Historia de Roma: Desde Rómulo hasta Augusto y la Eneida de Virgilio
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Fundada la ciudad, a la cual llamó Roma a partir de su nombre, hizo lo siguiente aproximadamente: Acogió a multitud de vecinos en la ciudad; eligió a cien de entre los mayores, con cuyo consejo haría todo, a los cuales llamó senadores a causa de su edad avanzada. Entonces, dado que él y su pueblo no tenían mujeres, invitó a las naciones vecinas a la ciudad de Roma a un espectáculo de juegos, y raptó a sus vírgenes.
Después, fue nombrado rey Numa Pompilio, el cual ciertamente no hizo guerra alguna, pero no fue menos útil que Rómulo a la nación. Pues instituyó las leyes y tradiciones para los romanos, los cuales eran ya considerados ladrones y semisalvajes por su costumbre de combatir, y dividió el año, anteriormente caótico sin cálculo alguno, en diez meses y fundó las infinitas ceremonias y templos de Roma. Falleció de enfermedad en el año 43 de su mandato.
Tulo Hostilio sucedió a este. Este reanudó las guerras. Venció a los albanos, los cuales están a doce millas de la ciudad de Roma. Superó en la guerra a los veyentes y a los fidenates, de los cuales unos están a seis millas de la ciudad de Roma, los otros a dieciocho. Amplió la ciudad, añadiendo el monte Celio. Cuando había reinado 32 años, golpeado por un rayo, ardió junto con su casa.
Después de este, Anco Marcio, nieto de Numa por parte de su hija, tomó el poder. Luchó contra los latinos; añadió el monte Aventino y el Janículo a la ciudad; fundó una ciudad junto a la desembocadura del Tíber, a orillas del mar, a dieciséis millas de la ciudad de Roma. Falleció de enfermedad en el año veinticuatro de su mandato.
Después Tarquinio Prisco recibió el trono. Este duplicó el número de senadores; edificó el circo de Roma; fundó los juegos romanos, que perduran hasta nuestro tiempo. Este mismo venció también a los sabinos y unió no pocos campos, quitados a los mismos, al territorio de la ciudad de Roma y fue el primero en entrar a la ciudad celebrando un triunfo. Hizo las murallas y las cloacas; empezó el Capitolio. Fue asesinado en el año treinta y ocho de su mandato por los hijos de Anco, este rey a quien él mismo había sucedido.
Después de este, Servio Tulio, nacido de una mujer noble, pero cautiva y esclava, tomó el poder. Este también sometió a los sabinos; añadió a la ciudad tres montes: el Quirinal, el Viminal, el Esquilino. Construyó fosas alrededor de la muralla y fue el primero en ordenar un censo, lo cual hasta entonces era desconocido en el orbe de las tierras. Fue asesinado en un atentado de su yerno Tarquinio el Soberbio, hijo de este rey a quien él mismo había sucedido, y de su hija, a la que Tarquinio tenía como esposa.
T. Quincio fue enviado como dictador contra los galos, los cuales habían venido a Italia. Estos se habían instalado al otro lado del río Anién, a cuatro millas de la ciudad. Allí L. Manlio, nobilísimo joven del estamento senatorial, avanzando, mató a un galo que le retaba a combate singular, y quitado y puesto en su cuello el *torques* de oro del galo, recibió el sobrenombre de Torcuato para sí y sus descendientes para siempre.
Siendo cónsules L. Manlio Vulsón y M. Atilio Régulo, la guerra fue llevada a África. Se luchó contra Amílcar, caudillo de los cartagineses, en el mar, y fue vencido. Pues perdidas 64 naves, se retiró a su base. Los romanos perdieron veintidós. Pero, tras cruzar a África, tomaron en primer lugar Clipea, ciudad de África, en rendición. Los cónsules avanzaron hasta Cartago y, arrasados muchos castillos, Manlio regresó vencedor a Roma y condujo de vuelta a 27.000 prisioneros. Atilio Régulo se quedó en África. Este preparó una batalla contra los cartagineses. Luchando contra tres caudillos de los cartagineses, fue vencedor; mató a dieciocho mil enemigos;
capturó a cinco mil, junto con dieciocho elefantes; tomó setenta y cuatro ciudades en vasallaje. Entonces los cartagineses, vencidos, pidieron la paz a los romanos.
