Fases del Ciclo de Violencia, Duelo y Relaciones de Pareja: Superación y Adaptación

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Fases del Ciclo de la Violencia

El ciclo de la violencia se compone de tres fases distintivas:

  1. Fase uno: Acumulación de tensiones.
  2. Fase dos: Explosión o Incidente Agudo.
  3. Fase tres: Respiro de calma y cariño o Tregua Amorosa.

1. Acumulación de Tensiones

Durante esta fase ocurren incidentes menores de agresión que van creando un clima de temor e inseguridad en la mujer, a partir de que su marido o compañero se enoja por cualquier cosa, le grita o la amenaza.

2. Incidente Agudo

Las tensiones son descargadas a través de golpes, empujones, o maltrato psicológico excesivo. En esta fase, ambos operan con una pérdida de control y con gran nivel de destructividad de parte del hombre hacia la mujer, donde el primero comienza por querer enseñarle una lección a su mujer, sin intención de causarle daño y se detiene solamente cuando piensa que ella aprendió la lección.

3. Tregua Amorosa

Viene inmediatamente después de terminar el incidente de violencia aguda, al que le sigue un período de relativa calma. El comportamiento de parte del hombre es extremadamente cariñoso, amable, con muestras de arrepentimiento, pide perdón, promete no volver a golpearla bajo la condición de que la mujer no provoque su enojo.

Síndrome de Alienación Parental (SAP)

La alienación parental es un proceso que consiste en programar a un hijo para que odie a uno de sus padres sin que tenga justificación. Cuando el síndrome se presenta, el hijo da su propia contribución en la campaña de denigración del padre alienado.

Etapas de la Ruptura de Pareja

Se describen tres etapas principales en el proceso de ruptura de una relación:

1. Fase Inicial o de Negación

Es fácil de reconocer, ya que se produce en los primeros instantes y se caracteriza por no querer aceptar la situación vivida: "esto no puede estar sucediendo", "no es real", "es una pesadilla", "tiene que haber algún error". Las frases de negación se suceden al inicio en medio del pánico cuando descubrimos que la otra persona ha tomado la decisión de dejarnos.

2. Fase de Enojo e Ira

Esta etapa nos convierte en bombas emocionales. Una vez que aceptamos que la otra persona ya no regresará, que nos ha abandonado para siempre, es normal que empecemos a sentir odio e ira hacia esa persona, por habernos abandonado dejándonos solos. Seguramente tiraremos todas sus cosas, la borraremos de nuestra vida y hablaremos mal de ella a nuestros conocidos.

3. Fase de Aceptación/Adaptación

Esta es la última de las etapas del duelo. En ella, por fin habremos aceptado que nos han dejado, entendiendo motivos y razones. La nueva normalidad nos hará integrarnos de nuevo en la vida sin la dependencia emocional de esa persona.

La Pareja y el Duelo

La particularidad es que la pareja cumple en el sistema ciertos roles que deja de ocupar, por lo mismo, puede ser más dificultoso que otro duelo que no desordena tanto. Juan Fraire dice que es más estresante. Si el malestar se prolonga más de 6 meses es patológico. Hay 2 posibilidades: trabajar antes de los 6 meses y se acompaña en el proceso (terapia de acompañamiento), y si pasa de esos seis meses y lo atiendo al año, se entiende que está detenido en parte del proceso y se trabaja como desde el primer momento.

Cuesta hablar de síntomas, el duelo no es una enfermedad, es una reacción psicológica normal que requiere de la persona que está sufriendo la pérdida significativa un proceso de reacomodación psicológica, de aprender a vivir sin esta persona, proceso de reacomodación de roles. Se prefiere hablar de tareas del duelo y no de etapas.

Primera tarea: expresar lo que sienta, escucharla, entenderla. Escucha activa, permitir al otro expresar su tristeza. Expresar todo lo que siente. Después de eso, saber cómo ha enfrentado ciertos roles. Veo que tiene recursos, maneja ciertas herramientas.

Tarea del duelo:

Tipos de Violencia en la Pareja

Violencia Agresión

Se refiere a una relación de tipo simétrico en donde ambos miembros de la pareja buscan tener el mismo estatus y se esfuerzan por establecer y mantener la igualdad entre sí. Específicamente, se trata de una violencia bidireccional y cuasi pública, siendo habitual que las agresiones sean conocidas por el entorno. Fundamental aquí es que la identidad de ambos está preservada, es decir, el otro existe como miembro de la relación, no estando ninguno anulado frente al poder del otro. De esta forma, el conflicto es vivido desde el rechazo y no desde la desconfirmación, siendo ambos conscientes de lo que ocurre, pudiendo expresar temor y dolor por lo que les ocurre. En tal sentido, el pronóstico puede ser positivo, pues habría menores consecuencias en los miembros de la pareja producto de la existencia de violencia, en tanto ambos están conscientes de qué es lo que ocurre.

