Fiestas y Mentalidad en el Barroco Español: Espectáculo, Desengaño y Angustia

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Fiestas y Espectáculos en el Barroco Español

Una afición destacada de la sociedad barroca era la fiesta, el simulacro y el montaje escenográfico. Las autoridades de la Corte organizaban, con frecuencia sorprendente, toda clase de fiestas, juegos y celebraciones, con los que se regocijaba la sociedad y el pueblo madrileño. Cualquier suceso o acontecimiento era pretexto para organizar festejos y desfiles: visitas de reyes o príncipes, hechos políticos o diplomáticos transcendentales para la Corona y sus intereses como imperio, batallas ganadas en Europa contra sus enemigos, natalicios o compromisos de boda de infantes españoles, beatificaciones y canonizaciones de santos españoles, y un largo etcétera.

El escenario más usual de estos acontecimientos festivos era la Plaza Mayor, a cuyos balcones se asomaba en tales eventos lo mejor y más granado de la sociedad cortesana, la Casa Real en los balcones de la Casa de la Panadería y el Concejo en la de la Carnicería. Los festejos variaban mucho, como corridas de toros, desfiles, carreras de jinetes, justas, picas, simulacros teológicos y religiosos, procesiones, etc.

La Mentalidad Barroca: Desengaño y Angustia Existencial

El hombre del siglo XVII sufre un duro desengaño. La vitalidad y el optimismo que trajo consigo el Renacimiento se desvanecen. La realidad está dominada por la violencia y el cambio, y las apariencias no dejan ver su auténtico carácter. El sentimiento que domina es la inquietud, que se proyecta en distintos aspectos:

  • La naturaleza deja de ser un hogar para el hombre, es un ámbito hostil, caótico, erizado de peligros, por eso es preciso construir una estructura artificial que nos ofrezca sitio.
  • El ser humano inspira desconfianza, se ha dejado de creer en su bondad, triunfa una visión escéptica y pesimista de la sociedad.
  • La vida se entiende como tránsito hacia la muerte, ya no es el ámbito donde el hombre se realiza a través de sus obras, es un sueño fugaz, irreal y vano. Lo que somos y lo que hacemos está condenado a la destrucción según la ley del tiempo.
  • Dios y la religión se convierten en la única respuesta a la angustia de vivir. El hombre es el único ser de la creación que conoce el hecho cierto de su muerte.
  • La libertad queda oscurecida, parece que la historia de los pueblos y el destino individual de las personas se deciden al margen de su voluntad. El mundo se asimila a una representación teatral, en la que Dios es el autor y los hombres los actores.

El Barroco nace de la melancolía, de esa tristeza, la ansiedad de disfrutar, de aprovechar las alegrías de la vida que se mezcla con el hastío, el taedium vitae, que surge cuando se tiene la certeza de que eso no conduce a nada y se agotan en sí mismos.

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