Forjando tu Ser: Decisiones, Valores y Conciencia Moral

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El Poder de Elegir: Valores y Decisiones

Existen muchos elementos atractivos para las personas, porque creen que les ayudarán a ser más felices. Además, el ser humano siempre tiene la sensación de que le falta algo.

Esos elementos atraen porque ofrecen valores y cualidades que son deseables: libertad, sinceridad, amistad, belleza, fama, posesión, entrega, justicia, etc.

Cada persona, desde su libertad, da preferencia o elige unos valores u otros, según el momento que viva y su propia escala de valores. Estos valores se han ido adquiriendo tras un proceso de reflexión y deliberación en su propia conciencia.

Una vez que la persona se ha decidido, actúa y elige de una manera u otra, según su voluntad.

Cuando ya se ha actuado y elegido, se presentan las consecuencias de esa decisión, que pueden ser positivas o negativas. En primer lugar, la decisión tiene consecuencias para la persona que ha actuado; después, para las demás personas. Tras decidir, cada persona debe asumir la responsabilidad de sus actos.

Construyéndose a Sí Mismo

Las personas nacen sin un destino predeterminado. Poseen la capacidad de ir construyendo su personalidad a lo largo de la vida. Y lo consiguen mediante las decisiones que van tomando. Pero la libertad de cada persona es limitada. El propio cuerpo humano y las circunstancias vitales que conforman la historia de cada persona determinan la libertad personal. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de ir actuando para orientar la vida hacia donde cada cual desea.

Todas las decisiones conforman a la persona, pero algunas de ellas son esenciales para orientar la vida personal, por ejemplo: elegir los valores con los que se quiere vivir; escoger a las personas con quien se quiere convivir (amistades, familia...); o saber lo que se quiere aportar a la sociedad en distintos ámbitos: profesional, intelectual, cultural, etc.

Por otro lado, cada etapa de la vida influye de manera distinta en la evolución de la persona. Durante la infancia, las decisiones más importantes las toman los demás. Pero desde la adolescencia y la juventud hasta llegar a la vida adulta, cada uno va tomando sus propias decisiones.

Todas estas ideas y conceptos forman parte de la ética y de la moral humana, es decir, de las normas que regulan la conducta y las relaciones humanas y sus implicaciones.

La Conciencia: Tu Guía Interna

Además de los valores, las normas y las leyes, que son externos a la persona, en el interior de cada uno se encuentra el elemento más importante que regula la vida moral: la conciencia.

Solemos decir que una persona es inconsciente cuando actúa sin percatarse de los peligros, cuando no se da cuenta del alcance de sus actos. Pero, en realidad, el ser humano es un ser consciente capaz de conocer la realidad y de conocerse a sí mismo, y de valorar moralmente sus actos y los de los demás.

Podemos definir la conciencia como la capacidad de las personas para formular juicios sobre la bondad o maldad de los actos propios y ajenos. El joven rico valoró con su conciencia si seguía a Jesús o se quedaba con sus riquezas; Zaqueo valoró igualmente con su conciencia si debía buscar a Jesús y si debía repartir sus riquezas y devolver lo robado.

La conciencia está formada por la escala de valores que la persona ha ido escogiendo para su vida. Esa escala de valores favorece la capacidad de analizar las diferentes opciones y de decidirse por una o por otra. De ahí que una buena formación de la conciencia sea esencial. Porque igual que se aprende a escribir bien, también se aprende a elegir bien.

Toda persona debe plantearse su escala de valores para actuar con libertad mediante su voluntad, y así conseguir ir construyendo su vida.

Así, la conciencia es el elemento más íntimo de la persona del que surgen los mejores impulsos y deseos para encontrar la felicidad.

Valores, Normas y Leyes: El Marco del Bien

Estas referencias para hacer el bien están fuera de la persona. Son los valores, las normas y las leyes que regulan la conducta y las relaciones humanas. Valores, normas y leyes siempre están relacionados entre sí.

Observa estos casos:

  • Valor: El respeto y la protección a la vida humana.
  • Norma: No matarás.
  • Ley: El código penal castiga el asesinato con cárcel.
  • Valor: La verdad.
  • Norma: No dirás falso testimonio ni mentirás.
  • Ley: Ley de defensa del honor y la buena imagen.

Si una persona adopta en su vida un valor como es, por ejemplo, la justicia, convierte ese valor en una norma para conseguir ser justo. Si, por ejemplo, el valor de la amistad le atrae, escuchar al amigo se convierte en una norma, en una obligación que la propia persona se impone.



Lo estudiarás en… geografía:

Las culturas asiria y babilónica de la región de Mesopotamia tuvieron una gran influencia en Israel. Los mesopotámicos fueron de los primeros en elaborar códigos escritos, como el de Hammurabi (1750 a. C.). Código de Hammurabi. Museo del Louvre. París


Buscar el Bien: Una Responsabilidad Fundamental

Las personas, a lo largo de su vida, tienen que asumir muchas responsabilidades. Probablemente, la responsabilidad más importante es la de buscar el bien. Todas las responsabilidades requieren cuidado y esfuerzo, pero quizá esta sea de las más complicadas. Ya hemos visto cómo todas las personas sienten un deseo de plenitud y de felicidad, y cómo a su alrededor perciben elementos que pueden aportarles el valor que les falta para conseguirlo.

La felicidad depende en gran medida de los valores que se elijan para vivir. Por eso, la búsqueda del bien y de los mejores valores es fundamental para la vida. Pero todas las decisiones que se toman en la vida, aunque no se perciba, repercuten en las personas con las que se convive y en el resto de la sociedad. Así, la búsqueda del bien no solo es para encontrar la felicidad individual. Esta búsqueda ayuda a reconocer cuáles son los valores y las normas morales que mayor felicidad pueden aportar a uno mismo y a los demás.

A lo largo de la historia, ha habido muchas personas que han buscado el bien y han propuesto conductas buenas. Desde esa perspectiva, podemos escoger las conductas que más han beneficiado a la humanidad y tenerlas en cuenta para utilizarlas como referentes y modelos de los que aprender.


han llenado las páginas y las pantallas. La cuestión que deberíamos plantearnos es si realmente es necesario acompañar la información con tan trágicas escenas. Es evidente que no se puede obviar la catastrófica

tragedia que ha supuesto el accidente; pero el sensacionalismo con el que está siendo tratado sobrepasa los límites éticos. No es necesario el acompañamiento de ciertas escenas, ya citadas, para poder comprender

la magnitud de los hechos.

Educar la Conciencia: Un Pilar del Desarrollo Personal

Una persona bien formada es aquella que ha educado todos los aspectos de su vida: el corporal, el intelectual, el de las relaciones sociales, etc. Y en esa lista de aspectos de la vida no se puede olvidar la necesidad de educar también la conciencia. Todo necesita ser educado para ser desarrollado y perfeccionado. Educar la conciencia moral es una tarea esencial del ser humano, porque va orientando y formando a la persona con sus decisiones.

Una conciencia bien educada es una conciencia recta porque está orientada al bien, y supone:

  • Buscar y conocer los valores y las normas morales que mayor felicidad aportan a la persona y al conjunto de la sociedad.
  • Construirse una escala de valores adecuada y querer aplicarla en la vida.
  • Conocer bien los deseos internos de la persona para no engañarse.
  • Plantearse de manera consciente las opciones y las decisiones de la propia vida con libertad, sin dejarse llevar por las presiones sociales.
  • Adquirir una voluntad fuerte para actuar según el bien.
  • Sentirse responsable de las decisiones que se han tomado y asumir sus consecuencias.

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