Historia de las Guerras Romanas en África y España

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La guerra en África

9. La guerra fue trasladada a África siendo los cónsules L. Manlio Vulsone y M. Atilio Regulo. Fue luchada en el mar contra Aníbal, caudillo de los cartagineses, y vencido. Pues se retiró hacia atrás con sesenta y cuatro naves perdidas. Los romanos perdieron veintidós. Pero cuando hubieran pasado a África, recibieron en rendición la primera ciudad africana, Aipea. Los cónsules llegaron sin interrupción hasta Cartago y tras devastar muchos castillos, Manlio regresó victorioso a Roma y trajo veintisiete mil prisioneros. Atilio Regulo permaneció en África. Él dispuso las tropas contra los africanos. Lucharon contra tres generales cartagineses y fue victorioso, mató a dieciocho mil enemigos, hizo a cinco mil junto con dieciocho elefantes, recibió a sesenta y cuatro ciudades en alianza. Entonces los cartagineses, vencidos, pidieron la paz a los romanos.

La guerra en España

10. Entonces P. Cornelio Supión partió hacia Hispania con el ejército, Ti, Sempronio hacia Sicilia. La guerra fue declarada a los cartagineses. Dejado el hermano Asdrúbal hacía Hispania y Aníbal cruzó los Pirineos. Abrió para así los Alpes, inaccesibles hasta ahora por esa parte. Se dice que fueron conducidos hacia Italia ocho mil soldados de infantería y treinta elefantes. Mientras muchos ligures y galios se unieron a Aníbal. Conocida la llegada de Aníbal a Italia, Sempronio Graco trasladó al ejército Arimino del otro lado de Sicilia.

La victoria de Aníbal en Italia

11. P. Cornelius Supión se opuso el primero a Aníbal. Establecida la batalla, ahuyentados los suyos, el mismo regresó herido al campamento. Sempronio Graco y el mismo luchó junto al río Trebia. Este fue también vencido. Muchos en Italia se entregaron a Aníbal. Por esto Aníbal que venía hacia Tusca se enfrentó al cónsul Flaminio, mató al propio Flaminio; veinticinco mil de los romanos fueron abatidos. El resto huyeron.

La retirada de Aníbal

12. En el décimo año después de que Aníbal había venido a Italia, siendo cónsules P. Sulpecio y Cn Fluvio, Aníbal accedió hasta el cuarto millas de la ciudad, sus soldados de caballería hasta la puerta. Después Aníbal por miedo a la llegada de los cónsules con el ejército se retira hacia Campania. En Hispania los Escepciones, que durante muchos años fueron victoriosos, son matados al mismo tiempo por su hermano Asdrubal, el ejército sin embargo permaneció intacto. Sin embargo estaba más decepcionados por la caída que por el esfuerzo.

La conquista de Hispania

13. Mientras P. Cornelio Supión fue enviado hacia las Hispanias, donde muertos los dos Sapiones no había ningún caudillo de los romanos. P. Cornelio S., hijo de P. Scipion, el cual había llevado a cabo la guerra allí mismo, con 24 años, casi el hombre más importante de todos los romanos no solo de su época sino también del tiempo posterior. Este capturó Cartago de Hispania en la cual tenían todo el oro, la plata y los instrumentos de guerra los Afros, también los novilísimos rehenes de guerra, que habían tomado de Hispania. También capturó en el mismo lugar a Magon, hermano de Aníbal, al cual envió a Roma con los otros. Hubo una gran alegría para Roma después de esta noticia, Sapion devolvió a los padres a los rehenes de los hispanos. Por lo cual casi todos de Hispania se pasaron a él con un sentimiento. Después de lo malo, vencido Asdrubal, hermano de Aníbal, lo ahuyentó y capturó el mayor botín.

Conclusión de las guerras romanas

15. Así acabas las guerras por toda la Tierra Octavio Augusto volvió a Roma en el año doce, en la cual había sido consul. Después de esto mantuvo la República por cuarenta y cuatro años. En efecto antes la había tenido con Antonio y Lépida durante dos años. Así desde el inicio de la hegemonía de esta hasta el final fueron cincuenta y seis años. Este murió a los setenta y seis años de muerte como en la ciudad de Campaniae Atella. Fue sepultado en el campo Marcio de Roma, hombre que no sin mérito fue considerado parecido a un Dios por la mayoría. En efecto ninguno fue más feliz en las guerras ni más prudente en la paz.

