Hispania en el Alto Imperio: Organización, Sociedad y Legado
Enviado por Chuletator online y clasificado en Latín
Escrito el en español con un tamaño de 25,57 KB
Contexto Histórico y Silencio Historiográfico
Durante el Alto Imperio, se observa una notable diferencia en las fuentes literarias respecto a épocas anteriores. Con Augusto, finaliza el proceso de conquista militar, lo que se refleja en el discurso narrativo. Hispania deja de ser una tierra de conquista para convertirse en una tierra pacificada. Este cambio conlleva un silencio en la narrativa historiográfica, dando paso a la descripción de la vida provincial. El foco del relato historiográfico se traslada hacia Oriente y Germania, donde se expande el ejército imperial.
En este contexto, se consolidan las formas urbanas de la civitas, se generaliza la latinización y, con ella, el hábito epigráfico. Existe un inmenso cúmulo de inscripciones latinas en Hispania (funerarias, religiosas, votivas, jurídicas, etc.). Esto cambia la perspectiva de estudio, permitiendo realizar una sociología de las poblaciones hispanas. Con Claudio, se interrumpen las emisiones monetales de las ciudades, circulando únicamente moneda imperial acuñada en Roma. El Alto Imperio (siglos I-II d.C.) es un periodo álgido para las provincias hispanas, destacando su capacidad económica, desarrollo urbano y la integración de hispanos en las más altas esferas del poder político en Roma. Algunas corrientes historiográficas resaltan la importancia de los clanes hispanos en la Roma Alto Imperial, especialmente a partir de la llegada de Trajano y Adriano.
Hispania en el Imperio (25 a.C. - 180 d.C.)
La huella de Augusto
Augusto (63 a.C.-14 d.C.) integró el norte de Hispania tras las Guerras Cántabras (27-15 a.C.). Sus principales actuaciones incluyen:
- Consolidación de la labor iniciada por César.
- Reforma administrativa y reorganización de provincias.
- Continuación de la política de colonización de César, adscribiendo las colonias a las tribus Galeria y Papiria.
- Desarrollo de la red viaria.
- Regularización militar ("paz armada") tras el 19/15 a.C., con la reorganización de las provincias del norte.
Tras las Guerras Cántabras, el número de legiones en Hispania se redujo. Sin embargo, tres legiones permanecieron de forma estable durante el Alto Imperio:
- IV Macedonica en Herrera de Pisuerga (Pisoraca).
- VI Victrix en Lugo (Lucus Augusti), luego trasladada a León (Legio).
- X Gemina en Astorga (Asturica Augusta).
Estas legiones, a pesar de la ausencia de conflicto, desempeñaban funciones como:
- Acceso y explotación de recursos mineros, especialmente en el norte (León).
- Preparación, ampliación y protección de las calzadas.
- Servicios puntuales para campañas militares.
Esta región se convirtió en la productora de oro más importante de Roma.
Los Julio-Claudios y el año de los 4 emperadores
TIBERIO
A Augusto le sucedió Tiberio (14-37 d.C.), hijo mayor de Livia. De su tiempo, destacan dos documentos epigráficos:
- Una gran lámina de bronce, copia de un senadoconsulto de Cneo Calpurnio Pisón padre (20 d.C.), que recoge una sentencia jurídica contra el gobernador de Siria por conspirar en el asesinato de Germánico.
- Un decreto imperial promulgado por Tiberio, relativo a la regularización de privilegios y financiación de los soldados y veteranos (14-15 d.C.).
CLAUDIO
Claudio (41-54 d.C.), hijo de Germánico y Agripina, sucedió a Calígula. Sus principales medidas fueron:
- Profesionalización de la administración imperial, con procuratores encargados de cuestiones fiscales, incluyendo a miembros del ordo senatorial, ordo ecuestre y comunidades peregrinas.
- Concesión de ciudadanía y fundaciones coloniales en algunas provincias, como Baelo Claudia (Cádiz) en Hispania.
- Provinciación del Norte de África: Mauritania Caesariensis (Argelia) y Tingitana (Marruecos occidental).
