Fábulas de Esopo
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La zorra y el leopardo
Una zorra y un leopardo discutían sobre su belleza. Como el leopardo a cada momento exaltaba la variedad de colores de su cuerpo, la zorra contestándole, le dijo: “Y cuánto más bella soy que tú, que no soy variada de cuerpo sino de espíritu.”
La zorra y las uvas
Una zorra hambrienta, al ver unos racimos que colgaban de una parra, quiso apoderarse de ellos y no pudo. Mientras se retiraba, dijo para sí: “Están verdes.” Así también, algunos hombres que no consiguen llevar a buen fin sus asuntos por su debilidad, acusan a las circunstancias.
Las moscas
Habiéndose derramado miel en una despensa, unas moscas que volaban se la comían. Y a causa de la dulzura del fruto no se apartaban. Al tener sus patas pegadas, como no podían volar, a punto de ahogarse decían: “Infelices de nosotras que por un breve placer morimos.” Así, la glotonería es causa de muchos males.
Las perras hambrientas
Unas perras hambrientas, cuando vieron en un río unas pieles empapadas, al no poder hacerse con ellas, se pusieron de acuerdo entre ellas para beberse primero el agua y luego ya hacerse con las pieles. Y les sucedió que de beber reventaron antes de alcanzar las pieles. Así, algunos hombres, por la esperanza de ganancias, sometiéndose a trabajos arriesgados llegan a perderse antes de alcanzar lo que quieren.
El león y la rana
Un león al oír una rana croando fuerte se volvió hacia el ruido, creyendo que era un animal grande. Y esperando un breve tiempo, cuando vio que salía de la charca, acercándose la pisó diciendo:”¿Entonces siendo de tal tamaño gritas tanto?
La fábula es oportuna contra un hombre charlatán que no tiene capacidad nada más que para hablar.
La mosca
Una mosca que se había caído en un caldero de carne, cuando estaba a punto de morir ahogada por la salsa, se dijo: “Pero yo desde luego he comido, he bebido y me he lavado, y aunque muera nada me preocupa”. La fábula muestra que los hombres soportan fácilmente la muerte cuando sobreviene sin dolor.
La gallina y la golondrina
Una gallina que se había encontrado unos huevos de serpiente, los empollaba con cuidado y después de empollarlos abrió los cascarones. Y al verla una golondrina, dijo: “Desgraciada, ¿por qué crías a estos que cuando crezcan empezarán a hacer daño empezando por ti?”
De esta manera la maldad no se puede amansar, aunque se le hagan los mayores beneficios.
La paloma y la corneja
Una paloma criada en un palomar alardeaba de su fecundidad. Y una corneja que la oyó dijo:” Para ya de fanfarronear, pues cuantos más hijos tengas de más servidumbres te lamentarás.”
La fábula muestra que son mucho más desgraciados quienes tienen hijos en la esclavitud.
La avispa y la serpiente
Una avispa habiéndose sentado en la cabeza de una serpiente y picándola continuamente la atormentaba. Y ella llegando a tener un intenso dolor y sin poder rechazar a su enemigo, después de salir a un camino y ver un carro que marchaba, puso su cabeza en la rueda, diciendo:”Muero junto con mi enemigo”.
Para los que intentan ponerse en peligro junto con su enemigo.
Las ocas y las grullas
Unas ocas y unas grullas pastaban en el mismo prado. Y habiendo aparecido los cazadores, las grullas, que son livianas, echaron a volar con rapidez, pero las ocas, que permanecen por el peso de sus cuerpos, fueron apresadas.
La fábula muestra que en la toma de una ciudad los pobres huyen fácilmente, pero los ricos siendo cogidos son esclavizados.
La golondrina y la corneja rivalizaban por su hermosura
Una golondrina y una corneja rivalizaban por su belleza. Y la corneja tomando la palabra le dijo: “Pues tu belleza florece en la estación primaveral, pero mi cuerpo se desarrolla incluso en invierno”.
La fábula demuestra que el aguante del cuerpo es mejor que la hermosura.
El hombre cobarde y los cuervos
Un hombre cobarde iba a la guerra. Al graznar unos cuervos, se quedó quieto después de tirar las armas, luego habiéndolas cogido de nuevo marchaba y al graznar de nuevo, se detuvo y por fin les dijo: “Vosotros seguiréis graznando lo más fuerte que podáis, pero a mí no me vais a catar”.
Fábula sobre los muy cobardes.
Las liebres y las águilas
Unas liebres peleando con unas águilas llamaron a unas zorras en alianza. Pero ellas dijeron: “Os podríamos haber ayudado si no supiésemos quiénes sois y con quiénes lucháis”.
La fábula demuestra que los que rivalizan con los más fuertes desprecian su propia salvación.
La becerra y el buey
Una becerra al ver a un buey trabajando le compadecía por su sufrimiento. Pero cuando llegó un día de fiesta, habiendo soltado al buey, cogieron a la becerra para degollarla. Y al verla el buey se rió y le dijo: “Becerra, por eso no hacías nada, porque pronto ibas a ser sacrificada”.
La fábula muestra que el peligro espera al que está ocioso.
Los leñadores y el pino
Unos leñadores partían un pino, y como habían hecho cuñas de él lo partían fácilmente. Y él dijo: “No reprocho tanto al hacha que me corta cuanto a las cuñas que han nacido de mí”. Que no es tan terrible, cuando uno sufre algo desagradable por personas ajenas que por sus familiares.
El cazador cobarde y el leñador
Un cazador buscaba las huellas de un león, y al preguntarle a un leñador sí había visto huellas de león y dónde dormía, le dijo: “Te voy a enseñar ahora mismo al león”. Y él, pálido de miedo y castañeteando los dientes, dijo: “ Busco únicamente las huellas, no al león”.
Que la fábula pone a prueba a los atrevidos y cobardes, audaces en las palabras y no en los hechos.
El lobo y el león
Cogiendo un lobo una vez una oveja del rebaño se la llevó a su cubil. Al encontrárselo un león le quitó la oveja. Y cuando estuvo lejos dijo: “Me has quitado injustamente lo mío”. Y el león riéndose dijo: “¿Pues a ti te había sido regalado por un amigo?
La fábula pone en evidencia a los bandidos rapaces y ansiosos que caen en la derrota y se reprochan unos a otros.
La zorra y la máscara de la tragedia
Una zorra, después de entrar en la casa de un actor y examinar cada una de sus cosas, encontró también una máscara de tragedia bellamente arreglada; y cogiéndola entre sus manos dijo: "¡oh, qué cabeza, y sin embargo no tiene cerebro!" La fábula [se ajusta] a los hombres magníficos en cuanto al cuerpo, pero faltos de razón en su mente.