Grandes Obras y Estilos en la Historia del Arte
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Escultura Barroca
La escultura barroca italiana heredó los logros técnicos y expresivos de la escultura renacentista. Como en el Renacimiento, muchas esculturas fueron creadas para las plazas y nuevos espacios de la ciudad barroca. Están realizadas en mármol y concebidas para contemplarse desde todos los puntos de vista y en movimiento. Sus composiciones son abiertas e inestables, rompen con el modelo cerrado del clasicismo. Como la arquitectura, la escultura es fiel al repertorio clásico, y son frecuentes los temas mitológicos y de la historia antigua. Además, son imágenes dramáticas, presentan con emoción algo que sucede ante nuestros ojos, como una escena de teatro. También contribuye a este efecto la representación veraz e inmediata de los personajes.
Por último, el retrato tuvo un importante desarrollo en la escultura barroca, que heredó sus modelos del Renacimiento. Bernini fue el escultor más destacado. Siguió de cerca el modelo de los clásicos y de Miguel Ángel, con composiciones que, aunque a veces partían de modelos cerrados, se despliegan en espiral. En su madurez, relegó el carácter heroico de Miguel Ángel en favor de una mayor inmediatez (ejemplo: Apolo y Dafne). Sus imágenes religiosas aparecen agitadas por la visión divina, llenas de expresión. No pretende reproducir la realidad, sino que imprime a sus obras una grandeza que supera el modelo de la naturaleza y una gran creatividad.
Los Fusilamientos del 3 de Mayo de Goya
Pintado por Francisco de Goya en 1814, es un óleo sobre lienzo y se encuentra en el Museo del Prado. Es considerada una obra clave del Romanticismo dentro de la producción del pintor.
Cuadro de tema histórico que representa los fusilamientos de los patriotas madrileños tras el alzamiento contra las tropas de Napoleón. En el lado derecho vemos un pelotón de ejecución francés visto de espaldas, sin que se vean las caras de los soldados. A la izquierda hay unos patriotas a punto de ser fusilados. Algunos se tapan los ojos, otros muestran rabia o desesperación; sin embargo, el de camisa blanca se muestra con los brazos en alto, con un gesto de resignación. Delante de ellos hay varios cadáveres. El pueblo es el protagonista de este cuadro de Goya.
Observamos un gran contraste entre las víctimas y los soldados. Los franceses forman un bloque sin rostros y sin mostrar humanidad, a diferencia de los fusilados, que muestran gestos dramáticos. Esto refuerza el dramatismo de la escena. Se ve de fondo Madrid. La escena está iluminada por el farol del centro del cuadro. Los colores predominantes son tonos oscuros y neutros, haciendo que el hombre de blanco con pantalón amarillo resalte en la obra y atraiga al espectador, convirtiéndose en el elemento principal del cuadro.
La obra fue encargada a Goya por Fernando VII para rememorar la rebelión de los madrileños contra los franceses. Es más una crítica de la crueldad del hombre que un mero recuerdo de los héroes que combatieron a los franceses para defender su libertad y a su rey. El dramatismo y la expresividad de la obra la convierten en una obra claramente romántica.
Las Catedrales de Rouen de Monet
La obra de Monet es casi toda paisajística. Su afán de pintar al aire libre, tanto en invierno como en verano, luchando contra el frío y los cambios de luz, hacen de Monet un pintor legendario. Se quejaba de su trabajo, ya que cuando iniciaba un paisaje, cambiaba la luz y con ella los colores. Se adaptó a la naturaleza en vez de luchar contra ella.
Frente a la Catedral de Rouen, comenzó un cuadro al amanecer e hizo otro más cuando cambió la luz, lo mismo con un tercero y un cuarto hasta el atardecer. De esta forma, consiguió las distintas versiones del mismo tema. Por la luz del cuadro, se puede saber si es del mediodía por los tonos claros. El color es una herramienta principal de Monet. Deja el dibujo solo para encajar las formas; en esta pintura, no hay líneas.
Monet no renuncia a la perspectiva tradicional. El suelo está claramente diseñado y hay planos que organizan el cuadro. Tampoco renuncia a la hora de considerar la iluminación del cuadro, ya que en este aspecto nada hay revolucionario. Monet es un observador de la luz y el color al aire libre, y en sus cuadros hay principalmente tonos claros y luminosos. Monet conoce la teoría de los colores complementarios. Él prefería terminar sus obras en la calle, aunque pareciesen bocetos, aunque más tarde acababa retocándolos en su taller, donde ganaban color pero perdían frescura.
El significado de la obra tiene que ver con el contexto impresionista, buscando imponerse a la incomprensión oficial que rechazaba sus obras de las exposiciones. Esta serie de cuadros es característica del autor. El movimiento impresionista tuvo pintores que siguieron fielmente sus principios. Monet tuvo una larga vida, pasando de una situación de miseria a una de reconocimiento social y cierta tranquilidad.