- Campaña en Britania y potenciación de enclaves atlánticos.
- Fin de las acuñaciones municipales hispanas.
NERÓN
Nerón (54-68 d.C.), hijo de Agripina la Menor, pasó de ser un joven príncipe a un cruel déspota. Su instructor fue Séneca, natural de Corduba. Se enfrentó al Senado, al ejército y a las provincias. Su comportamiento provocó una serie de sublevaciones en distintas provincias hispánicas.
En el año 68 d.C., Nerón se suicidó. En el año 69 d.C., se produjo una sucesión de cuatro emperadores: Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano. La primera sublevación fue liderada por Galba, gobernador de una provincia de la Citerior, quien convirtió la ciudad de Colonia Clunia Sulpicia (Burgos) en colonia romana. Otón, gobernador de Lusitania, apoyó a Galba. Sin embargo, Vitelio, desde la provincia germánica, no reconoció a Galba. Tras el suicidio de Galba y el asesinato de Otón, Vespasiano, gobernador de Siria, se proclamó emperador, iniciando la dinastía Flavia.
Los Flavios y el Edicto de Vespasiano (69-79 d.C.)
Vespasiano llevó a cabo una reestructuración global del imperio, tomando medidas de control en las provincias que se le habían opuesto y promocionando a las que le habían ayudado. Se produjo un gran desarrollo del proceso de municipalización de las provincias hispanas. Vespasiano concedió el ius Latii a Hispania, otorgando el rango jurídico de municipios a ciudades que hasta entonces eran peregrinas. Esto conllevó una monumentalización de edificios públicos y reconocimientos de estatus, con una organización autónoma dentro de una provincia del Imperio.
De Trajano a Marco Aurelio, Edad de Oro en Hispania
TRAJANO (98-117 d.C.)
El edicto de latinidad de los Flavios benefició a familias prominentes de las provincias hispanas. Vespasiano promocionó a caballeros (ordo equester) al orden senatorial, incluyendo a varios hispanos. El acceso al trono de Trajano en el 98 d.C. favoreció a este grupo, que incrementó su posición social y política. Hubo una notable participación de hispanos en el Senado y en altas magistraturas. Estos grupos estaban ligados por lazos familiares, matrimonios o intereses comunes. No eran un grupo endogámico ni excluyente, y estaban emparentados con otras familias aristocráticas romanas o de otras provincias. Eran romanos de origen hispanio, más que provinciales residiendo en Roma.
Un ejemplo es la familia de los Traii de Itálica (Sevilla), de ascendencia itálica mezclada con estirpe turdetana. M. Ulpio Trajano, padre de Trajano, participó en la guerra judaica, alcanzó el Senado, el consulado en el año 70 d.C. y gobernó las provincias de Bética, Siria, África y Germania Superior.
Trajano (98-117 d.C.) es considerado el emperador modélico, alcanzando la máxima extensión del Imperio Romano. Fue un emperador militar con amplia experiencia en el gobierno de provincias. Con él, se alcanza la Edad de Oro Hispana, especialmente en la Bética y la Tarraconense. Esta dinastía ha sido llamada la de los Antoninos o de los emperadores adoptivos, aunque también se ha propuesto la denominación de dinastía Ulpio-Aelia.
Trajano centró su actividad en dos frentes: contra los dacios, en el Danubio, y contra los partos, en el frente oriental. Aunque no tuvo una política directamente relacionada con Hispania, durante su época se produjo una significativa monumentalización, con obras públicas y ciudades. Destacan el puente de Alcántara, el teatro de Itálica, el faro de Hércules en La Coruña y el acueducto de Segovia.
ADRIANO (117-138 d.C.)
Adriano (117-138 d.C.), originario de Itálica y relacionado con la mujer de Trajano, fue un contrapunto al perfil militar de su predecesor. Se dedicó al reconocimiento de las provincias hispanas y mostró un gran interés por el desarrollo de provincias y municipios. Amplió el Senado, incorporando al ordo ecuestre, y profesionalizó la administración provincial siguiendo el modelo de Claudio, con procuratores, cargo que ocuparon muchos caballeros hispanos. Aunque no hubo campañas militares, demarcó y definió los límites del imperio, como se evidencia en la construcción del muro en Britania y en Germania.
