Historia de la Hispania Romana: De la Conquista a la Cristianización

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Hispania Romana: Conquista, Romanización y Cristianización

1. La Conquista Romana de Hispania

La presencia romana en la Península Ibérica se inicia en el año 218 a. C., en el contexto de la Segunda Guerra Púnica, un conflicto entre Roma y Cartago por el dominio del Mediterráneo. La toma de Sagunto, ciudad aliada de Roma, por los cartagineses en el 219 a.C., desencadenó la intervención romana. Un ejército romano, liderado por Publio Cornelio Escipión, desembarcó en la península. En el 209 a.C., Roma conquistó Cartago Nova y, tras derrotar a los cartagineses en Gadir en el 206 a. C., los expulsó de la península.

La Península Ibérica, que servía como vía de suministro para el ejército cartaginés de Aníbal en Italia, se convirtió en objetivo de conquista para Roma. La conquista romana se extendió inicialmente por la costa mediterránea, el valle del Guadalquivir y el valle del Ebro.

La conquista total de la península se prolongó desde el 218 a.C. hasta el 19 a. C., culminando con las guerras cántabras en el 29 a. C. Durante este periodo, los romanos enfrentaron la resistencia de lusitanos, liderados por Viriato, y celtíberos.

Destaca la caída de Numancia en el 133 a.C., tras un prolongado asedio que culminó con el suicidio de muchos de sus habitantes.

2. Organización Territorial y Administrativa

Inicialmente, el territorio se dividió en dos provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior. En el 27 a. C., Augusto reorganizó la administración, dividiendo la Hispania Ulterior en Lusitania y Bética, y renombrando la Citerior como Tarraconense. A principios del siglo III, Hispania quedó definitivamente constituida por siete provincias.

3. Economía de la Hispania Romana

La dominación romana impulsó un notable desarrollo económico en Hispania, gracias a la racionalización y a las mejoras técnicas en la agricultura y la minería.

  • Agricultura: Se basaba en la tríada mediterránea (trigo, vid y olivo). Los romanos introdujeron innovaciones como el uso de animales de tiro, el barbecho y el regadío. La forma de explotación predominante era la villa. La pesca también fue una actividad destacada.
  • Minería: Las actividades mineras fueron cruciales en la Península. La mayoría de las grandes explotaciones eran propiedad del Estado romano.

La economía romana en Hispania, al igual que en el resto del Imperio, se sustentaba en la mano de obra esclava y en los intercambios comerciales entre las diferentes regiones.

4. La Romanización de Hispania

La romanización fue el proceso gradual de asimilación de la cultura romana por parte de los habitantes de Hispania. Este proceso implicó la adopción de las formas de vida romanas y el abandono de las tradiciones locales, buscando la unidad en todo el territorio. Los habitantes de la península aspiraban a obtener el título de "ciudadano romano".

Factores clave de la romanización:

  • La vida urbana, las vías de comunicación y el comercio.
  • El contacto con el ejército romano.

5. La Cristianización de Hispania

La cristianización es el proceso por el cual el mundo romano, incluida Hispania, abandonó la religión tradicional y adoptó el cristianismo.

Hitos importantes en el desarrollo del cristianismo:

  • 313 d.C.: El emperador Constantino promulgó el Edicto de Milán, declarando la libertad de cultos en el Imperio Romano.
  • 380 d.C.: Teodosio convirtió el cristianismo en la religión oficial del Estado.

Desde el siglo III, las religiones tradicionales perdieron influencia, mientras que el cristianismo, al ofrecer respuestas a las inquietudes de la época, ganó adeptos y contribuyó a la estabilidad política.

Pagus, que significa "campo" o "aldea", dio origen a la palabra "pagano", utilizada para referirse a los no cristianos.

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