Hispania en la República Romana Tardía: Guerras Civiles y Transformación Provincial
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La Guerra entre César y Pompeyo: Un Enfrentamiento en Hispania
Hispania, tras un siglo de presencia romana, se había convertido en un territorio complejo. La emigración de itálicos y romanos, junto con la formación de familias mixtas, generó nuevas necesidades sociales. Indígenas sin estatus, ciudadanos romanos antiguos y nuevos, conformaban una sociedad heterogénea que buscaba la integración. Para Pompeyo y César, Hispania era una fuente de tropas y recursos financieros, vital para sus ambiciones políticas. No es de extrañar que fuera escenario de batallas clave como la de Ilerda en el 49 a.C. y la de Munda en el 45 a.C.
La batalla de Ilerda fue una guerra de movimientos orquestada por Julio César, quien buscaba consolidar su imagen. Tras la derrota de Pompeyo en Oriente, César se dirigió a Hispania para enfrentarse a sus generales, tomando el control de la península. Posteriormente, tras la muerte de Pompeyo, sus hijos se refugiaron en el sur de Hispania, donde fueron derrotados en la sangrienta batalla de Munda. La victoria de César fue efímera, ya que fue asesinado en el 44 a.C.
Consecuencias de las Guerras Civiles: Municipalización y Urbanización
La victoria de César trajo consigo la municipalización y urbanización de la península ibérica. Un ejemplo es la fundación de la colonia de Osuna, con su ley fundacional que regulaba la vida de la comunidad, probablemente compuesta por exsoldados. Sevilla, que se resistió a César, fue castigada con la fundación de una colonia cercana.
Tras la muerte de César, el bando cesariano se fragmentó. Marco Antonio emergió como líder, enfrentándose al Senado y a los pompeyanos. En este contexto, surgió una figura inesperada: Cayo Julio César Octaviano, hijo adoptivo de César. A los 18 años, Octaviano demostró una gran ambición política, enfrentándose a figuras más experimentadas.
Se formó un inestable triunvirato entre Marco Antonio, Marco Emilio Lépido y Octaviano. Este último, descrito como despiadado y ambicioso, se convertiría en el futuro Augusto. La rivalidad entre los triunviros culminó en la última guerra civil, con la derrota y suicidio de Marco Antonio y Cleopatra en Egipto. Octavio, sin enemigos de peso, se convirtió en la figura política dominante del Mediterráneo.
Quinto Sertorio: Un Líder Popular en Hispania
Quinto Sertorio (122-72 a.C.) fue un romano de origen no nobiliario que destacó en las guerras contra cimbrios y teutones bajo el mando de Mario. Conocía Hispania por haber servido como cuestor en la Ulterior en el 90 a.C.
La Dictadura de Sila en Roma
En el 83 a.C., Sertorio fue nombrado gobernador pretorio de la Citerior, en parte para alejarlo de las luchas de poder en Roma. Aprovechando la Guerra de los Aliados y la amenaza de Mitrídates VI en Asia, el líder optimate Lucio Cornelio Sila (138-78 a.C.) dio un golpe de estado en Roma. Su objetivo era restaurar la república tradicional, pero sus acciones la desestabilizaron aún más.
Los Populares, Víctimas de la Dictadura
Sila, oponiéndose a la prolongación del consulado de Mario, instauró una dictadura, suspendiendo las instituciones y garantías. Los principales opositores, como Mario, Cinna y Papirio Carbón, fueron eliminados. Sertorio, hasta entonces una figura secundaria, emergió como líder de los debilitados populares.
Sertorio, Gobernador Popular de la Hispania Citerior
Sila invalidó el nombramiento de Sertorio y nombró a un nuevo gobernador. Sertorio, considerándose el gobernador legítimo, inició el conflicto.
De Hispania a Mauretania
Sertorio acuarteló sus tropas fuera de las ciudades, ganando el apoyo de los hispanos. Ante la llegada de un ejército optimate, se refugió en el norte de África, Ibiza y Valencia. Finalmente, se estableció en Tingis (Tánger) en el 80 a.C., tras una victoria en Mauretania.
Sertorio contra Metelo
Sertorio, con un pequeño ejército, ocupó la Ulterior y, mediante la diplomacia, consiguió el apoyo de 5000 lusitanos. Derrotó a un ejército romano y se ganó la lealtad de los lusitanos. Roma envió a Quinto Cecilio Metelo Pío con dos legiones. Sertorio, en inferioridad, fue des alojado del valle del Guadalquivir.
Apogeo de Sertorio
Sertorio dispersó sus fuerzas y logró igualar la situación. Metelo controlaba el sur, pero estaba aislado. Sertorio dominaba el centro peninsular. Su lugarteniente, Hirtuleyo, avanzó por el valle del Ebro hasta Cataluña. En el 79-78 a.C., gran parte de Hispania estaba bajo control sertoriano. Sertorio amplió sus levas a Celtiberia y se vio reforzado por la llegada de Perpenna y 20.000 populares que huían de Sila.
Hispania era el último bastión de la causa popular. Sertorio creó un gobierno provisional en Osca (Huesca).
