apprendre à philosopher et non pas la philosophie” → “No se puede aprender filosofía, tan solo aprender a filosofar” = Esta cita se utiliza para afirmar que esta materia no consiste en aprender una serie de hechos y contenidos eruditos, sino en ejercitar la capacidad de reflexión.

Kant (siglo XVIII)

“Que puis-je connaître? - Que dois-je faire?...” → “¿Qué puedo conocer? ¿Qué debo hacer? ¿Qué cabe esperar?” = En cuanto a la razón teórica, qué puedo saber, es decir, que habla de los límites del conocimiento. El entendimiento posee conceptos puros, categorías que a su vez rigen los conceptos empíricos. En cuanto a la razón práctica, qué debo hacer, habla de cuestiones éticas, propone dos imperativos categóricos y la acción moral como si se tratara de una ley universal. En cuanto a la razón práctica, responde a la pregunta "qué puedo esperar", trata de cuestiones religiosas. Nos dice que la religión debe ser racional y compatible con la ética, con su ética autónoma.

Platón (siglo V-IV a.C.)

«L'homme est la mesure de toute chose» → “El hombre es la medida de todas las cosas”. = Es un principio filosófico según el cual el ser humano es la norma de lo que es verdadero para sí mismo, lo que implicaría también que la verdad es relativa a cada individuo.

Aristóteles (siglo IV a.C.)

“L'homme est un animal politique” → “El hombre es un animal político” = Esto significa que el hombre se distingue de los animales, entre otras cosas, porque vive en sociedades políticamente organizadas, en cuyos asuntos públicos participa en mayor o menor medida, con el fin de realizar el bien común: la felicidad de los ciudadanos.

Marx (siglo XIX)

“Les philosophes n'ont fait qu'interpréter diversement le monde, ce qui importe, c'est de le transformer” → “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.” = Los filósofos deben entonces tomar conciencia de la necesidad de transformar el mundo. Pero la conciencia, sobre todo en los fenómenos sociales, no puede separarse del sentimiento. El filósofo debe, por tanto, no sólo tomar conciencia de la necesidad de transformar el mundo, sino también sentir esa necesidad.

Hobbes (siglo XVII)

“L’homme est un loup pour l’homme” → “El hombre es un lobo para el hombre” = Lo utiliza para referirse al hecho de que el estado natural del hombre lo lleva a una lucha continua contra su prójimo.

Sartre (siglo XX)

“L’homme est condamné à être libre” → “El hombre está condenado a ser libre” = Esto significa que la libertad es inherente a la condición humana y que, por lo tanto, el hombre es absolutamente responsable del uso que hace de ella.

Spinoza (siglo XVII)

“La même chose peut être à la fois bonne, mauvaise et indifférente, par exemple, la musique est bonne pour les mélancoliques, mauvaise pour…” → “Una misma cosa puede ser al mismo tiempo buena, mala e indiferente. Por ejemplo, la música es buena para la melancolía, mala para los que están de luto, y ni buena ni mala para el sordo.” = Utiliza esta frase para explicar el bien y el mal. Una cosa, considerada en sí misma, no es ni buena ni mala; sólo lo es en relación con otra, según le sea útil o no para realizar algo que ama. Así, una misma cosa puede decirse, al mismo tiempo, buena o mala en un sentido diferente.

Maquiavelo (siglo XV - XVI)

“La fin justifie le moyens” → “El fin justifica los medios” = expresa que cuando el fin o la causa es importante, cualquier medio utilizado para alcanzarlo es válido.

Aristóteles (siglo IV a.C.)

“Le bonheur est un fin en soi” → “La felicidad es un fin en sí misma” = La felicidad es un objetivo final que abarca la totalidad de la vida. No es algo que se pueda ganar o perder en unas pocas horas, como las sensaciones agradables. Se trata más bien del valor último de tu vida, que mide hasta qué punto has explotado todo tu potencial como ser humano.

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