Figuras Literarias del Renacimiento y Barroco en España
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El Renacimiento en la Literatura Española
Garcilaso de la Vega
Garcilaso de la Vega (Toledo, 1501 - Niza, 1536) encarna el ideal del cortesano renacentista: un hombre versado tanto en las armas como en las letras, con una intensa vida amorosa. Su fallecimiento se produjo tras ser herido en el asalto a la fortaleza de Muy, en Provenza. Su obra, plenamente renacentista, abarca una epístola, dos elegías, tres églogas, cinco canciones y cuarenta sonetos. Alcanza su máxima expresión poética en sus églogas, donde diversos pastores reflejan los sentimientos amorosos del autor. Garcilaso dominó con maestría los temas renacentistas e introdujo en España estrofas italianas como la lira, que empleó en su canción A la flor de Gnido. Su estilo se distingue por su naturalidad y sencillez.
Fray Luis de León
Fray Luis de León se inscribe en la literatura ascética de la segunda mitad del siglo XVI. Esta corriente literaria manifiesta el anhelo del alma por distanciarse de lo terrenal para alcanzar la unión con Dios. Los temas predilectos de este autor son el deseo de soledad y retiro en la naturaleza (tópico del Beatus Ille), la búsqueda de la paz espiritual y la armonía con el universo. Su estilo es sencillo, con escasas imágenes y ornamentos. Su estrofa favorita es la lira. Entre sus poemas más célebres se encuentran la Oda a la vida retirada, la Oda a Francisco Salinas, La Noche serena y En la Ascensión, donde expresa el desconsuelo del hombre en la Tierra, alejado de Dios.
San Juan de la Cruz
La poesía religiosa de esta segunda mitad del siglo XVI se completa con San Juan de la Cruz, poeta místico que describe la experiencia de la unión con Dios. Esta unión se alcanza a través de las vías místicas: purgativa, iluminativa y unitiva.
La Prosa Renacentista: El Lazarillo de Tormes
El Lazarillo de Tormes se enmarca en el género de la novela picaresca y destaca por su originalidad dentro de la producción literaria del Siglo de Oro. Representa una literatura realista que contrasta con el idealismo o la religiosidad predominantes en la época. La obra, de autor anónimo, se publicó en 1554. Narra la vida de Lázaro de Tormes, desde su nacimiento hasta su matrimonio en Toledo con la criada de un arcipreste. Durante este tiempo, sirve a varios amos que lo maltratan y apenas le dan de comer: un ciego, un clérigo, un hidalgo o escudero, un fraile, un buldero, un capellán y un alguacil.
Características de la Novela Picaresca
- El relato es autobiográfico.
- La narración sigue un orden cronológico.
- El protagonista es un pícaro:
- Pertenece a una clase social baja, casi un delincuente.
- Es un vagabundo.
- Se mueve impulsado por el hambre.
- Busca mejorar su condición de vida.
- Es un antihéroe, carece de ideales.
En cuanto a la técnica empleada, cabe destacar la articulación de los episodios a través del hilo conductor de la vida del pícaro. La ironía y el diálogo son dos de los recursos más utilizados para desarrollar el argumento y expresar la crítica en la obra. El lenguaje refleja con precisión la imagen de un muchacho analfabeto, propia de la época.
Mística
El término "mística" proviene del verbo griego que significa "cerrar" y, etimológicamente, "oculto" o "secreto". Alude al conocimiento experimental de la presencia divina, en el que el alma siente como una gran realidad el contacto con Dios. Si bien la experiencia mística es un don que solo algunos obtienen, el alma puede colaborar para hacerse digna de él. Este esfuerzo y los ejercicios del espíritu que lo determinan constituyen la ascética, que depende de la voluntad humana. Se suelen distinguir tres vías o etapas en el proceso ascético-místico:
- Vía purgativa: el alma se purifica y libera de sus pasiones.
- Vía iluminativa: el alma comienza a recibir ciertas gracias de la divinidad.
- Vía unitiva: se consuma la unión mística con Dios.
