El Genocidio: Un Crimen Contra la Humanidad

Enviado por Chuletator online y clasificado en Ciencias sociales

Escrito el en español con un tamaño de 6,77 KB

El concepto de genocidio ha sido objeto de estudio y debate a lo largo de la historia. El Tribunal Militar Internacional, encargado de juzgar a los criminales de guerra nazis, los acusó de haberse entregado "al genocidio deliberado y sistemático, es decir, al exterminio de grupos raciales y nacionales de la población civil de ciertos territorios ocupados, con el fin de destruir determinadas razas o clases de la población y grupos nacionales, raciales o religiosos".

Más tarde, en 1948, la Asamblea General de la ONU aprobó la "Convención para la Prevención y Sanción del Crimen de Genocidio". A partir de entonces, el término genocidio se transformó en una categoría jurídica, definida como "todo acto perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal".

Hacia fines de la década de 1960, la ONU también determinó que el delito de genocidio es imprescriptible; es decir, que sus responsables pueden ser perseguidos, acusados y juzgados en cualquier momento, sin límite de tiempo.

No obstante, los historiadores también han utilizado este término para dar cuenta de distintas acciones en diferentes períodos históricos.

El Genocidio en la Historia

Algunos estudiosos consideran que el genocidio es un fenómeno de las sociedades modernas, sobre todo, de aquellas donde se produjo la desintegración de antiguos imperios que, dentro de sus territorios, albergaron a comunidades de distintos orígenes étnicos, culturales y religiosos. El genocidio se perpetraba cuando ciertos sectores tomaban el poder y se proponían como los portadores de la "reconstrucción nacional". Para ello, sostenían que era necesario acabar con todos aquellos que no formaban parte de su grupo y que, por otra parte, eran considerados seres inferiores y acusados de ser traidores, separatistas o culpables de la decadencia social. El objetivo era eliminar los rasgos distintivos de toda diferencia, a la que juzgaban peligrosa para la supervivencia de su propia comunidad. Ejemplos de ello son el genocidio de los armenios realizado en Turquía por los "Jóvenes Turcos" (1915-1917) o el exterminio del pueblo judío por parte de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Estos enfoques, entonces, ponen el acento en la violencia destructiva del Estado sobre determinados grupos étnicos, nacionales, raciales y religiosos.

Otros estudiosos, en tanto, consideran que el genocidio también puede dirigirse contra grupos políticos. Además, señalan que puede perseguir no solo el objetivo de aniquilar a un grupo determinado, sino también de destruir sus relaciones sociales. Un ejemplo de ello puede encontrarse en la última dictadura militar argentina, cuando el Estado se propuso aniquilar no solo a los integrantes de las organizaciones guerrilleras, sino además, a todos aquellos que desarrollaban prácticas de solidaridad social en los barrios, en los centros de estudiantes, en los sindicatos o en otros espacios.

El Genocidio: ¿Acto de Locura?

Otra cuestión importante en el debate sobre cómo definir y comprender el genocidio tiene que ver con la racionalidad —o no— de sus perpetradores. Es tan fuerte la violencia que el Estado desata contra la población civil, y son tantos los millones de seres humanos asesinados, que los genocidios suelen verse como acciones irracionales llevadas a cabo por un grupo de personas sin cordura, extremadamente malvadas o enfermas de odio.

Algunos intelectuales que han analizado atentamente distintos genocidios rechazan estas ideas, aunque consideran que en el origen de todo acto genocida se puede hallar una ideología del odio, metódicamente difundida, dedicada a crear la imagen de que ciertos sectores de la comunidad están constituidos por seres inferiores, "impuros", casi inhumanos y culpables de todos los males.

Zygmunt Bauman y la Racionalidad del Genocidio

Para Zygmunt Bauman, un sociólogo y filósofo polaco que logró huir de los nazis y que ha estudiado en profundidad el holocausto judío, el acto del genocidio no es el producto de la barbarie irracional de un grupo de individuos, sino la consecuencia lógica de la civilización moderna. Para él, uno de los rasgos fundamentales de las sociedades modernas es su capacidad de separar las normas éticas de las acciones sociales.

De ese modo, los cálculos racionales predominan sobre las consideraciones morales y éticas. Así, Bauman sostiene que el genocidio es producto de una racionalidad extrema, despojada de toda inhibición moral.

Dicho de otro modo, el genocidio, para este autor, es el resultado de someter el uso de la violencia al cálculo racional, pero librado de toda norma moral: mientras el hecho se llevara a cabo para alcanzar algún fin —racionalmente pensado—, no importaba si ello implicaba la muerte de millones de personas. Por ello, Bauman entiende que, lejos de ser un hecho aislado e irrepetible, el genocidio es una posibilidad constante de las civilizaciones modernas.

Hannah Arendt y la Banalidad del Mal

Por otro lado, Hannah Arendt, una filósofa y teórica política de origen judío (que también logró escapar de la Alemania nazi), se ha opuesto con fuerza a la idea de que los responsables de los genocidios son seres desquiciados o monstruos enfermos de maldad.

Para ella, el horror de los crímenes de Auschwitz fue un quiebre en la historia humana, algo que carecía de antecedentes. Arendt acuñó el término "banalidad del mal" para describir la actitud de Adolf Eichmann, uno de los principales responsables de la "solución final", quien se refería a las víctimas del holocausto como "mosquitos molestos". Para ella, los ejecutores de Auschwitz no eran monstruos, sino seres despersonalizados, individuos "normales" que "hacían su trabajo" y que cumplían órdenes.

Al igual que Bauman, Arendt entiende que el acto aberrante y horroroso del genocidio es el fruto de las sociedades contemporáneas, producido por Estados totalitarios que han logrado suspender la sensibilidad de los seres humanos y los han despojado de toda norma ética y moral. Dicho despojo es parte de un proceso que tiene etapas y que sigue planes. Para algunos estudiosos, el genocidio es el momento final de una crisis anunciada por actos previos. Así, los Estados atraviesan distintos pasos que comienzan por actos de discriminación contra el grupo-víctima, para pasar luego a agresiones físicas, a derogar los derechos cívicos, a quitarles la nacionalidad. El fin incluye la expulsión, la deportación, la persecución y la masacre.

Como veremos, esta política de aniquilamiento de las civilizaciones modernas tuvo su primera víctima en el pueblo armenio, atacado y perseguido por los "Jóvenes Turcos" del Imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial.

Entradas relacionadas: