Filosofía mares

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Trabajo
ACTIVIDAD POR LA QUE EL HOMBRE TRANSFORMA LA REALIDAD PARA SATISFACER SUS NECESIDADES FÍSICAS Y ESPIRITUALES. EN LAS SOCIEDADES DE EXPLOTACIÓN EL TRABAJO SE VIVE COMO UNA EXPERIENCIA ALIENADA, Y NO COMO UNA ACTIVIDAD DE AUTORREALIZACIÓN.
Es preciso darse cuenta de que para Marx la noción de trabajo va más allá de su dimensión puramente económica y se convierte en una categoría antropológica: Marx caracteriza al hombre como un ser dotado de un principio de movimiento, principio que determina su impulso para la creación, para la transformación de la realidad. El hombre no es un ser pasivo sino activo, y el trabajo o la actividad personal la expresión de sus capacidades físicas y mentales, el lugar en donde el hombre se desarrolla y perfecciona (más exactamente, donde se debería desarrollar y perfeccionar); de ahí que el trabajo no sea un mero medio para la producción de mercancías sino un fin en sí mismo y que pueda ser buscado por sí mismo y gozado. Dada esta comprensión de la naturaleza humana como la de un ser que sólo puede encontrar su perfección en el trabajo, no es extraño que el tema central de la filosofía marxiana sea la transformación del trabajo sin sentido, enajenado, del trabajo como un mero medio, en un trabajo enriquecedor, en un trabajo libre. En sus primeros escritos, llamó actividad personal a la realización de esta inclinación al movimiento, y cuando criticó la forma concreta de darse esta actividad en las sociedades de explotación pidió la abolición del trabajo. En escritos posteriores estableció la diferencia entre trabajo libre y trabajo enajenado y su crítica a la alienación se expresó en su preocupación por la emancipación del trabajo.
VALOR
El valor de un bien está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlo. La cantidad de trabajo que un bien encierra se mide por el tiempo de trabajo que se gastó en producirlo. Esto no significa - advierte el marxismo- que las mercancías encierran tanto o más valor cuanto más holgazán o más torpe sea el hombre que las produce o, lo que es lo mismo, cuanto más tiempo tarde en producirlas. Por ello se habla de tiempo de trabajo socialmente necesario, o sea aquel que se requiere para producir una mercancía cualquiera, en las condiciones normales de producción y con el grado medio de destreza e intensidad de trabajo imperantes en la sociedad.
La magnitud del valor de una mercancía permanece constante mientras no varíe el tiempo de trabajo socialmente
necesario para su producción. Pero éste varía al cambiar la capacidad productiva del trabajo, la cual depende de
diversos factores, entre los que se cuentan: grado de destreza medio del obrero, progresos de la ciencia y de sus
aplicaciones técnicas, volumen y eficacia de los medios de producción, y las condiciones naturales. Así, por ejemplo, la misma cantidad de trabajo que en años de buena cosecha arroja 8 sacos de trigo, en años de mala cosecha sólo arroja 4, aumentando al doble el valor de cada saco. El rendimiento obtenido en yacimientos minerales con una misma cantidad de trabajo, variará según se trate de yacimientos más pobres o más ricos. Los diamantes son raros en la corteza de la tierra; por eso su extracción supone, por término medio, mucho tiempo de trabajo, y ésta es la razón de que representen, en dimensiones pequeñísimas, cantidades de trabajo enormes.
Un objeto puede ser útil sin ser valor. Así ocurre cuando la utilidad que ese objeto encierra para el hombre no se
debe al trabajo. Tal es el caso del aire, de la tierra virgen, de las praderas naturales, etc. Por otra parte, ningún objetoinútil puede ser valor. Si es inútil también lo será el trabajo que encierra; no contará como trabajo ni representará, por tanto, valor.
En términos cuantitativos, el valor de un bien se descompone en valor de las materias primas usadas
(evidentemente, este valor está dado por la cantidad de trabajo invertida en la producción de ellas), valor del monto en que las maquinarias se desgastan en su producción (depreciación), valor de la fuerza de trabajo usada (salario) y plusvalía (beneficio del capitalista) generada por la fuerza de trabajo. Si bien el valor de cambio es la expresión formal del valor, no siempre ambos tienen la misma magnitud. El valor de cambio, o precio, oscila por la presión de distintas fuerzas del mercado como la oferta, demanda, etc., pero siempre en torno a la magnitud del valor.