16. Pero Tiberio gobernó el imperio con gran desidia, severa crueldad, gran avaricia, con vergonzosa lujuria. Pues nunca luchó el mismo, llevó a cabo las guerras por medio de sus embajadores. Nunca dejó escapar junto a él a los reyes llamados por medio de halagos, entre los cuales Anchuelo Capadocio, cuyo reino también devolvió en forma de renuncia y ordenó llamar a la ciudad municipal con su nombre; la cual ahora se llamaba Cesarea, habiéndose llamado antes Marraca. Este murió en el año veintitrés del Imperio, con setenta y ocho años de edad y con la gran gloria de todos.

17. Mientras esto sucede, los piratas devastaban todos mares de tal manera que para los romanos, victoriosos en el mundo entero solo la navegación no era seguro. Por lo cual esta guerra fue asignada a Guineo Pompeyo. Terminó esta en pocos meses con enorme suerte y rapidez. Luego en la guerra contra el rey Mitridates y Triganes también le fue confiada. Asumida esta, venció a Mithriadates en Armenia menor en una batalla nocturna, saqueo al campamento, mató a cuarenta mil de este y perdió solo vente de su ejército y dos centuriones. Mithriadates huyó con su esposa y dos compañeros.

Conspiraciones y traiciones en Roma

18. Durante el Consulado del Orador Marco Tulio Cicerón y Gayo Antonio, en el año 684 desde la fundación de la ciudad, Lucio Sersto Catilina, hombre de noble linaje, pero de índole muy malvada, conspiró para destruir la patria con algunos hombres sin duda ilustres, pero audaces. Fue expulsado de la ciudad por Cicerón. Sus aliados, fueron detenidos y estrangulados el la cárcel. El propio Catilina fue vencido en el combate y matado por Antonio, el otro cónsul.

19. Desde ahí César, terminadas las guerras civiles en todo el mundo, regresó a Roma. Empezó a actuar de una manera más insolente y contra el costumbre de la libertad romana. Concediendo también a su voluntad los cargos, que antes eran otorgados por el pueblo y no levantándose ante el senado, que venía junto a él, y haciendo otras acciones regias y casi tiránicas. Se conspiró contra por 60 o mas senadores y caballeros romanos. Los principales entre los conjurados fueron os dos Brutos de aquel linaje de Bruto, que había sido el primer cónsul de Roma y había expulsado a los reyes el C. Casio y Servilio.

Los primeros reyes de Roma

4. Tulo Hostio sucedió a este. Este preparó guerras, venció a los albanos, los cuales estaban en el duodécimo miliario de la ciudad de Roma, de los cuales unos están situados a seis millas y otros a dieciocho de la ciudad de Roma derrotó en la guerra a Veientes y Fidinates, amplió la ciudad, añadiendo el monte Caelio. Al haber reinado treinta y dos años, herido por un rayo, ardió con su casa.

5. Después de este Anco Marcio, nieto de Numa por parte de la hija, tomó poder. Luchó contra los latinos, añadió el monte Aventino y Janículo a la ciudad, junto a la entrada del Tíber fundó una ciudad encima del mar en el sexto decimotercer milenio de la ciudad de Roma. Murió por enfermedad en el vigésimo cuarto año de su mandato.

6. Luego tomó el poder Prisco Tarquinio. Este duplicó el número de senadores, construyó el circo de Roma, instituyó los juegos romanos, que permanecen en nuestra memoria. El mismo venció también a los sabinos y suprimido en el campo lo unió al territorio de la ciudad de Roma, entró el primero triunfante en la ciudad. Hizo murallas y cloacas, comenzó el capitolio. Fue asesinado por los hijos de Anco en el trigésimo octavo año de su reinado, su rey, a quién él mismo había sucedido.

7. Después de esto, Servio Tulio al poder, engendrado de una mujer noble, sin embargo cautiva y esclava. Este también sometió a los sabinos, añadió tres montes a la ciudad, Quirinal, Viminal, Esquilino construyó fosas alrededor de los muros. Ordenó el primero de todos el censo, el cuál era desconocido hasta ahora por la superficie de las tierras. Bajo este Roma, comunicados todos en el censo, Roma tenía 83000 mil cabezas de los ciudadanos de Roma, los cuales estaban en el campo. Fue asesinado por su yerno Tarquinio el Soberbio, hijo de aquel rey, al cual el mismo había sucedido, y de su hija, la cual tenía como esposa.

