Filosofía de Nietzsche: Crítica de la Moral y la Muerte de Dios

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1. Filosofía del martillo Apolíneo y Dionisíaco

En El nacimiento de la tragedia, Nietzsche escribe que la esencia del mundo y de la vida se puede explicar a través del arte. Para expresar esta concepción recurre a la Grecia clásica, concretamente a la tragedia ática, que según él es la máxima expresión artística de la civilización griega, ya que en ella se manifiestan conjuntamente las dos fuerzas que representan el espíritu griego: el elemento apolíneo (Dios Apolo) y el elemento dionisíaco (Dios Dionisio).

En esta obra, Nietzsche explica que estos dos elementos manifiestan dos concepciones opuestas de la realidad. Así, dionisíaco es sinónimo de caos, devenir, infinitud, instinto, oscuridad, inquietud y borrachera. Mientras que apolíneo es sinónimo de forma, ser, finitud, razón, luz y serenidad.

Nietzsche afirma que el carácter dionisíaco dominó durante la época presocrática, pero que el elemento apolíneo se manifestó cuando se quiso comprender el caos y transformar todo lo que de horrible y absurdo había en el mundo.

El conocimiento bajo sospecha

Según Nietzsche, hay una concepción clásica de la verdad que piensa que esta puede ser explicada y que es independiente del hecho de ser conocida, es decir, hay un orden fijo, superior, que el conocimiento humano se limita a reproducir (Platón). Nietzsche rechaza absolutamente esta concepción, y lo expone claramente en su famosa obra El ocaso de los ídolos. Las VERDADES DE LA METAFÍSICA, las verdades que se han tenido hasta ahora, se tienen que sustituir para que así empiece una nueva consciencia, una segunda naturaleza. Además, para Nietzsche no hay una sola verdad, sino diferentes interpretaciones. No hay una interpretación de la realidad, sino diferentes acercamientos a esta realidad. (Vídeo redes: el cerebro construye nuestra realidad, en el vídeo se explica que nuestro cerebro no funciona como una cámara de vídeo, nuestros sentidos son limitados y nuestro cerebro interpreta lo que está pasando. Ver Rashomon). Además, para Nietzsche el pensamiento no va más allá de donde lo permiten las palabras, por lo tanto, las posibilidades del pensamiento son las posibilidades del lenguaje, y este no es más que un instrumento que permite organizar las relaciones entre los hombres, y entre estos y las cosas. Nietzsche dirá: “Toda palabra es un prejuicio”.

En el momento en que nosotros ponemos palabra a una cosa, la estamos encerrando. El lenguaje limita nuestro concepto de la realidad. Se llama perspectivismo a la doctrina nietzscheana según la cual, todo conocimiento se obtiene a partir de una determinada perspectiva y desde unos fundamentos vitales que lo condicionan (lo que soy yo). No aceptar que toda aprehensión de la realidad se hace a partir de ciertos condicionantes, sobre todo lingüísticos, en definitiva, no admitir que todo conocimiento es una interpretación, es la causa, según Nietzsche, de las falsas creencias, es decir, de las creencias contrarias a la vida. Debido a su concepción del lenguaje, Nietzsche es considerado uno de los predecesores de la filosofía del lenguaje del siglo XX.

Crítica de los valores morales

Nietzsche critica profundamente los conceptos metafísicos tradicionales, porque dice que son contrarios a los instintos vitales. Dirá: “la decadencia es tener que combatir los instintos”. Entonces, Nietzsche propone la transvaloración de todos los valores que han dominado hasta ahora en la cultura europea. Hablará de dos tipos de morales:

  • Moral de los señores: es la moral de los que dicen sí a la vida con todas sus exigencias trágicas, los individuos creadores de su propio destino. Es la moral de los individualistas, que solo siguen los valores que ellos solos se dictan.
  • Moral de los esclavos: nace del miedo y del sentimiento de inferioridad. Los débiles, vencidos por la vida, han inventado un más allá donde poder encontrar el consuelo de las miserias que han tenido que sufrir en la existencia terrenal. Como no podían gozar de los valores alegres de los poderosos, han tenido que crear este otro mundo, donde poder refugiarse del sufrimiento de esta vida. No obstante, los esclavos, acabarán imponiendo sus valores a los señores, con la ayuda de la religión, los débiles pueden imponer su propia debilidad. Y a pesar de utilizar palabras como amor, compasión, resignación, caridad... un odio profundo vive en el fondo del corazón de los esclavos que han llegado a ser amos. (MIRAR ÁGORA)

Los débiles han acabado imponiendo unos valores y unas normas de conducta basadas en el amor, la justicia, la bondad... como si fuesen el resultado consciente de una elección, cuando de hecho, han optado por la única forma de conducta adecuada a un espíritu sin fuerza, a un espíritu esclavo. La moral de los esclavos es una moral gregaria.

Así que los que atacan las creencias religiosas diciendo que son cosas de superstición e ignorancia, en nombre de la razón y del progreso, en nombre de la única verdad establecida, caen en el mismo juego que critican. Vemos claramente que lo que está criticando Nietzsche es la religión cristiana, y a la vez, el platonismo. Ya que para él el cristianismo no es más que un platonismo popular. DIOS HA MUERTO. Así que la verdad entendida como el conocimiento de un orden fijo de conceptos inmutables también ha muerto. Al no haber un mundo real más allá de nuestro mundo, el mundo aparente se convierte en el único mundo real. La muerte de Dios, o dicho de otra forma, dejar de buscar el sentido de la vida en un más allá, es el mensaje positivo que quiere aportar Nietzsche con su símbolo del Zaratustra.

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