Generación del 98: Literatura y Cambio Social
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Entre 1890 y 1914 se producen una serie de profundos cambios sociales y culturales en todo el mundo occidental, que se conocen bajo el nombre de crisis de fin de siglo. Desde finales del siglo XIX se gestaba una nueva literatura que triunfa en los primeros lustros del XX. Modernismo y 98 son, en realidad, las dos caras de una misma ruptura, manifestaciones hispánicas de una crisis universal.
El término Generación del 98 se debe a Azorín, que lo propuso para referirse a un grupo de jóvenes escritores que habían empezado a escribir hacia finales del siglo XIX; entre los que citaba tanto a Unamuno, Baroja o Valle-Inclán como a Rubén Darío; según él, los rasgos que permitían agruparlos eran un espíritu de y un profundo amor al arte.
Características de la Generación del 98
Para los historiadores, una generación es un conjunto de hombres coetáneos que comparten problemas e inquietudes. Además de existir escasa diferencia de edad entre ellos, fundaron juntos revistas literarias y participaron en actos colectivos propios, como el homenaje a Larra; tuvieron una formación intelectual semejante y los unió un acontecimiento generacional, el desastre del 98. Estos requisitos se cumplen en autores como Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu, Pío Baroja, Azorín, Antonio Machado o Ramón María del Valle-Inclán, pero también en otros que no se incluyen en la lista de los noventayochistas; por ello, algunos críticos prefieren hablar del grupo del 98, porque los consideran un grupo reducido dentro de una generación histórica.
Desarrollo y Legado
En 1901, el grupo de los tres, Baroja, Azorín y Maeztu, publicó un manifiesto donde reflexionaron sobre las causas de los males de España con la intención de regenerar el país. A partir del 1910, Azorín señala que cada autor se ha creado una fuerte personalidad, con orientaciones estéticas muy diversas, aunque conservando los anhelos idealistas. Pasado el radicalismo juvenil, se configura la mentalidad del 98: se intensifica el entronque con las corrientes irracionales europeas y un neorromanticismo. El subjetivismo se convierte en un rasgo esencial de la estética del 98.
Temas y Estilo Literario
En sus obras están presentes las preocupaciones existenciales y religiosas. Son frecuentes los sentimientos de hastío de vivir o angustia, influenciados por filósofos como Nietzsche o Schopenhauer. Algunas obras de Unamuno o Baroja son claros antecedentes del existencialismo europeo. Es también común el problema religioso: fueron agnósticos en su juventud, actitud que Baroja mantendrá; otros, adoptaron posiciones católicas, como Azorín o Maeztu; Unamuno pasó su vida en constante lucha entre su razón y su sed de Dios.
Innovaciones Literarias
Hay que destacar sus innovaciones de los géneros literarios. Configuraron el ensayo moderno. Emplearon técnicas nuevas en la novela y el teatro, aunque los intentos renovadores en este último género, salvando a Valle-Inclán, tuvieron mucho menos éxito. No podemos dejar de destacar algunas de las obras de estos autores: Campos de Castilla de Machado, la trilogía de La busca de Baroja, Niebla de Unamuno, Luces de Bohemia de Valle-Inclán o Castilla de Azorín.
Legado y Crítica
Por último, en cuanto a la valoración del grupo del 98, la crítica afirma que acertaron cuando defendieron que la regeneración de España pasaba por la educación y su acercamiento a Europa. Pero incurrieron en errores, como el pensar que la esencia de lo español era Castilla e intentar demostrar que el carácter de un pueblo está determinado por el paisaje. Con todo, su renovación estética fue tal que, junto con los modernistas, se inicia lo que se conoce como Edad de Plata de nuestra literatura.