Alienación:Tanto para Marx como para Hegel, este concepto describe la siguiente situación que le puede sobrevenir a un sujeto: cuando no se posee a sí mismo, cuando la actividad que realiza le anula, le hace salir de sí mismo y convertirse en otra cosa distinta a la que él mismo propiamente es, decimos que dicho sujeto está alienado; la alienación describe la existencia de una escisión dentro de un sujeto, de un no poseerse totalmente y, como consecuencia de ello, comportarse de un modo contrario a su propio ser. Sin embargo, aunque Marx tomó este concepto de Hegel, hay importantes diferencias en el modo en que ambos filósofos la interpretaron:
· para Hegel el sujeto de la alienación es la Idea (que algunos intérpretes de su pensamiento identifican
con el mismo Dios), para Marx el sujeto es el hombre;
· para Hegel la alienación consiste en el peculiar procedimiento por el cual la Idea se hace otra cosa
radicalmente distinta de sí, se enajena y se hace Naturaleza;
y las razones de este extraño destino son de
índole teológica, pues tienen que ver con los planes de la Idea (Dios) para su propia perfección o
autoconocimiento. En Marx la alienación se refiere a la explotación del hombre por el hombre, se refiere
a la pérdida de autonomía y libertad de una clase social como consecuencia de la explotación a la que le somete otra clase social, principalmente por el hecho de existir la propiedad privada de producción.
Marx considera que con la aparición de la propiedad privada se produce una circunstancia social totalmente nueva y que sólo podrá eliminarse con la abolición de dicha forma de propiedad. Podemos entender esta nueva situación si nos fijamos en la alienación en la sociedad esclavista: en esta sociedad el esclavo no se pertenece a sí mismo sino al amo; el amo puede disponer a voluntad del esclavo, de su cuerpo, de su mente, de su personalidad y sus habilidades. Cabe distinguir el individuo mismo, su actividad y los objetos producidos por su actividad; pues bien, en dicha sociedad, el esclavo no es dueño ni de sí mismo (carece de libertad completa, no puede hacer lo que quiera con su cuerpo, ni con su sexualidad, ni con su mente) pero tampoco es dueño de su actividad, ésta le pertenece al amo, como también le pertenece al amo el conjunto de objetos producidos por el esclavo (por ejemplo los objetos de su actividad manual, lo que obtenga por trabajar en el campo, ...). Según Marx, lo mismo ocurre en el sistema de producción capitalista: aquí el hombre se hace cosa, mercancía, usada por el propietario de los medios de producción sólo como un instrumento más en la cadena de producción de bienes. La propiedad privada convierte los medios y materiales de producción en fines en sí mismos a los que subordina al mismo hombre. La propiedad
privada aliena al hombre porque no lo trata como fin en sí mismo, sino como mero medio o instrumento para la producción
.
La alienación principal es la alienación económica, la alienación que se da como consecuencia de la estructura socioeconómica que descansa en la propiedad privada, pero no se agota en ella, pues también se expresa en la alienación religiosa, política, e intelectual. Podemos entender toda la propuesta filosófica de Marx como el intento de crear una filosofía que permita comprender las causas de la alienación (y en último término del sufrimiento humano) y encontrar su solución.