En el décimo año después de que Aníbal viniese a Italia, siendo cónsules P. Sulpicio y Cn. Fulvio, Aníbal se acercó a cuatro millas de la ciudad, sus jinetes hasta la puerta. Después, Aníbal se retiró a Campania por miedo a los cónsules, que venían con un ejército. En Hispania, ambos Escipiones, que habían sido victoriosos muchos años, son muertos por su hermano Asdrúbal; sin embargo, el ejército permaneció intacto.
Entretanto, es enviado a las Hispanias, donde, muertos los dos Escipiones, no había ningún caudillo romano, P. Cornelio Escipión, hijo de P. Escipión, quien había hecho la guerra allí mismo, de 24 años de edad, posiblemente el mejor guerrero de todos los romanos, en su época y en tiempos posteriores. Este captura la Cartago de Hispania, en la cual los africanos tenían todo el oro, la plata y el equipo de guerra; también rehenes de la más alta nobleza, a los que habían capturado de entre los hispanos. Captura también allí mismo a Magón, hermano de Aníbal, a quien envía a Roma con los demás. En Roma hubo gran alegría después de esta.
Por esas mismas fechas, Metelo hizo hazañas destacables en Celtiberia entre los hispanos. Q. Pompeyo sucedió a este. Y no mucho después, también Q. Cepión fue enviado a esta misma guerra que un tal Viriato hacía contra los romanos en Lusitania. Por este miedo, Viriato fue asesinado por los suyos después de haber levantado a las Hispanias contra los romanos durante catorce años.
Primero fue pastor, después jefe de ladrones, finalmente incitó a tantos pueblos a la guerra, que era considerado el defensor de Hispania contra los romanos. Y cuando sus asesinos pidieron una recompensa al cónsul Cepión, se les respondió que nunca había gustado a los romanos que los generales fuesen asesinados por sus soldados.
Mientras se llevan a cabo estas cosas, los piratas infestaban todos los mares, de tal manera que solamente la navegación no era segura para los romanos, vencedores en todo el mundo. Por ello, esta guerra le fue asignada a Pompeyo. La terminó en pocos meses con gran éxito y rapidez.
Después también le fue asignada la guerra contra el rey Mitrídates y Tigranes. Asumida esta, venció a Mitrídates en Armenia menor en un combate nocturno, destruyó su campamento, mató a cuarenta mil soldados suyos, perdió solamente a veinte de su ejército y a dos centuriones. Mitrídates huyó con su esposa y dos cortesanos.
Resueltas las guerras civiles en todo el orbe, César regresó a Roma. Comenzó a actuar con excesiva arrogancia y contra la costumbre de la libertad romana. Por tanto, repartía cargos conforme a su voluntad, y hacía otras cosas propias de un rey y casi de un tirano, hubo una conjuración contra él por parte de sesenta o más senadores y caballeros romanos.
Por tanto, César, cuando llegó a la curia en día de senado entremezclado con los demás senadores, fue apuñalado veintitrés veces.
Así, terminadas las guerras en todo el mundo, Octaviano Augusto regresó a Roma doce años después de haber sido. A partir de entonces gobernó el Estado en solitario durante cuarenta y cuatro años. Antes, ciertamente, la había gobernado doce años junto con Antonio y Lépido. Por tanto, desde el inicio hasta el final de su principado transcurrieron cincuenta y seis años. Falleció a los setenta y cinco años de muerte natural en Atela, ciudad de Campania. Fue sepultado en Roma en el campo de Marte, hombre que fue considerado, no sin merecimiento, similar a un dios en la mayoría de sus facetas.
