Explorando la Relación Humano-Divina: Oración, Antiguo Testamento y la Búsqueda de Dios

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La Relación con Dios: Un Vínculo Esencial

La relación más importante para el ser humano es su relación con Dios. El Génesis no se centra en las similitudes del hombre con otras criaturas, sino en su conexión única con lo divino. Define al hombre basándose en su relación con Dios, afirmando la imposibilidad de reducirlo a lo puramente terrenal. Esta relación está en la esencia misma del ser humano.

Es crucial recordar que Dios es una comunión de personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Catecismo afirma que el hombre es capaz de Dios, y este deseo está inscrito en su corazón, ya que ha sido creado por y para Dios. Desde su nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con lo divino. Juan Pablo II enseñó que la imagen de Dios significa, sobre todo, la relación del hombre con Dios, una relación particular desde el principio.

La Oración: Un Diálogo con lo Divino

La oración es una forma fundamental de conectar con Dios. Existen diversos tipos de oración, cada uno con su propósito y significado:

  • Bendición: Entrega de dones de Dios al hombre y respuesta agradecida del hombre a los dones de Dios. Bendecimos al Todopoderoso quien primeramente nos ha bendecido y nos ha colmado con sus bienes.
  • Adoración: Exaltación gozosa del hombre que se reconoce criatura y pecador ante la grandeza del Creador y Salvador.
  • Petición: Solicitud o llamada para alcanzar la vida eterna. Puede adoptar diversas formas, como el perdón por los pecados cometidos, la búsqueda del Reino y la cooperación para su venida, o la súplica humilde para las necesidades de los hombres.
  • Intercesión: Petición en favor de otra persona. Esta oración nos une a la oración de Jesús, que intercede ante el Padre por todos los hombres, particularmente los pecadores. La intercesión se extiende también a pedir a favor de los enemigos.
  • Acción de gracias: Oración para agradecer los beneficios recibidos. Todo acontecimiento se convierte para el cristianismo en un acto para unirse con Dios. La Iglesia da gracias a Dios incesantemente, especialmente cuando celebra la Eucaristía, en la cual Cristo hace partícipe a la Iglesia de su acción al Padre.
  • Alabanza: Reconocimiento de la grandeza y bondad de Dios. Es la forma de oración que, de manera más directa, reconoce que Dios es Dios. Es totalmente desinteresada, canta a Dios por sí mismo y le da gloria por lo que Él es.

El Antiguo Testamento: Preparando el Camino

El Antiguo Testamento (AT) contiene 46 libros y su fin principal era preparar la venida de Cristo, redentor universal. Se divide en cuatro grandes temas:

1. El Pentateuco (La Torá)

Llamado por los judíos la Toráh, es decir, La Ley. Trata de la creación del mundo y de los orígenes y primeras vicisitudes del pueblo elegido por Dios. Contiene 5 libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

2. Libros Históricos

Narran los acontecimientos del pueblo de Israel. Contiene 16 libros: Josué, Jueces, Rut, los dos libros de Samuel, los dos libros de los Reyes, los dos libros de las Crónicas, Esdras, Nehemías, Tobías, Judit, Ester y los dos libros de los Macabeos.

3. Libros Poéticos o Sapienciales

Enseñan el camino para cumplir gozosamente la voluntad de Dios. Contiene 7 libros: Job, Salmos, Proverbios, Oohélet (o Eclesiastés), Cantar de los Cantares, Sabiduría y Sirácida (o Eclesiástico).

4. Libros Proféticos

En los que se expresa la revelación de Dios al pueblo de Israel por medio de unos hombres llamados profetas. Contiene 18 libros: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Baruc, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.

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