PLUSVALÍA:Marx distingue en toda mercancía su valor de uso de su valor de cambio. El valor de uso es el valor que un objeto tiene para satisfacer una necesidad. Este concepto se refiere a los rasgos de las cosas gracias a los cuales nos son útiles para la satisfacción de cualquier tipo de necesidad, desde las más biológicas como comer, hasta las más espirituales como las que se refieren al ocio y el mundo de la cultura. El valor de cambio es el valor que un objeto tiene en el mercado, y se expresa en términos cuantitativos, medidos por el dinero. Dos objetos con diferente valor de uso pueden tener el mismo valor de cambio si así lo determina las leyes del mercado, por ejemplo un ordenador puede costar lo mismo que una moto. El rasgo peculiar de la sociedad capitalista es que en ella la fuerza de trabajo es también una mercancía: dado que el productor no dispone de otro recurso para obtener bienes y medios para su subsistencia, debe poner la fuerza de su trabajo en el mercado. Del mismo modo que en el mercado las mercancías están sometidas a las fluctuaciones del mercado, básicamente por las leyes de la oferta y la demanda, la fuerza de trabajo tiene también un precio determinado por las mismas leyes. Pero a diferencia de otras mercancías un coche por ejemplo que satisfacen meramente necesidades humanas, la mercancía que llamamos fuerza productiva tiene la peculiar característica de producir otras mercancías. La fuerza de trabajo tiene un valor de cambio (el sueldo que recibe el trabajador) y un valor de uso (su valor para producir otras mercancías). A su vez, estas mercancías creadas por dicho trabajo tienen, claro está, valor de uso y valor de cambio, pero el valor de cambio que éstas tienen siempre es superior al valor de cambio que tiene la fuerza productiva que las ha creado (al salario).
Aunque añadamos a este último valor otras cantidades como las que puedan corresponder a la amortización de las máquinas usadas en la producción, o los costes financieros que el empresario gasta para llevar adelante su negocio, siempre habrá una diferencia.
A esta diferencia se le llama plusvalía y es el beneficio del capitalista. Sin este beneficio no habría sociedad capitalista.
Esto, traducido en términos de horas-trabajo, quiere decir: de las ocho horas que el trabajador trabaja, una parte
trabaja para él (la que revierte en lo que realmente le paga el empresario) y otra para el empresario (la que da lugar al exceso de valor de cambio que no revierte sobre el trabajador y que da lugar a la ganancia del empresario o plusvalía).
La propuesta del marxismo es la desaparición de la plusvalía, es la idea de que el valor del objeto producido
por el productor vuelva a éste; bien sea porque los beneficios se reparten directamente entre todos los obreros, como ocurre en la interpretación cooperativista del socialismo, bien sea porque el Estado los restituye indirectamente al productor en la forma de otros bienes de los que puede disfrutar (carreteras, educación y sanidad gratuitas, subsidios de desempleo, o de vejez, ...), como es el caso de la interpretación más estatalista.
INFRAESTRUCTURA 
ESTRUCTURA ECONÓMICA. BASE MATERIAL DE LA SOCIEDAD QUE DETERMINA LA ESTRUCTURA SOCIAL Y EL DESARROLLO Y CAMBIO SOCIAL. INCLUYE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS Y LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN.
DE ELLA DEPENDE LA SUPRAESTRUCTURA.
Las tesis marxistas más claras relativas a la infraestructura son las siguientes:
· es el factor fundamental del proceso histórico y determina el desarrollo y cambio social; dicho de otromodo, cuando cambia la infraestructura, cambia el conjunto de la sociedad (las relaciones sociales, elpoder, las instituciones y el resto de elementos de la supraestructura);
· la componen las fuerzas productivas (recursos naturales, medios técnicos y fuerza del trabajo) y las
relaciones de producción
(los vínculos sociales que se establecen entre las personas a partir del modo en
que éstas se vinculan con las fuerzas productivas, las clases sociales, por ejemplo);
· de ella depende la supraestructura (formas jurídicas y políticas, filosofía, religión, arte, ciencia, ...).
SUPERESTRUCTURA:CONJUNTO DE ELEMENTOS DE LA VIDA SOCIAL DEPENDIENTES DE LA INFRAESTRUCTURA. EN ESTE CONJUNTO SE INCLUYEN LA RELIGIÓN, LA MORAL, LA CIENCIA, LA FILOSOFÍA, EL ARTE, EL DERECHO Y LAS
INSTITUCIONES POLÍTICAS Y JURÍDICAS
.
La tesis básica del materialismo histórico es que la superestructura depende de las condiciones económicas en las que vive cada sociedad, de los medios y fuerzas productivas (infraestructura). La superestructura no tiene una historia propia, independiente, sino que está en función de los intereses de clase de los grupos que la han creado.