8. El dictador T. Quinto fue enviado contra los galos, los cuales habían venido a Italia. Estos se habían establecido en el cuarto milenio de la ciudad al otro lado del río Anio. Allí L. Manlio un joven noble de los senadores avanzado mató a un galo que lo provocó a un único combate, y quitado el collar de oro y colocado en el cuello, a perpetuidad recibió el sobrenombre de Tarcuato no solo para sí, sino también para sus descendientes. Los galos fueron ahuyentados, y luego también vencidos por C. Sulpicio un dictador. No mucho después fueron vencidos por C. Marco y ocho mil de estos prisioneros fueron conducidos en triunfo.

Habeas corpus: derecho del detenido a ser oído por un juez.

Habent sua fata libelli: a los libros les ocurren también peripecias

hic et nunc: aquí y ahora

Homo homini lupus: el hombre es un lobo para el hombre; el hombre se comporta con sus semejantes como una verdadera fiera y no como un hombre.

Homo sapiens: hombre que sabe

Horror vacui: horror al vacío. Se emplea, en el campo del arte, para referirse a la tendencia a llenar todos los espacios de elementos decorativos.

Ibidem: allí mismo; en el mismo lugar

Idem: lo mismo

Id est: esto es; es decir

imprimatur/imprimi potest: imprímase. Licencia eclesiástica para la publicación de un escrito

In absentia: en ausencia

In aeternum: para siempre jamás

In albis: en blanco; sin nada; Se dice de la persona ignorante de alguna cosa

In articulo mortis: en el momento de morir.

In dubio pro reo: en caso de duda, a favor del reo. Se refiere que al no haber pruebas contra el acusado no debe de ser condenado.

In extremis: en los últimos momentos de la vida

In medio virtus: en el medio está la virtud

In memoriam: en memoria; para recuerdo; en recuerdo de. Palabras que suelen esculpirse sobre las tumbas.

In mente: en la mente

In pectore: en el pecho; en el corazón

In saecula saeculorum: por los siglos de los siglos. Se usa para indicar la larga duración de una cosa y se utiliza como final en muchas oraciones de la Iglesia

In situ: en el mismo sitio,en el sitio. Expresión empleada especialmente en mineralogía.

Intelligentibus pauca: al inteligente pocas cosas; al buen entendedor, pocas palabras bastan. El inteligente necesita pocas explicaciones para entender una determinada situación. El inteligente necesita pocas explicaciones para entender una determinada situación.

In vino veritas: en el vino está la verdad; un borracho no miente.

In vitro: 'en vidrio'; en el laboratorio: referente a experimentos de laboratorio; hecho en un tubo de ensayo y no sobre el propio organismo vivo - cuando se hace en el organismo vivo, se habla de experimentación in vivo

Inter nos: entre nosotros; en confianza

Interim: Adverbio de tiempo que significa ‘entretanto’, hoy en día es mucho más frecuente su empleo como sustantivo

Ipso facto: en el acto; por el mismo hecho; inmediatamente

Lapsus calami: error de pluma; error cometido al escribir

Manu militari: por la fuerza. Locución empleada sobre todo en el lenguaje jurídico

Mare magnum: confusión de asuntos; abundancia, multitud de cosas desordenadas

Mea culpa: por mi culpa: reconocimiento de una falta

Memento mori: recuerda que has de morir

Memorandum: memorando; lo que debe ser recordado. Librito en el que se apuntan las cosas de las que uno tiene que acordarse. Objeto que auxilia la memoria.

Mens sana in corpore sano: mente sana en cuerpo sano. Expresa la relación ideal entre alma y cuerpo.

Modus vivendi: modo de vivir.

Mortis causa: a causa de muerte.

Motu proprio: por propia voluntad.

Mutatis mutandis: cambiando lo que haya que cambiar.

In fraganti: coger a alguien en el momento que está cometiendo el delito

In illo tempore: en aquellos tiempos; entonces; en aquella época; por entonces

In itinere: en el camino

Lapsus linguae: error de lengua; error cometido al hablar

Lato sensu: en sentido amplio; en sentido lato

Magister dixit: lo dijo el maestro. Se dice de un argumento que no admite réplica: argumento de autoridad.

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