Factores clave del éxito económico de Japón
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La población
Japón tiene en su población su principal activo. A pesar de su elevado número, lo importante de la población japonesa es su gran vocación para el trabajo. El pueblo japonés tiene características positivas como su laboriosidad, su aptitud para la innovación y su nivel educativo. Estas características lo capacitan especialmente para abordar cualquier clase de actividad económica.
Para entender al obrero japonés y la ética que lo anima, hay que tomar en cuenta que en Japón cada persona que entra a trabajar en una empresa es consciente de poseer en ella una participación social y moral muy profunda. Así, la relación amistosa del obrero japonés suele circunscribirse a la gente de la empresa para la que trabaja, excepción hecha de sus parientes y de algunos amigos íntimos, por lo común antiguos condiscípulos.
Educativamente, una de las claves del éxito japonés es el afán de un pueblo por instruirse y cultivarse. También debemos destacar la masiva incorporación de la mujer al mundo laboral, superando los dos tercios de las mujeres adultas.
El sistema laboral
El sistema laboral japonés difiere del de los países occidentales en dos aspectos:
- En que la movilidad de los trabajadores es muy reducida, permaneciendo en un mismo centro de trabajo casi toda su vida laboral, lo que implica costumbres paternalistas que tienen un efecto directo en la productividad y en la baja frecuencia de conflictos laborales.
- En el tiempo de trabajo. La jornada laboral media es de 10 horas diarias, con muy pocos días festivos al año, que apenas superan una semana, y con periodos vacacionales muy reducidos.
Los costes laborales
A pesar de que los salarios japoneses hace tiempo que dejaron de ser sinónimos de salarios de hambre, lo cierto es que, si tenemos en cuenta las largas jornadas y las altas productividades, los salarios siguen siendo realmente bajos.
Una inversión singular
Esta tasa de inversión es posible gracias a que el japonés posee un alto grado de virtud del ahorro, junto con la política de exención de impuestos por el pago de intereses. También estas tasas de inversión han sido posibles gracias a una característica determinada: los Zaibatsu o grandes trusts industriales, como Mitsui, Mitsubishi, Matshushita, Daewoo, etc.
Este particular sistema de concentración permite reinvertir continuamente la mayor parte de los beneficios en sus empresas. Esta tasa de inversión tiene un aspecto destacado, que es su elevado rendimiento, lo cual es debido fundamentalmente a cuatro factores:
- La gran dimensión de empresas y plantas industriales.
- La alta concentración industrial.
- La asociación del equipo capital con una fuerza de trabajo capacitada, laboriosa y disciplinada.
- La incorporación a esa alta tasa de inversión de unos elevados niveles tecnológicos.
La asimilación tecnológica
Con la Revolución Meiji quedó claramente definida la línea a seguir, que básicamente podemos sintetizar en cinco puntos:
- Trabas a la inversión extranjera.
- Política de atracción al país de técnicos extranjeros que tuviesen una alta capacidad, que estarían bien retribuidos, y que estarían al servicio del Estado o de las grandes empresas.
- Envío masivo de estudiantes japoneses al extranjero, con lo que se garantizaba el aprendizaje de las principales nuevas técnicas.
- Política de imitación de los mejores productos extranjeros, mediante la compra o simple copia de patentes del exterior, con la intención de mejorarlas en Japón.
- Política de explotación a fondo de una serie de técnicas importadas.
La capacidad excepcional de los japoneses para utilizar tecnología importada y producir con base a ella productos mejores y más baratos, así como su capacidad para innovar, han contribuido poderosamente a la milagrosa expansión de su economía. Otra característica de las empresas japonesas es su flexibilidad. Las fábricas son cascarones adaptables al cambio inmediato de actividad industrial. Se puede rehacer cuantas veces sea necesario por medio de pequeñas innovaciones, adaptaciones y agregados de maquinaria.
La interconexión entre Estado e Industria
Una de las razones importantes del crecimiento japonés es la total comunión entre los grandes grupos industriales y el Estado. Los grandes Zaibatsu gozan de una tremenda representación en el Gobierno, al mismo tiempo que aceptan un cierto paternalismo estatal.
Esta "aceptación" les garantiza la mayor y mejor parte del mercado interior de productos industriales. Esto implica el desarrollo por parte del Gobierno de una política proteccionista, soportada fundamentalmente por medidas no arancelarias, de difícil denuncia pero tremendamente efectivas, que les reserva su amplio mercado nacional, permitiendo el desarrollo de empresas nacionales altamente competitivas hacia el exterior.
El comercio exterior es esencial para la economía japonesa, ya que el mercado interior no es capaz de absorber por completo los bienes manufacturados que produce su propia industria. Por otro lado, como Japón tiene que importar la mayoría de las materias primas de las que depende su industria, el país también debe exportar una buena proporción de su producción anual, con el fin de mantener una balanza comercial favorable. Japón ha invertido los grandes excedentes comerciales acumulados durante las décadas de 1970 y 1980 en el exterior, de manera que se ha convertido en la principal nación acreedora del mundo.