La Eneida de Virgilio
La *Eneida* es un poema épico en hexámetros que iba a eclipsar todas las obras épicas precedentes de escritores romanos e iba a fijar las características del género para los escritores épicos posteriores. En este poema se ensalza el origen y crecimiento del poder romano. Ciertamente, en los años en que Virgilio comienza a escribir la *Eneida*, Roma vive momentos de gloria que pudieron inspirar al poeta. Al parecer, el deseo de Mecenas y del círculo de intelectuales próximo a Augusto era que el poema se hubiera centrado en la figura del propio emperador, pero Virgilio prefirió unir los destinos de Roma y de Augusto mediante la glorificación de los orígenes míticos de la ciudad. Para ello se sirve de la leyenda de Eneas, padre mítico de Roma y, al mismo tiempo, antepasado divino de Augusto. El tema central del poema es, pues, la leyenda de Eneas, el héroe troyano que sobrevivió por mandato de los dioses a la destrucción de Troya y, tras un largo viaje, fundó un asentamiento troyano en Italia.
La intencionalidad política de la *Eneida* es evidente ya en la elección del tema, escogiendo la leyenda de Eneas como fundador de Roma. Por otra parte, se hacía descender la *gens Iulia*, a la que Augusto pertenecía, de Iulo, el hijo de Eneas, a su vez hijo de la diosa Venus. Virgilio presentaba así el régimen de Augusto como resultado natural del glorioso pasado de la civilización grecorromana y de la voluntad de los dioses. Como obra literaria, la *Eneida* es un poema de extraordinaria complejidad. Sin duda, Virgilio se inspiró en los poemas homéricos. Virgilio logra unir en el poema el presente y el pasado, la historia y la leyenda, con gran habilidad. Virgilio aprovecha el recurso épico a la descripción de las armas, tomado directamente de Homero, para realizar una descripción de la historia de Roma que culmina con la victoria de Accio y el triunfo de Octavio Augusto. La *Ilíada* y la *Odisea* le sugirieron la estructuración del poema en dos partes: los seis primeros libros, en los que se narra la peregrinación de Eneas desde la destrucción de Troya hasta su llegada a Italia, recogen el modelo de la *Odisea*; los otros seis, que recogen las alternativas en la lucha por la conquista de Italia, recuerdan a la *Ilíada*. A la influencia homérica se debe también la presencia de los dioses y sus interferencias en la vida humana. Por otra parte, Virgilio se mantiene en la *Eneida* fiel al concepto romano de épica: es un poema nacionalista, en el que no sólo Roma, sino también Italia, son protagonistas de los acontecimientos. Junto a la maquinaria mitológica, tomada del mundo homérico, aparecen en el poema, tratadas con gran respeto.
Es un poema que enaltece los sentimientos de *pietas* (virtud) y religión, rasgos característicos de la antigua Roma que Augusto intentaba restaurar.
Eneas, ejemplo de *pietas*, se nos presenta guiado paso a paso por la voluntad de los dioses en su tarea de establecer los "Penates" (dioses protectores de la ciudad) troyanos en Italia. El poema comienza cuando Eneas y sus compañeros llevan ya algunos años vagando en busca de la tierra donde, según el mandato de los dioses, han de fundar una nueva ciudad. Eneas, con los Penates de la destruida Troya, su padre Anquises y su hijo Ascanio vaga, asistido por su madre Venus, durante mucho tiempo por el mar, cuando una tempestad los arroja a las costas de África. Allí se está levantando Cartago, la futura rival de Roma. Recibido hospitalariamente por la reina Dido, Eneas hace un relato de la destrucción de Troya y de los acontecimientos posteriores. Narra a continuación Virgilio los amores de Eneas y Dido, que se ven obstaculizados por Júpiter, quien recuerda a Eneas la misión encomendada por los "hados"; Eneas parte y Dido se quita la vida. Estos episodios ocupan los primeros cuatro libros y destacan de entre ellos la destrucción de Troya, narrada con tono verdaderamente épico en el libro II, y los amores de Dido y Eneas, que ocupan todo el libro IV, de un gran valor dramático y centrado en torno a la figura de Dido, uno de los personajes más logrados del poema. La primera parte del poema termina con el descenso de Eneas al infierno, narrado en el libro VI; allí contempla los espíritus de personas desaparecidas y recibe de su padre Anquises una visión profética sobre sus descendientes. Es este un libro de una gran belleza formal y dotado, al mismo tiempo, de un importante contenido ideológico y filosófico; en él se exponen las ideas de Virgilio, tomadas del Neoplatonismo, acerca de la vida de ultratumba y de la reencarnación.