El Franquismo: Familias, Actitudes Sociales y Consolidación del Régimen (1939-1975)
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Las Familias del Franquismo
La participación en el funcionamiento político del régimen franquista y la adhesión al mismo incorporó a diversos grupos. Los militares estaban vinculados a Franco y subordinados por el comando militar; los falangistas pretendían subordinar el Estado al partido; los carlistas defendían el tradicionalismo monárquico; y las tendencias conservadoras católicas, con la Iglesia como única institución que podía mantener y formar asociaciones al margen del Movimiento, ganaron influencia en la segunda etapa del franquismo, a pesar de la variedad de la Falange.
Actitudes Sociales y Políticas
La actitud social respecto al franquismo quedó marcada por el apoyo de las clases altas, cuya influencia perduró durante la Segunda República, y de los propietarios agrícolas. Las clases medias, tras el trauma bélico, desarrollaron una actitud pasiva ante la dictadura. Los sectores populares, considerados perdedores de la Guerra Civil, se vieron conducidos a una situación de pasividad política.
La Consolidación del Régimen Franquista (Institucionalización)
La primera de las ocho Leyes Fundamentales fue el Fuero del Trabajo. La Ley de Cortes establecía una división de poderes, aunque las Cortes no tenían carácter democrático y su designación dependía del Gobierno y de Franco. El Fuero de los Españoles era una declaración de derechos subordinados a la ideología del régimen. La Ley de Referéndum Nacional era la única vía de participación política de la población, y la Ley de Sucesión establecía que España se constituía en régimen, representando al Caudillo, quien debía nominar a su sucesor a título de rey. La Ley de Unidad Sindical organizó los sindicatos verticales, sometidos a la autoridad del delegado de Falange. Se abolieron los estatutos de autonomía y se marginó la lengua y cultura propias de Cataluña. El Gobierno ejercía su poder a través de los gobernadores civiles y se restableció la antigua estructura del capitalismo.
Aparato Represivo
Se mantuvieron los campos de concentración y los batallones de trabajadores, mientras que a los presos se les aplicaba la jurisdicción militar. Miles de detenidos pasaron por consejos de guerra, situación que se paralizó en 1952. La represión se sustentaba en un aparato legislativo como la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo, aplicada a actividades relacionadas con el orden público. Se crearon fuerzas policiales y se militarizó la Guardia Civil con el objetivo de defender el Estado.
Aislamiento Internacional
La posguerra mundial situó al franquismo en una etapa de aislamiento y rechazo internacionales. Las Naciones Unidas condenaron al régimen de Franco, lo que comportó que España quedara excluida del programa de ayuda a Europa y fuera de la OTAN.
Los Años del Hambre (Opción Autárquica)
El objetivo económico del franquismo fue la autarquía, es decir, la autosuficiencia económica. Se buscaba reestructurar la economía y la sociedad de un país, eliminando la dependencia exterior para garantizar su soberanía e independencia política. La política autárquica tuvo tres grandes ámbitos de actuación:
- Regulación del comercio: Se redujeron al mínimo las importaciones, lo que desembocó en una escasez de materias primas.
- Fomento de las industrias básicas: Se promovió la creación de un sector público empresarial, destacando RENFE.
- Regulación de la producción agraria: La escasez de productos llevó a regular el consumo mediante cartillas de racionamiento, garantizando a las familias productos básicos y otros como el jabón o el tabaco.