Fundamentos de la Filosofía de Descartes: Dios, Sustancia y Conocimiento

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Dios en la Filosofía de Descartes: Fundamento del Conocimiento

Dios ocupa un lugar central en la filosofía de Descartes, ya que es el fundamento de la veracidad de todo conocimiento, incluido el del mundo externo. Tras establecer la primera verdad indudable del cogito ergo sum (pienso, luego existo), Descartes reconoce que, aunque sabe que existe como ser pensante, no puede estar seguro de la existencia de nada más debido a su duda metódica. Para superar el solipsismo, recurre a demostrar racionalmente la existencia de Dios, quien actúa como garante de la verdad de lo que percibimos de manera clara y distinta.

Las Ideas y su Clasificación

Descartes distingue tres tipos de ideas según su origen:

  • Ideas adventicias:
    Son representaciones mentales derivadas de los sentidos, como la idea de un libro. Sin embargo, estas ideas no aseguran la existencia real de lo que representan, ya que podrían ser producto de un genio maligno que distorsiona nuestras percepciones.
  • Ideas facticias:
    Son elaboradas por la mente misma, como las fantasías o imaginaciones (por ejemplo, centauros o sirenas). Estas ideas son aún menos fiables, ya que no están basadas en experiencias sensoriales directas.
  • Ideas innatas:
    Son aquellas que no provienen de los sentidos ni de la imaginación, sino que están presentes en la mente de forma natural. Son universales y claras, como las ideas del cogito, del infinito, de la perfección y de Dios.

La Demostración de la Existencia de Dios

Descartes se enfoca en la idea de Dios, ya que es única: representa a un ser perfecto e infinito, cualidades que no pueden originarse en un ser finito e imperfecto como el ser humano. Para justificar la existencia de Dios, Descartes presenta dos argumentos principales:

El Argumento Causal

  • Todo lo que existe tiene una causa, ya que nada puede proceder de la nada.
  • Tenemos en nuestra mente la idea de una sustancia infinita.
  • La causa de esta idea debe ser un ser infinito, ya que una causa debe poseer tanta o más realidad que su efecto.
  • Por lo tanto, existe un ser infinito (Dios) que ha puesto esta idea en nuestra mente.

El Argumento Ontológico

Basado en San Anselmo, Descartes sostiene que:

  • En nuestra mente existe la idea de un ser sumamente perfecto, Dios.
  • Un ser perfecto no puede carecer de ninguna perfección, y la existencia es una perfección.
  • Por lo tanto, Dios, como ser perfecto, debe existir necesariamente.

El Papel de Dios como Garante del Conocimiento

Una vez demostrada la existencia de Dios, Descartes concluye que podemos confiar en nuestras percepciones claras y distintas. Dios, siendo perfecto, no puede ser un engañador, ya que el error y el engaño son signos de imperfección. Esto elimina la posibilidad de que un genio maligno distorsione nuestras percepciones y nos permite afirmar que el mundo externo existe y que es cognoscible.

En resumen, la existencia de Dios no solo permite a Descartes salir del solipsismo, sino que también fundamenta la posibilidad de alcanzar un conocimiento verdadero del mundo.

Las Tres Sustancias: Res Cogitans, Res Extensa y Res Infinita

Descartes, siguiendo un enfoque dualista similar al de Platón, explica la realidad a partir de tres tipos de sustancias. Define la sustancia como "aquello que existe por sí mismo y no necesita nada más para existir". Estas sustancias son:

  • Res cogitans (sustancia pensante):
    Es inmaterial y su atributo esencial es el pensamiento. Representa la mente o el alma humana, caracterizada por actividades como imaginar, razonar o desear. Esta sustancia no ocupa espacio y no está sujeta a las leyes físicas.
  • Res extensa (sustancia extensa):
    Es material, su atributo esencial es la extensión y está sometida a las leyes de la física. Incluye los cuerpos físicos, tanto humanos como los objetos del mundo.
  • Res infinita (sustancia infinita):
    Es Dios, la única sustancia verdaderamente independiente y perfecta. Dios actúa como creador del universo, similar a un relojero que diseña y pone en marcha un mecanismo que luego funciona de manera autónoma.

La división entre res cogitans y res extensa se debe a la incompatibilidad de sus atributos esenciales: pensamiento (inmaterial) y extensión (material). Descartes considera que estas dos sustancias finitas dependen de la res infinita, que las sustenta.

El Mecanicismo

El mecanicismo es un principio central en la filosofía cartesiana, aplicado especialmente a la naturaleza y los seres vivos. Según Descartes, todo lo material funciona como una máquina, regida por leyes mecánicas e inmutables. El universo es concebido como un gran reloj, diseñado por Dios, que opera de manera autónoma tras su creación, sin necesidad de una intervención continua del creador. Este modelo del Dios relojero representa una visión determinista de la realidad.

Descartes explica que los procesos naturales, como el movimiento de los planetas o la circulación de la sangre, se explican mediante causas eficientes, similares al funcionamiento de engranajes. Los animales son considerados autómatas complejos, desprovistos de alma o conciencia.

Además, Descartes desarrolla un pensamiento que contradice el aristotelismo, al rechazar la causalidad final, la idea de que los seres animados e inanimados actúan sin ningún propósito. Todo ocurre según leyes mecánicas predeterminadas.

El Ser Humano y el Problema Mente-Cuerpo

En el ser humano, se manifiesta la coexistencia de las dos sustancias finitas: el cuerpo (res extensa) y el alma (res cogitans). Aunque el cuerpo obedece las leyes mecánicas, el alma es pensante e inextensa, lo que genera un dualismo radical entre mente y cuerpo.

El Problema Mente-Cuerpo

Descartes se enfrenta a la cuestión de cómo interactúan la mente y el cuerpo, sustancias con atributos incompatibles. Propone que la interacción ocurre a través de la glándula pineal, situada en el cerebro. Según él, esta glándula es el punto de unión donde la mente influye en el cuerpo y viceversa.

Impacto Filosófico

Este problema llevó a filósofos posteriores, como Spinoza, a proponer alternativas al dualismo cartesiano, como el paralelismo o la sincronización, ya que Descartes no explicaba cómo una sustancia inmaterial podía afectar físicamente a una material.

En resumen, Descartes establece un marco metafísico dualista donde la realidad y el ser humano se explican a través de tres sustancias, pero su modelo enfrenta críticas por las dificultades para resolver el problema de la interacción mente-cuerpo.

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