Se estableció un sistema de reclutamiento militar marcadamente provincial, la conscriptio, que consistía en el reclutamiento de soldados en todas las provincias, especialmente en los acantonamientos militares. En Hispania, destacó León, sede de la Legio VII Gemina, punto de reclutamiento de soldados de origen hispano y ciudadanos. Esto implicó una regionalización del ejército, con legiones vinculadas a provincias y con la capacidad de nombrar y deponer emperadores.
Durante el gobierno de Adriano, se produjo el máximo desarrollo de las provincias hispanas. La Bética se convirtió en la gran productora de aceite, vino, plomo y salazones. Se desarrolló la red viaria, con calzadas y miliarios que aludían al emperador Adriano. También hubo emisiones honoríficas de monedas imperiales que aludían a Hispania, representada en el reverso con una figura alegórica.
OTROS
Adriano fue sucedido por Antonino Pío (138-161 d.C.), quien adoptó a Marco Aurelio (161-180 d.C.) como su sucesor. Marco Aurelio actuó en los frentes germano, parto y dacio. Fue un gran intelectual y representante del estoicismo. Su hijo, Cómodo (180-192 d.C.), fue un emperador despótico que deshizo lo bueno que hizo su padre. Con Cómodo, finaliza esta dinastía y comienza la Dinastía Severa, seguida de la Crisis del siglo III.
Organización Territorial de Hispania en el Alto Imperio
Las Provincias
Las provincias fueron establecidas por Augusto ca. 15-13 a.C., tras la anexión del territorio astur-cántabro. Se mantuvieron sin grandes cambios hasta la reforma de Diocleciano (298 d.C.). Había tres niveles de organización superpuestos:
- Provincias:
- Provincia Hispania Citerior Tarraconensis (rango imperial), capital Tarraco.
- Provincia Hispania Ulterior Baetica (rango senatorial), capital Corduba.
- Provincia Hispania Ulterior Lusitania (rango imperial), capital Emerita Augusta.
- Conventos Jurídicos: Subunidades provinciales para la administración jurídica y el culto imperial. En la Citerior eran 7, en la Bética 4 y en la Lusitania 3.
- Municipios: Dentro de cada convento jurídico, había núcleos urbanos de distinta categoría, como municipios y colonias. Esta era la unidad básica de organización en Hispania.
Era un imperio de ciudades, con una administración escalonada (imperial, provincial y municipal) y flexible, sin un centralismo férreo.
Hispania Citerior Tarraconensis
Ocupaba más de dos tercios de la Península Ibérica, siendo una de las provincias romanas más grandes del imperio. La zona de la Transduriana, en el noreste (actual Galicia), con importantes minas, se anexionó a la Citerior con los retoques de Augusto. Había una gran diversidad de culturas étnicas, con una progresiva romanización desigual hacia el interior. La organización administrativa era compleja.
Conventos jurídicos:
- C. Tarraconense (capital Tarraco)
- C. Caesaraugustanus (capital Caesar Augusta)
- C. Carthaginiensis (capital Carthago Nova)
- C. Cluniense (capital Clunia)
- C. Asturum (capital Asturica Augusta)
- C. Lucensis (capital Lucus Augusti)
- C. Bracaraugustanus (capital Bracara Augusta)
El gobierno de esta provincia imperial estaba a cargo de un Legatus Augusti pro Consulare, de rango superior senatorial, acompañado de procuratores, Legati Militaris y un Legatus Iuridicus.
Hispania Ulterior Baetica
Era una provincia reducida en comparación con la Ulterior de época imperial, con un territorio de minas cedido a la Citerior. Era la provincia más romana y pacificada. Estaba controlada por el Senado, que nombraba al gobernador, denominado pretor, acompañado por otro pretor más joven y por varios procuratores.
