Gian Lorenzo Bernini: Maestro del Barroco en Arquitectura y Escultura
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Gian Lorenzo Bernini: Maestro del Barroco
Gian Lorenzo Bernini es una figura clave dentro de la etapa barroca. Junto con Borromini, fueron figuras vertebrales para la arquitectura barroca, aunque inicialmente denostados por el neoclasicismo. Es a partir del siglo XX cuando se comienza a valorar su trabajo. Bernini fue un referente para la arquitectura romana, italiana y europea. Incluso Luis XIV, el rey más poderoso de Europa, lo llamó para que terminara el Palacio del Louvre, un hecho insólito. En torno a él se vertebra el barroco romano, italiano y europeo. No solo fue arquitecto, sino también escultor y pintor, representando en el siglo XVII la figura del hombre dedicado a todas las artes. Fue un gran creador, aunque, como Borromini, su imagen fue obviada y perseguida por el pensamiento neoclásico.
Primeras Obras y Sentimiento Escultórico
Sus primeras obras fueron de escultura, aunque esta disciplina lo acompañó toda su vida. Esculpía con las manos, dibujaba y dirigía las obras. Tenía un alma de escultor, como Miguel Ángel, un sentimiento escultórico que marcó su obra.
Colaboraciones Arquitectónicas
Palazzo Barberini: Maderno realizó la fachada y los pies de San Pedro. Bernini y Borromini, más jóvenes, trabajaron como escultores. Se unieron en las grandes obras del momento, llevadas a cabo por el papa Urbano VIII, como el Palacio Barberini. Bernini trabajó en la planta baja, Maderno en el cuerpo de fachada y Borromini en la planta superior. El palacio cuenta con triglifos y metopas, y el tema heráldico de la abeja de la familia Barberini. Bernini empleó el estilo jónico. Su escultura está ligada a la arquitectura, realizando obras y encargos simultáneamente.
Esculturas Emblemáticas
- David: Un tema recurrente en la historia del arte. A diferencia del David de Miguel Ángel, que mostraba el orgullo joven de Florencia, el David de Bernini tiene un aire protagonista y desafiante, priorizando la historia y la fuerza expresiva del rostro sobre la anatomía.
- Apolo y Dafne: Se interpreta la fábula, mostrando el proceso de metamorfosis de Dafne en árbol. A diferencia de la imagen frontal de Miguel Ángel, esta escultura tiene un dinamismo y múltiples perspectivas de visión.
- Rapto de Proserpina: Se observa la genialidad con que Bernini trata el mármol, mostrando cómo las manos se hunden en las piernas.
- Retrato del papa Urbano VIII: Este papa se convirtió en uno de los mecenas de Bernini, encargándole el Baldaquino en San Pedro.
El Legado en San Pedro
El papa Urbano VIII, como otros antes, impulsó el proyecto de San Pedro, que estaba en continuo cambio. Maderno transformó la planta de cruz griega a cruz latina, recuperando los símbolos de la tradición y el sentido longitudinal para engrandecer el paseo litúrgico. Este modelo sirvió para las iglesias de la Contrarreforma. Todos los papas posteriores continuaron la obra, con diferentes arquitectos y en distintas etapas. San Pedro es el telón de fondo de la obra de Bernini.
El Baldaquino y la Cátedra de San Pedro
Bernini realizó el Baldaquino en el ábside central, una forma de cubrir el altar mayor, recuperando la tradición católica y el espíritu de la Contrarreforma. El Baldaquino, hecho en bronce, se levanta sobre el altar, marcando el punto donde el sacerdote se dirige a los fieles. También creó la Cátedra de San Pedro, utilizando un transparente a través del Baldaquino, creando una luz incierta de contraluz. Giacomo della Porta terminó la cúpula de San Pedro, y Sixto V sistematizó Roma, colocando los obeliscos.
Plaza de San Pedro
La Plaza de San Pedro transforma la idea original de una iglesia exenta en una escena. Bernini realizó una composición con gran delicadeza y respeto, haciendo del obelisco el centro de la elipse, abrazando todo el espacio. Transformó la luz y el interior de la iglesia, enriqueciendo bóvedas, suelos y ornamentos. Este cambio marcó un punto de inflexión en su obra, dando paso a un periodo decadente, el momento de Borromini.
La plaza cuenta con dos brazos que abrazan a los fieles, con una afinidad entre la figura humana y la arquitectura. Los dos ejes de la elipse se cruzan en el obelisco, y dos fuentes señalan el eje mayor. La columnata, con una triple nave, crea un cierre relativo, escondiendo el cuerpo que hay detrás. Las columnas clásicas, con juegos de luces y sombras, coinciden con el eje menor de la elipse. El brazo de la iglesia que sirve de engarce con la fachada de Maderno es el comienzo de la Scala Regia, una entrada palaciega con juegos de luz y sombra y una perspectiva barroca.
Otras Obras Significativas
Piazza Navona
En la Piazza Navona, Bernini creó la Fuente de los Cuatro Ríos, con un obelisco egipcio sobre una base rocosa y estatuas alegóricas de los ríos principales de los continentes conocidos. La fuente se encuentra a nivel rasante.
Iglesia de San Andrés del Quirinal
La Iglesia de San Andrés del Quirinal en Roma presenta una fachada con un frontón y un atrio curvo. Su planta elíptica, propia del barroco, expande el espacio. El altar tiene una luz distinta a la general, gracias a una cúpula pequeña encima.
Iglesia de Santa María de la Asunción
La Iglesia de Santa María de la Asunción en Ariccia busca el paradigma de la arquitectura del Panteón, con planta circular y frontón.
Capilla Cornaro
La Capilla Cornaro en la iglesia de Santa Maria della Vittoria es una obra orquestada con una arquitectura rica, con una luz cenital que crea un gran efecto teatral. Presenta formas cóncavas y convexas.
Arquitectura Civil
Palacio Chigi
El Palacio Chigi en Roma es un palacio moderno con elementos que recuerdan al Palacio Farnesio. Presenta un cuerpo basamental, un orden apilastrado monumental y una cornisa clásica. Fue ampliado posteriormente, perdiendo su eje central.
Palacio del Louvre
El proyecto del Palacio del Louvre en París fue un gran encargo de Luis XIV. Bernini creó una fachada principal con curvas y contracurvas, un pórtico interior y una elipse en el centro. Su obra, con un lirismo barroco, contrastaba con la racionalidad cartesiana de la época. El patio cruciforme, con ángulos rectos, carecía de la frescura de otras obras.