Historia Geológica de la Península Ibérica: Eras y Transformaciones
Enviado por Chuletator online y clasificado en Geografía
Escrito el en español con un tamaño de 4,83 KB
La Evolución Geológica Peninsular
Era Arcaica o Precámbrico (4000-600 millones de años)
Durante esta era, emergió del mar una banda montañosa arqueada de NO-ES, formada por pizarras y neis. Esta banda comprendía casi toda la actual Galicia. También surgieron elevaciones en puntos aislados del Sistema Central y de los Montes de Toledo. Este macizo precámbrico fue arrasado por la erosión y cubierto casi en su totalidad por los mares paleozoicos.
Era Primaria o Paleozoico (600-225 millones de años)
En esta era tuvo lugar la orogénesis herciniana. De los mares que cubrían la mayoría de la península surgieron las cordilleras hercinianas, formadas por materiales silíceos como granito, pizarra y cuarcita. Al oeste se elevó el Macizo Hespérico, arrasado por la erosión durante la misma era primaria y convertido en zócalo o meseta inclinada hacia el Mediterráneo. Al noreste aparecieron los macizos de Aquitania, Catalano-Balear y del Ebro, y al sureste, el Macizo Bético-Rifeño. Todos ellos fueron también arrasados por la erosión y convertidos en zócalos.
Era Secundaria o Mesozoico (225-68 millones de años)
Fue un periodo de calma en el que predominaron la erosión y la sedimentación. La erosión continuó desgastando los relieves hercinianos. La sedimentación depositó materiales, como calizas, en las zonas cubiertas por el mar. En el borde oriental de la Meseta, inclinado hacia el Mediterráneo, las transgresiones marinas depositaron una cobertura no muy potente de sedimentos. En las fosas marinas situadas en las actuales zonas pirenaica y bética se depositaron, en cambio, enormes espesores de sedimentos.
Era Terciaria (68-1,7 millones de años)
Durante esta era tuvo lugar la orogénesis alpina, que provocó grandes cambios en el relieve peninsular:
- Se levantaron las cordilleras alpinas: Surgieron los Pirineos entre los macizos de Aquitania, Hespérico y del Ebro (que acabó hundiéndose) y las Cordilleras Béticas, entre el Macizo Bético-Rifeño y el Hespérico.
- Se formaron las depresiones prealpinas paralelamente a las nuevas cordilleras: la depresión del Ebro, paralela a los Pirineos, y la del Guadalquivir, paralela a las Cordilleras Béticas.
- La Meseta se vio afectada por la orogénesis alpina: Se inclinó hacia el Atlántico y se formaron los rebordes montañosos orientales y meridionales de la Meseta. En su borde oriental se plegaron los materiales depositados por el mar en la era secundaria, originando la parte oriental de la cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico. En el borde sur de la Meseta, el empuje de las Cordilleras Béticas levantó Sierra Morena.
- El zócalo de la Meseta, formado por materiales paleozoicos rígidos, experimentó fracturas y fallas. Se constituyeron bloques levantados o rejuvenecidos (horst): formaron el reborde montañoso del norte de la Meseta (el macizo Galaico y la parte occidental de la cordillera Cantábrica) y las sierras interiores de la Meseta (Sistema Central y Montes de Toledo) y bloques hundidos (fosas tectónicas o graben): crearon las depresiones interiores y cuencas sedimentarias de la Meseta. Las fallas también dieron lugar a actividad volcánica en algunas zonas como el Campo de Calatrava, Olot, Ampurdán y el Cabo de Gata.
Era Cuaternaria (desde 1,7 millones de años)
Los fenómenos más destacados fueron el glaciarismo y la formación de terrazas fluviales.
- El glaciarismo: Los glaciares se manifiestan de dos formas:
- Glaciares de circo: Acumulaciones de hielo en la cabecera de los valles (circo).
- Glaciares de valle: Ríos de hielo.
- Las terrazas fluviales: Son franjas planas y elevadas situadas en los márgenes de los ríos. Se originaron por las alteraciones climáticas del Cuaternario. En los periodos fríos glaciales, el caudal del río disminuía y depositaba aluviones en su cauce. En los periodos posglaciales, el caudal aumentaba, la fuerza erosiva crecía y el río ahondaba su cauce, dejando los aluviones depositados formando terrazas. La repetición de estos ciclos creó terrazas escalonadas. En la Península, las más características son las formadas por los ríos Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir y Ebro.