Conventos jurídicos:
- C. Hispalensis (capital Hispalis)
- C. Cordubensis (capital Corduba)
- C. Astigitanus (capital Astigi)
- C. Gaditanus (capital Gades)
Era una gran productora de aceite.
Hispania Ulterior Lusitania
Era una provincia de rango imperial, creada por Augusto. Estaba gobernada por un Legatus Augusti pro Praetore, apoyado por un Legatus Iuridici y procuratores. No había legiones. Los limes eran el Guadiana y el Duero. Era un territorio variado, con una franja atlántica rica en recursos naturales y una zona interior montañosa y ganadera. El número de ciudades era más reducido que en la Bética.
Conventos jurídicos:
- C. Emeritensis (capital Emerita Augusta)
- C. Pacensis (capital Pax Iulia)
- C. Scallabitanus (capital Scallabis)
Red Viaria
Los romanos consolidaron un modelo de comunicación previa. La monumentalización y organización viaria es un producto romano. El origen de esas calzadas es militar, en tiempos de expansión en época republicana (siglo I a.C.), que dará paso a partir de Augusto a una función de cohesión territorial, explotación económica y comunicación administrativa. Es una red de caminos y calzadas amplia, jerarquizada y heterogénea. Solo las grandes vías estaban pavimentadas. Hay muchas vías secundarias que responden a caminos naturales.
La unidad de medida era la milla romana (1480 m). A partir de las millas, se establecían las distancias, jalonadas por mansiones, que podían ser desde grandes ciudades a núcleos menores, lugares referenciales con un topónimo y localización exacta. En las calzadas principales, se señalizaba con miliarios, bloques cilíndricos de granito que marcaban la distancia en millas hasta la siguiente estación y, en ocasiones, recogían el nombre del emperador que construyó o reparó la vía.
El principal itinerario de caminos es el Itinerario de Antonino, una recopilación de calzadas realizada en tiempos del emperador Caracalla o Diocleciano. Enumera las ciudades y paradas existentes en cada ruta, así como las distancias en millas. En el conjunto del Imperio Romano, había 372 rutas, 85000 km de recorrido con 20 grandes calzadas que partían de Roma. En Hispania, había 34 rutas, 10300 km de recorrido y 300 localidades mencionadas. Sin embargo, no recoge todos los caminos romanos en uso.
La principal vía era la Augusta, que recorría la costa de la Península Ibérica. Desde Corduba, había una prolongación hacia el norte, que terminará siendo el Camino de la Plata. Una ruta transversal era la ruta antonina, que llegaba hasta Caesar Augusta. También destaca una vía septentrional este-oeste.
Un documento epigráfico importante son los vasos de Vicarello, una ofrenda de réplicas de miliarios en miniatura en bronce, que reproducen la relación de mansiones desde Roma hasta Gades, con un total de 106 mansiones.
Civitas y Municipalización
La vida del Imperio Romano era una vida urbana, y los problemas se solucionaban en instituciones locales. La sociedad estaba marcadamente estabilizada, formalizada y sistematizada en una serie de grupos y categorías que solían corresponderse con un rango jurídico y con una serie de derechos y obligaciones.
Dos grandes categorías de población:
- Población libre: Sujetos jurídicos, población representativa a nivel institucional y político.
- Ciudadanos romanos (de pleno derecho).
- Latinos/provinciales (rango jurídico de ciudadanía inferior a la romana).
- Ordo senatorius: Controlan las magistraturas.
- Ordo equester: Caballeros.
- Ordo decurionum: Élites romanas en las provincias.
- Libertos: Antiguos esclavos que se convierten en ciudadanos.
- No ciudadanos: Población libre sin ciudadanía, principalmente peregrinos.
- Población no libre: Personas no jurídicas. Siervos y esclavos.
La progresiva liberación de esclavos generó un aumento del cuerpo de libertos.
Grados de ciudadanía y derechos:
- Romano: Ius civium romanorum, romanitas.
- Ius commercii (derecho a efectuar contratos legales y tener propiedades).