Los cambios en la superestructura son consecuencia de los cambios en la infraestructura. Esta teoría tiene importantes consecuencias:
· por una lado, la completa comprensión de cada uno de los elementos de la superestructura sólo se puede realizar con la comprensión de la estructura y cambios económicos que se encuentran a su base;
· por otro, la idea de que no es posible la independencia de la mente humana, del pensamiento, respecto del mundo económico en el que están inmersas las personas, lo que puede fomentar un cierto relativismo.
En el caso de la filosofía, ello quiere decir que la historia de la filosofía no puede ser una historia interna del pensamiento (algo así como la historia de cómo unos sistemas filosóficos dan lugar a otros); es preciso apelar a algo externo a ella misma, como es la economía, para comprender la propia filosofía. Las teorías filosóficas son consecuencia de las circunstancias económicas y de la lucha de clases en la que está inmersa la sociedad en la que vive cada filósofo.
CAPITAL:Entre las varias acepciones que tiene esta palabra en el lenguaje común, es, sin duda, la que ha dado lugar a su
significación económica, la que deriva del préstamo a interés, en el que se llama capital o principal aquello que se
da a réditos, es decir, lo que sirve para obtener cierto beneficio o aumento de riqueza.
Éste es el concepto del capital, que después de alguna ligera controversia, prevalece en la economía, y así se dice
que es el producto destinado a una nueva producción. El capital supone una primera operación productiva en que se
forma, y una segunda producción en que se aplica; el trabajo crea el producto y le convierte en capital, haciendo que se reproduzca; por eso, según algunos, viene a ser el capital una acumulación del trabajo o trabajo anticipado.
No consiste, pues, el capital económico en estas o aquellas cosas, sino que representa la idea de cierto empleo o
destino que pueden recibir todas: el dinero, el trigo, el árbol arrancado de la tierra, todos los productos, sin distinción alguna, serán capital o dejarán de serlo según que se dediquen a nuevas producciones o se consuman de un modo improductivo. De aquí que el capital revista formas tan variadas como múltiples son los resultados y
combinaciones a que la industria puede dar lugar; se clasifican aquéllas, sin embargo, por razón del oficio que el
capital desempeña, de la manera siguiente: provisiones, todo lo que sirve para la subsistencia del trabajador mientras se dedica a elaborar el nuevo producto; materias primeras, aquéllas que, siendo resultado de un trabajo
anterior, constituyen la base de alguna industria, el trigo en la producción de la harina, la harina respecto de la
panadería; materias auxiliares, las que se emplean o consumen para modificar las que llamamos primeras, tales
como el combustible, etc.; tierras cultivadas y construcciones industriales, comprendiéndose bajo esta forma del
capital todas las alteraciones hechas en el suelo que le preparan para las aplicaciones del trabajo agrícola, para la
fabricación y el cambio, como la roturación, los edificios, las vías de comunicación, etc.; máquinas, son los instrumentos que auxilian la acción de nuestras facultades físicas; el dinero, aunque no interviene directamente en la
producción, es también forma del capital, ya que por su medio pueden adquirirse las cosas en que el capital consiste, y por último, lo es de igual modo el derecho a los servicios, es decir, las deudas y obligaciones contraídas a nuestro favor, porque representan un valor cambiable y susceptible de aplicación productiva.
Valor que se valoriza. La forma inicial del capital es una masa de dinero cuya utilización en el proceso productivo
capitalista permite a su dueño obtener una cantidad mayor que la inicial. El dinero sirve para comprar maquinarias y materias primas por una parte, y fuerza de trabajo por la otra, vale decir capital constante y capital variable. Una vez que posee capital constante y variable, el capitalista puede organizar la producción de un determinado bien; el valor de una unidad de ese bien debe ser mayor que la suma de las partes de capital constante y variable que se han usado en su producción. De esta forma, cuando todo el capital constante y variable adquirido haya sido gastado, o sea cuando las máquinas estén tan desgastadas que no pueden seguir siendo utilizadas, cuando hayan sido consumidas las materias primas y cuando haya vencido el contrato de los trabajadores, el dinero obtenido por la venta de lo producido ha de ser mayor que el invertido originalmente. En este sentido sostiene el marxismo que el capital es un valor que se valoriza.



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