El Golpe de Estado de 1936 en España: Causas, Desarrollo y Consecuencias
Contexto Previo al Golpe
La situación política y social en España, a partir de 1933, propició el desarrollo de una gran conspiración con elementos militares, falangistas, carlistas y alfonsinos, que se preparaban para un levantamiento armado. Esta conspiración se aceleró con el triunfo electoral del Frente Popular en febrero de 1936.
Organización y Planificación del Golpe
El principal organizador del golpe de Estado hasta julio de 1936 fue el general Mola, destinado en Pamplona como parte de la política del gobierno de alejar de Madrid a los militares sospechosos. Allí se ganó el apoyo del brazo armado del carlismo, el requeté. El general Goded fue enviado a Baleares y el general Franco a Canarias.
El plan consistía en la organización de un pronunciamiento simultáneo en todas las guarniciones militares posibles, siendo consideradas claves las de Madrid y Barcelona, y teniendo como reserva especial el ejército de África, el mejor preparado de todos, cuyo mando se reservaba al general Franco. Mola entendía que el jefe supremo de la sublevación sería el general Sanjurjo, autor del golpe de Estado de agosto de 1932, y desterrado entonces en Portugal.
Apoyos y Financiación
La conspiración diseñada por los militares contaba con el apoyo de las fuerzas políticas más derechistas, que colaboraron en la creación de una red de enlaces militares y civiles para extender el movimiento conspirador y para buscar apoyos. Recibieron ayudas económicas nacionales, entre otros, de la CEDA, y también recurrieron a la ayuda europea (alemana e italiana).
Reacción del Gobierno Republicano
Los gobiernos de Azaña y Casares Quiroga no prestaron demasiada atención a la preparación de la sublevación, pese a los rumores que circularon sobre la misma y a las voces que la denunciaron (los sindicatos y partidos obreros sobre todo). Aunque tomaron algunas medidas (vigilancia de los militares, poner a mandos de confianza en los puestos clave, destinos forzosos para los generales de cuya lealtad se desconfiaba -como Franco- ...), no siempre fueron acertadas.
Desarrollo del Alzamiento
- 17 de julio de 1936: La sublevación se inició en Marruecos, con la guarnición de Melilla, y en seguida se extendió a Ceuta y a todo el protectorado de Marruecos. Al día siguiente, el Ejército dominaba todo el territorio del Protectorado. A las 8 de la mañana, Unión Radio había dado la noticia de una sublevación en Marruecos, pero restándole importancia.
- 18 de julio de 1936: El alzamiento militar se produjo en la Península. Sin embargo, no triunfó en amplias zonas del territorio nacional porque los golpistas se toparon en muchos puntos con enormes resistencias que no pudieron vencer, sobre todo fue muy contundente la que ofrecieron los partidos de izquierda y los sindicatos. Pero fue más decisiva la que protagonizaron aquellos militares, guardias civiles y otras fuerzas del orden público, que permanecieron leales a la Constitución. Sin la división del ejército y de las fuerzas de orden público, la sublevación probablemente hubiera tenido asegurado el éxito inmediato.
- 19 de julio de 1936: Franco llegó a Tetuán desde Canarias (donde había preparado el golpe –Las Raíces- y donde el día anterior había publicado un Manifiesto) y se puso al frente de las tropas africanas. Había volado en el Dragon Rapide, un avión que los monárquicos habían contratado en Londres con dinero del financiero Juan March.
División de España y el Inicio de la Guerra Civil
El día 21 el golpe había triunfado en 29 capitales de provincia, mientras que 21 permanecían leales al Gobierno de la República. La zona bajo control de los militares sublevados ocupaba fundamentalmente el Norte y Noroeste de la Península (Galicia, Álava, Navarra, parte occidental de Aragón, Castilla-La Vieja-León, Extremadura noroccidental), núcleos dispersos de Andalucía occidental y las ciudades de Sevilla, Cádiz, Córdoba y Granada; además tenían el control total del Norte de África, Canarias y Baleares excepto Menorca. La zona republicana estaba partida en dos: la zona cantábrica y el resto de la Península (la mayor parte de Aragón, Cataluña, Levante, zona central y buena parte de Andalucía oriental); era un núcleo bastante aglutinado excepto el norte.
El triunfo o el fracaso del alzamiento no estuvo sólo relacionado con la pericia militar de los sublevados sino sobre todo con las condiciones sociales y políticas particulares de cada región española. Triunfó en las zonas agrarias con predominio de la pequeña propiedad y en las capitales andaluzas donde residían grandes latifundistas que trabajaban las tierras por medio de jornaleros, es decir, la España más conservadora y atrasada. Fracasó en la España más desarrollada e industrializada del este o del norte, con mayor número de obreros industriales y una agricultura más evolucionada. También las dos ciudades más grandes del país, Barcelona y Madrid, habían quedado en el lado del bando republicano. La República contaba además con las reservas de oro del Banco de España.
El fallido pronunciamiento militar dividió España en dos zonas irreconciliables y esta situación se transformó inmediatamente en una atroz guerra fratricida.
Habían fracasado en su intento por apoderarse de la capital y ciudades más importantes, de las comunicaciones y transportes, de las finanzas del Estado.