- Ius suffragiorum (derecho a votar en las asambleas).
- Ius honorum (derecho a postularse y ser elegido para cargos públicos/magistraturas).
- Ius connubii (derecho a contraer matrimonio con ciudadano romano; transmisión hereditarias del pater familias).
- Ius migrationis (derecho a preservar la ciudadanía en otro territorio o comunidad).
- Pertenencia a una tribu + sistema onomástico romano.
- Derecho latino: Ius latii, latinitas.
- Ciudadanía provincial, derechos limitados.
- Sí: Propiedad y comercio / Libre movimiento y reconocimiento de ciudadanía en núcleos latinos.
- No: Matrimonio con ciudadanos romanos / Sufragio / Honores y desempeño de cargos públicos.
- Peregrinos: Sujetos provinciales libres en el Imperio, pero no ciudadanos. Ciertos derechos básicos (ius gentium) y cargas fiscales (impuestos directos: tributum): civitates stipendiatie. Dejan de existir con la concesión de ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio por Caracalla en 212 d.C. (Constitutio Antoniniana).
Núcleos Urbanos y Categorías Jurídicas
Categorías urbanas, unidades jurídico-políticas (civitates).
- Municipios (municipia): Res publicae, entidades políticas autónomas con sus propias leyes e instituciones. Dos tipos: romanos y latinos. Impulso de municipalización en Hispania con los Flavios (Ius Latii).
- Colonias (coloniae): Asociadas a la Urbs, regidas por las instituciones romanas. Dos tipos: romanas (coloniae civium romanorum) y latinas (coloniae latinae).
- De estatuto especial: Ciudades libres (civitates liberae et inmunes) y federadas (civitates foederatae). A partir de los Flavios, pasan a ser municipios.
- No privilegiadas: Comunidades peregrinas: civitates peregrinae / oppida stipendiariae. Progresiva promoción a municipios.
Núcleos urbanos y categorías por provincias (cifras orientativas aportadas por Plinio el Viejo, ca. 70 d.C.):
- Bética: 9 colonias, 10 municipios de derecho romano, 27 de derecho latino, 6 ciudades libres, 3 federadas y 120 ciudades estipendiarias.
- Tarraconense: 14 colonias, 15 municipios de derecho romano, 18 de derecho latino, 2 federadas, 138 estipendiarias, 293 comunidades contribuyentes sin identidad jurídica propia.
- Lusitania: 5 colonias, 1 municipio de derecho romano, 3 de derecho latino, 36 estipendiarias.
Instituciones y Leyes Municipales
La participación en los cargos y vida pública de la ciudad era un mecanismo esencial de integración en las dinámicas de la provincialización.
INSTITUCIONES
- Magistraturas: Anuales, colegiales y electivas (en la Asamblea). Son honores.
- De carácter civil: Cuestor (administración y finanzas), ediles (seguridad ciudadana), censor (censo municipal), dunviros (magistrados superiores, poder ejecutivo).
- De carácter religioso: Pontífices (cultos públicos), augures (intérpretes de la voluntad de los dioses), flámines (culto imperial a nivel provincial, conventual y municipal).
- Senado local: Ordo decurionum, oligarquía municipal. Controlaba la acción de los magistrados.
- Asamblea: Conjunto de ciudadanos libres y población sujeta a derechos, incluyendo residentes extranjeros reconocidos en la ciudad (incolae). Elegía a los magistrados anuales.
LEYES MUNICIPALES
Cartas legislativas para el gobierno y la regulación de la vida civil y religiosa de la ciudad (normativa de municipios y colonias). Epigrafía jurídica: tablas de leyes de bronce (tabulae).
- Contenido institucional y jurídico: Regulación de magistraturas, instituciones y tribunal de justicia; composición del senado, concesiones de ciudadanía, manumisión de esclavos, etc.
- Contenido fiscal y económico: Ingreso y gestión de fondos de la ciudad; arriendos públicos, multas; distribución de límites y terrenos.