Pompeyo Magno en Hispania
El Senado envió a Cneo Pompeyo a Hispania en el 77 a.C. Pompeyo se aseguró la amistad de los indiketes e inició la ofensiva en el 76 a.C. Durante los años 76-74 a.C., hubo numerosas operaciones militares. Metelo derrotó y mató a Hirtuleyo, mientras que Sertorio y Perpenna estuvieron a punto de ser acorralados por Pompeyo en Sagunto. Pompeyo y Metelo unieron sus fuerzas en la costa valenciana.
La Guerra se Traslada al Valle del Ebro
La siguiente pugna fue por el valle del Ebro. Sertorio quería asegurarse Celtiberia. Pompeyo buscó el apoyo de los vascones y fundó Pompaelo (Pamplona). En el 74-73 a.C., la iniciativa militar era claramente pompeiana. Sertorio, en Osca, asistía a la disensión de sus propios partidarios.
La Muerte de Sertorio. Perpenna
Sertorio confiaba cada vez más en los hispanos y desconfiaba de los romanos. En el 72 a.C., una conspiración liderada por Perpenna lo asesinó a traición en Osca. Perpenna fue derrotado y ejecutado por Pompeyo. Los soldados sertorianos supervivientes fueron amnistiados. Pompeyo quemó toda la documentación comprometedora que encontró.
Balance del Conflicto
La política romana se debatía entre optimates y populares, excluyendo a los hispanos que no eran ciudadanos. En Hispania había zonas de reciente conquista y zonas con mayor implantación romana, donde se potenciaban oligarquías locales que aspiraban al reconocimiento de Roma.
Diferencias Territoriales
- El valle del Guadalquivir, bastión optimate.
- Las grandes ciudades litorales de la Citerior: Cartago Nova, Ilici, Tarraco, Emporion, que César transformó en colonias romanas.
- Las regiones interiores del valle del Ebro y de la Lusitania, bastiones sertorianos y, en parte, cesarianos.
La guerra sertoriana se llevó vidas y recursos, pero no detuvo el proceso de romanización de Turdetania, Iberia y Celtiberia.
Pompeyo se marcha de Hispania
La creación de la provincia Narbonense, desvinculada de Hispania e Italia, parece ser obra de Pompeyo, al igual que el control de los Pirineos y la fundación de un primer puerto en el Cantábrico. También se sospecha que la fundación de algunas ciudades en la Citerior, como Gerunda (Girona), podría ser parte de su programa.
La Reorganización de Augusto y el Control de las Provincias
Augusto desarrolló prácticas que le vinculaban al control directo de la gestión cotidiana de las provincias. Estableció una nueva división provincial, redefiniendo fronteras y jerarquizando las provincias en imperiales y públicas. Las provincias imperiales eran controladas por el emperador a través de legados, mientras que las provincias públicas eran supervisadas por el Senado. Este reparto era muy desigual, reservándose Augusto el control de las provincias con mayor riqueza y fuerza militar.
Las bases del nuevo sistema administrativo de las provincias hispanas fueron creadas durante el principado de Augusto (31 a.C.-14 d.C.). Afectaron a la ordenación territorial, al organigrama administrativo y al sistema impositivo. La reorganización administrativa se proyectó sobre la heterogeneidad histórica de los pueblos de la Península, como refleja la obra del geógrafo Estrabón. Se contraponía la realidad civilizada de la Hispania meridional con la barbarie de los pueblos del norte.
Sobre esta diversidad actuaron los nuevos equilibrios sociopolíticos del Principado, donde se yuxtaponían las prerrogativas del princeps y la subsistencia del antiguo sistema provincial propio de la República. La reorganización administrativa se vio influenciada por la colonización griega y fenicio-púnica en las zonas meridionales y levantinas.
El Legado de Augusto y la Pax Romana
Augusto, primer gobernante de la dinastía julioclàudia, es considerado un líder eficaz y controvertido. Su reinado marcó el inicio de la Pax Romana, un período de paz relativa que duró más de dos siglos. Tras ser nombrado heredero de Julio César, formó el Segundo Triunvirato con Marco Antonio y Marco Lépido. Tras la victoria en la batalla de Filipos, los triunviros se dividieron la República Romana. La disolución del triunvirato llevó a Augusto a restaurar un gobierno de apariencia republicana, conservando su autoridad autocrática.
Augusto reorganizó las provincias en persona, conquistando el noroeste de la península ibérica e incorporándolo a la Tarraconense. Pasó los años octavo y noveno de su consulado en Tarraco. Durante su regreso a Roma en el 23 a.C., enfermó gravemente, pero logró sobrevivir, aunque tuvo que dejar de dirigir las legiones en persona.
Augusto buscó sistematizar y hacer más eficaz el gobierno provincial, monopolizando los recursos de las provincias. Esto era crucial para asegurar su dominio y evitar los problemas que habían surgido durante las guerras civiles. El control de las provincias se convirtió en un factor clave a lo largo del Imperio, considerado por algunos historiadores antiguos como el"secreto del Imperi".