El Quijote de Miguel de Cervantes
El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, obra cumbre de la literatura española, escrita por Miguel de Cervantes (Alcalá de Henares, 1547 - Madrid, 1616), fue concebida con la intención de ridiculizar los libros de caballería. Para ello, Cervantes posiblemente se inspiró en el Entremés de los romances, obra anónima en la que un pastor enloquece tras leer romances. La obra también representa un enfrentamiento entre el idealismo y lo material, entre la locura y la realidad, conceptos encarnados, respectivamente, por Don Quijote y Sancho. La obra se publicó en dos partes, una en 1605 y otra en 1615, y se estructura en torno a tres salidas: la primera (capítulos I-VI) y la segunda (capítulos VII-LII) en el primer libro; y la tercera (capítulos I-LXXIV) en el segundo. A lo largo de la obra, Don Quijote participa en numerosos episodios. En la primera salida, el protagonista se hace armar caballero en una venta; en la segunda, ya decidido a emular a los héroes de las novelas de caballería, comienza a recorrer el mundo en busca de aventuras (la de los molinos, la del vizcaíno, la del cuerpo muerto, la de los batanes, la del yelmo de Mambrino, la de los galeotes, la de los yangüeses, la de los cueros de vino, etc.); en la tercera salida, Don Quijote y Sancho residen un tiempo en el palacio de unos duques que se burlan de ellos para divertirse. Finalmente, llegan a Barcelona, donde Don Quijote es vencido por un vecino suyo que se hace pasar por el Caballero de la Blanca Luna, quien le impone el regreso a su hogar, donde fallece.
Estilo de la Novela
En el estilo de la novela destacan aspectos como la maestría en el uso del diálogo, la enorme riqueza de niveles léxicos (culto, popular, jergal, literario, grandilocuente, etc.), el perfecto empleo de la parodia y la ironía, así como un abundante y variado uso de la descripción.
La Poesía del Siglo XVII: El Barroco
Luis de Góngora
Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 1561 - 1627) nació en Córdoba y cursó estudios en Salamanca. Su vocación literaria fue muy temprana: sus primeros versos datan de 1580. Tanto él como Quevedo son los máximos exponentes de la poesía barroca. Góngora crea un estilo personal y original en el que el equilibrio renacentista se rompe a favor de la forma, ya que la expresión pasa a un primer plano. Se trata de una poesía de gran artificiosidad, con una profusa utilización de elementos ornamentales, de carácter culto fundamentalmente, y con una extraordinaria importancia de los valores sensoriales del poema.
Características del Lenguaje Gongorino
- Uso de metáforas e imágenes embellecedoras.
- Empleo de cultismos y un léxico colorista y sonoro.
- Uso del hipérbaton y los paralelismos.
- Utilización de referencias mitológicas.
El autor cordobés muestra dos vertientes diferenciadas en su poesía: la de corte realista y tono popular; y la de rasgos culteranos, con un lenguaje hermético y lleno de artificio y belleza.
Francisco de Quevedo
Francisco de Quevedo (Madrid, 1580 - Villanueva de los Infantes, 1645) representa la otra corriente poética del siglo XVII: el conceptismo. Esta corriente se caracteriza por priorizar los aspectos de contenido sobre los formales. Entre sus rasgos encontramos:
- Uso de metáforas, imágenes y símiles ("Risueña enfermedad son las auroras").
- Abundancia de juegos de palabras, así como paradojas y contrastes ("Escucho sordo y reconozco ciego/descanso trabajando y hablo mudo:/humilde aguardo y con soberbia pido").
- Aparición de equívocos y dobles sentidos ("donde el capitán Correa/da mal trato con su nombre").
Hombre profundamente preocupado por los asuntos de su tiempo, delicado y cruel al mismo tiempo, enormemente expresivo en todas las facetas de su producción literaria, está inmerso en el mundo de contrastes en que vivió, esto es, el Barroco.
Clasificación de la Obra Lírica de Quevedo
En líneas generales, la obra lírica de Quevedo se puede dividir en cuatro tipos:
- Poesía moral: muestra su preocupación por la vida, la muerte o el paso del tiempo.
- Poesía política: expresa sus críticas a los gobernantes y se lamenta por la decadencia de España.
- Poesía amorosa: expresa su sentimiento amoroso, a veces de una manera profunda e impresionante.
- Poesía satírica y burlesca: el autor despliega todo su ingenio para burlarse de personas, defectos y mitos.