Violencia Castigo

Se refiere a una relación de tipo complementaria (desigual), en donde las partes no tienen igual estatus. Así, la relación se basa en la aceptación y la utilización de la diferencia entre ambos, lo cual da lugar a una violencia unidireccional e íntima (secreta), donde generalmente está comprometida la identidad de la persona en posición baja, pudiendo ser las secuelas más profundas y el pronóstico, por tanto, reservado. Aquí no hay pausas, lo cual hace que la intervención profesional sea más difícil, pues solo se busca ayuda en momentos de intensa crisis. Se trata de un tipo de violencia que hay que denunciar y conseguir la intervención de la justicia para proteger a la víctima e interrumpir la violencia.

Escala de Holmes y Rahe

  • Muerte del cónyuge
  • Divorcio
  • Separación matrimonial

Worden y el Duelo

Tarea I: Aceptar la Realidad de la Pérdida

Consiste en afrontar el hecho de que la persona ya no está. El autor distingue entre aceptación intelectual y aceptación emocional. El primer término hace referencia al conocimiento que se tiene de una muerte o pérdida, mientras que el segundo término va más allá del hecho de ser consciente de que alguien se ha ido, siendo necesario reconocer y vivir las emociones que han generado la pérdida. Cuando la pérdida no es por una muerte, como puede ser el caso de una ruptura de pareja, la esperanza de que la persona un día vuelva puede alargar en el tiempo esta tarea, dificultando la elaboración del duelo. Por eso es preciso aceptar la realidad de la pérdida y de las emociones que genera.

Tarea II: Trabajar las Emociones y el Dolor de la Pérdida

Para poder trabajar las emociones que surgen durante el período de duelo, es necesario que la persona sea consciente de qué emociones se están experimentando y permitirse sentirlas. Algunas de ellas son más evidentes, como la ira o el enfado, pero puede que no esté dejando salir a la superficie otras emociones más difíciles de afrontar, pero que también es necesario manejar, como es el caso del dolor, la angustia, o el sentimiento de soledad.

Durante el duelo, la persona experimentará tanto emociones negativas como positivas, sin responder a ninguna lógica ni orden establecido. Se puede sentir cualquier emoción en cualquier momento. Lo importante es aceptar en todo momento los sentimientos, nos parezcan lógicos o no, demasiado dolorosos o demasiado poco. Muchas personas, de manera consciente o inconsciente, no se permiten sentir ciertas emociones, bien por evitar el sufrimiento, por miedo al rechazo social. La sociedad actual hace más difícil completar la tarea II, ya que abandonarse al dolor está considerado como negativo e insano.

Tarea III: Adaptarse a un Medio en el que la Persona está Ausente

Worden habla de tres áreas de adaptación que se deben abordar tras la pérdida:

  1. Adaptaciones externas: cómo influye la pérdida en el día a día de la persona, es decir, qué roles desempeñaba.
  2. Adaptaciones internas: cómo influye la pérdida en la imagen que la persona tiene de sí misma, fundamentalmente en la definición que hacen de sí mismas y en su sensación de eficacia personal.
  3. Adaptaciones espirituales: cómo influye la pérdida en las creencias, valores y los supuestos sobre el mundo que tiene la persona.

Asumir los roles a los que no está acostumbrada, desarrollar habilidades que nunca había tenido y seguir adelante con un nuevo sentido de sí misma y del mundo.

Tarea IV: Recolocar Emocionalmente al Fallecido y Continuar Viviendo

Esta última tarea consiste en encontrar un lugar para la persona que se ha ido que le permita a la persona estar vinculada con ella, pero de forma que no le impida continuar con su vida. Debemos encontrar maneras de recordar a los seres queridos que han fallecido llevándolos con nosotros, pero sin que ello nos impida seguir viviendo. No consiste en renunciar al fallecido, sino en encontrar un lugar adecuado para él en su vida emocional.

Neimeyer y las Etapas del Duelo

Neimeyer propone tres etapas en el proceso del duelo:

Evitación

Fase de embotamiento, conmoción, incredulidad o shock. Sería ese primer período en donde la gente suele decir: "no puede ser", "no puede ser cierto", "no, no, no". Es tan desbordante el número de sentimientos que se ponen en marcha y es tan grande el impacto que produce la muerte del otro que equivaldría a permanecer mirando el sol por un largo período sin esconder la vista, situación que nos dejaría ciegos.

Asimilación

Tiene que ver con el conocimiento intelectual y emocional de la pérdida que provoca toda una revolución interior.

Acomodación

Trae aparejada la aceptación de que ese otro ya no va a volver y coincide con el momento de reorganización de la vida.

Factores de Riesgo de un Amor no Correspondido

  • Rasgos dependientes
  • Inseguridad

En caso de infidelidad, lo primero que se debe hacer es promover la desactivación de las reacciones emocionales.

Problemas Comunes en la Pareja

  1. El problema más común en la pareja es la interrupción de la comunicación.
  2. El entrenamiento en reciprocidad busca aumentar los intercambios positivos.

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