Historia del Arte: Del Gótico al Renacimiento

Gótico (Siglo XII - XV)

El Gótico, un arte europeo que surgió en Francia y se expandió por todo el continente, abarcó desde la segunda mitad del siglo XII hasta el siglo XV. Se divide en tres periodos: Clásico (siglo XII), Pleno (siglo XIII) y Final (siglo XIV - XV). Este arte, fundamentalmente religioso y urbano, floreció durante el auge de las órdenes mendicantes como los franciscanos y dominicos, coincidiendo con el surgimiento del humanismo y las primeras universidades. La catedral se convirtió en el edificio característico del estilo gótico.

El Arco Apuntado y la Bóveda de Crucería

El gran invento del Gótico en arquitectura fue el arco apuntado. Su diseño con dos centros permitía distribuir el peso de manera más eficiente, logrando mayor altura y luminosidad en los espacios. Los cistercienses fueron pioneros en la aplicación de este nuevo arco. La bóveda de crucería, compuesta por dos arcos ojivales que se cruzan en una clave, distribuye el peso en cuatro puntos (nervios) que se apoyan en pilares. Estos pilares transmiten el empuje al suelo a través de arbotantes y contrafuertes.

Renacimiento (Siglo XIV - XVI)

El Renacimiento, surgido en Italia, marcó la recuperación de la antigüedad clásica y la decadencia del estilo medieval. Influenciado por el clasicismo, este periodo vio el surgimiento de los mecenas, quienes protegían y financiaban a los artistas, a menudo Papas. El humanismo, una corriente filosófica importante, también floreció durante este periodo. La división entre católicos y protestantes fue otro evento significativo.

Características de la Pintura Renacentista

En la pintura, el Renacimiento se caracterizó por la búsqueda de la perspectiva, intentando recrear la ilusión de profundidad en un plano bidimensional. La figura humana adquirió protagonismo, con un tratamiento inspirado en el mundo clásico. La temática mitológica abundó, aunque la pintura religiosa siguió siendo la más importante. El óleo se consolidó como la técnica pictórica predominante, aunque el fresco y las pinturas murales también se emplearon.

Los artistas del Renacimiento fueron valorados como intelectuales, a diferencia del estatus de artesanos que tenían en la época medieval.

Manierismo (Finales del Siglo XVI)

Al final del Renacimiento surgió el Manierismo, un estilo que se apartaba de las reglas clásicas, priorizando la individualidad del artista. En arquitectura, se caracterizó por dos tipos de plantas: la basilical (tres naves, dos pisos y columnas) y la centralizada (ejes iguales).

Grandes Figuras del Renacimiento

Filippo Brunelleschi

Brunelleschi, figura clave del siglo XV, es reconocido por la construcción de la cúpula de la Catedral de Florencia. Esta cúpula, compuesta por dos estructuras, una semiesférica interior y otra ojival exterior, se construyó sin andamios. También diseñó la iglesia de San Lorenzo y el Hospital de los Inocentes, donde la medida y las proporciones se basan en un módulo preciso, caracterizados por la bóveda vaída.

Leon Battista Alberti

Alberti remodeló la iglesia de Santa María Novella en Florencia, utilizando las proporciones matemáticas basadas en el número cuatro y dieciséis para crear rectángulos armoniosos.

Andrea Palladio

Palladio, arquitecto que trabajó en Vicenza, también fue un teórico de la arquitectura, basando sus estudios en los tratados de la antigüedad griega y romana. Entre sus obras destacan la Villa Capra, un ejemplo de simetría con cuatro fachadas idénticas, y el Teatro Olímpico, que crea una ingeniosa ilusión de profundidad.

La Perspectiva en la Pintura

La pintura del Trecento, aún con influencias góticas, ya buscaba la sensación de profundidad. La perspectiva lineal, mediante el uso de líneas que convergen en un punto de fuga, fue la primera técnica utilizada. En el Cinquecento, la perspectiva aérea se desarrolló para crear una sensación de profundidad más natural, utilizando la variación de tamaño y la atmósfera para simular la distancia.

• Perspectiva lineal: Uso de líneas que convergen en el fondo.
• Perspectiva aérea: Figuras más pequeñas y difusas en la lejanía para simular la profundidad atmosférica.

La figura humana, la mitología y la religión fueron los temas principales de la pintura renacentista, con el óleo como técnica predominante.