Familia, Castidad y Sexualidad: Enseñanzas Cristianas y Deberes Morales

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La Familia: Célula Fundamental de la Sociedad

La familia es considerada la "célula original de la vida social". El hombre y la mujer están llamados a entregarse mutuamente en el amor y la vida. La autoridad, la estabilidad y la vida familiar constituyen los cimientos para la libertad, la seguridad y la fraternidad en la sociedad. La comunidad puede aprender los valores morales cuando se comienza a honrar a Dios y a usar correctamente la libertad.

Deberes de los Hijos

  • Respeto a los padres (respeto familiar): Mostrar reverencia y consideración hacia los padres.
  • Piedad familiar: Manifestar gratitud hacia los padres por su apoyo en el crecimiento en estatura, sabiduría y gracia.
  • Obediencia a los padres: Acatar las directrices y enseñanzas de los padres.

Deberes de los Padres

  • Evangelización y catequesis familiar: Transmitir la fe y los valores cristianos a los hijos.
  • Educación integral: Proveer una educación que abarque los aspectos intelectual, espiritual y moral.
  • Respeto hacia los hijos: Tratar a los hijos con dignidad y consideración.
  • Responsabilidad en el hogar: Crear un ambiente familiar lleno de amor, fidelidad y seguridad.
  • Ejemplo de vida: Ser modelos a seguir para los hijos en cuanto a comportamiento y valores.

La Castidad: Integridad y Dominio de Sí

La castidad se define como la integración exitosa de la sexualidad en la persona, reflejando la unidad interior del ser humano en su dimensión corporal y espiritual. La sexualidad se vuelve verdaderamente humana y personal cuando se integra en una relación de entrega mutua, total y permanente entre un hombre y una mujer. La persona casta preserva la integridad de la fuerza de vida y amor, implica un aprendizaje del autocontrol y forma parte de la virtud de la templanza. Se manifiesta especialmente en la amistad y es una virtud moral fundamental.

La pureza implica ver a los demás según la perspectiva de Dios, reconociéndolos como prójimos. Nos permite considerar el cuerpo humano, tanto el propio como el ajeno, como un templo del Espíritu Santo, una manifestación de la belleza divina.

Actitudes que Atentan contra la Pureza y la Castidad

  • Lujuria: Deseo o goce desordenado del placer sexual.
  • Masturbación: Excitación voluntaria de los órganos genitales para obtener placer sexual.
  • Fornicación: Unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio, contraria a la dignidad de las personas y de la sexualidad humana.
  • Pornografía: Exposición de actos sexuales, reales o simulados, fuera de la intimidad de los participantes, con el fin de exhibirlos deliberadamente a terceros.
  • Violación: Agresión violenta contra la intimidad sexual de una persona. Atenta contra la justicia y la caridad, lesionando gravemente el derecho al respeto, la libertad y la integridad física y moral.

La Sexualidad: Dimensión Integral de la Persona

La sexualidad abarca todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y alma. Se relaciona especialmente con la afectividad, la capacidad de amar y procrear y, de manera más general, con la aptitud para establecer vínculos de comunión con los demás.

Cuarto Mandamiento: Honrar a Padre y Madre

Dios desea que, después de Él, honremos a nuestros padres, a quienes debemos la vida y quienes nos han transmitido el conocimiento de Dios. El cumplimiento del cuarto mandamiento conlleva su recompensa, ya que prolonga los días en la tierra que Dios nos da.

Sexto Mandamiento: No Cometer Actos Impuros

La diferencia y complementariedad física, moral y espiritual entre hombre y mujer están orientadas a los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. Dios otorga igual dignidad personal al hombre y a la mujer, creados a su imagen y semejanza. La sexualidad está ordenada al amor conyugal. En el matrimonio, la intimidad corporal de los esposos se convierte en un signo y una garantía de comunión espiritual. La sexualidad, mediante la cual el hombre y la mujer se entregan mutuamente con actos propios y exclusivos, implica un compromiso total hasta la muerte. Estos actos, realizados con intimidad y castidad, son honestos y dignos. La sexualidad es fuente de alegría y placer. Los novios, guiados por las enseñanzas de la Iglesia (CATIC), están llamados a vivir la castidad en la continencia, a crecer en el respeto mutuo, a aprender sobre la fidelidad y a esperar el momento del matrimonio para la entrega total, ayudándose mutuamente a crecer en la castidad.

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