- Contenido religioso: Regulación de colegios sacerdotales de pontífices y augures, ritos y usos funerarios, etc.
- Obras públicas: Sistemas de saneamiento, regulación viaria, mantenimiento de aguas públicas y red de abastecimiento, etc.
Principales tabulae documentadas en Hispania: de época cesariana, las Leyes de Urso; de época flavia (marco de la Lex Flavia municipalis), las Leyes de Malaca, Salpensa, Irni, Hispalis, Basilippo, Ostippo, etc.
Las Leyes de Urso (Sevilla) aluden a cómo el desempeño de magistraturas municipales supone la concesión de la ciudadanía romana a estos magistrados y sus familiares.
Ciudad y Territorio
Dos elementos complementarios:
- Urbs/oppidum: Centro urbano, político y administrativo. Organiza la vida de la comunidad. En las capitales provinciales, la ciudad estaba organizada en barrios/distritos, los vici urbanos, regidos por magistri. Marcado desarrollo de la urbanística y monumentalización del espacio público. Emulación de Roma. Patronato cívico: Los duunviros financian monumentos y festividades (evergetismo y munificencia).
- Ager/territorium: Territorio económico asociado a la urbs. Delimitado y organizado en distritos rurales. En Mérida, el territorio estaba organizado en prefecturas a cargo de praefectii. Mantenimiento de formas de hábitat indígenas como castella, oppida o turris. Algunas categorías no responden a modelos urbanos, como las comunidades contributa, fora y civitates sin centro urbano.
Provincialización de los Hispanos
Término a Debate: La Romanización
La romanización es un concepto debatido. Se han planteado tres grandes vías de interpretación:
- Enfoque unidireccional (romanista): Roma como elemento predominante que se impone sobre las poblaciones no romanas. Visión romana tradicional.
- Enfoque bidireccional: Proceso de aculturación, transformación paulatina y pervivencia de realidades locales por asimilación o resistencia al poder romano. Lectura poscolonial.
- Enfoque multidireccional y aglutinante: Procesos de provincialización dinámica (hibridación de elementos locales y romanos/itálicos a distinta escala social-espacial; "auto-romanización"). Identidades provinciales polisémicas y acumulativas.
Integración, Promoción y Nuevas Identidades
Las poblaciones locales se integran en un modelo romano sin dejar de tener otras identidades. La concesión de ciudadanía es un arma política.
Formas de extensión de la ciudadanía:
- Promoción individual: Personalidades y familias (clientes, amigos, aristócratas locales, magistrados municipales).
- Promoción colectiva: Comunidades civiles (civitates peregrinae, colonización/municipalización), y contingentes militares (auxilia, alae, legionarios provinciales).
Se reclutaron unidades de auxiliares hispanos (auxilia): alas (caballería) y cohortes (infantería), establecidas principalmente en la región astur y relacionadas con la explotación y vigilancia de las minas de oro. Estas unidades se destinaban a las fronteras del imperio. Los auxiliares recibían la ciudadanía romana al término de su prestación militar, convirtiendo al ejército en una destacada vía de promoción provincial.
Roma proyecta el patronato (patronatus) sobre individuos y comunidades, generando relaciones clientelares. Es una relación, sancionada religiosa y jurídicamente, por la que individuos o colectividades buscan protección en miembros de la élite social mediante una vinculación personal (basado en la fides) o colectiva de carácter público, que implica obligaciones y deberes por ambas partes.
Pueden ser patronus: Emperador/familia imperial, gobernador, altos cargos administrativos, aristocracia senatorial y élites municipales. Pueden ser clientes: Individuos, colectividades (ciudades, asociaciones, etc.).
Próximas al patronato son las relaciones de hospitalidad establecidas entre comunidades, grupos familiares y comunidades e individuos, con la concesión de reconocimientos, privilegios y otros vínculos de amistad, clientela y acogida (significativamente, la concesión de ciudadanía honoraria) entre los pactantes, que podían renovarse y heredarse por generaciones. Se consignan en tabulae epigráficas de bronce, especialmente representativas de las zonas interiores de la Citerior.