Explorando la Mente: Gestalt, Psicoanálisis Freudiano y la Formación de la Identidad
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Psicología de la Gestalt
Representantes Principales
Max Wertheimer, Wolfgang Köhler y Kurt Koffka (1912).
Conceptos Fundamentales
- Aquí y Ahora: El ahora hace referencia a que solo existe el presente, y cuanto más se vive, más intensa es la vida. El aquí es el complemento directo del ahora y tiene que ver con lo que se siente, lo que le pasa a uno en este momento.
- Darse Cuenta (Awareness): Hace referencia a la capacidad de cada ser humano para percibir lo que está ocurriendo, tanto exterior como interiormente. Hay tres zonas del darse cuenta:
- Darse cuenta de uno mismo o zona interna (sensaciones corporales como latidos, tensión muscular, etc.).
- Darse cuenta del exterior o zona externa (percepción del entorno: hace calor, hay ruido, etc.).
- Zona intermedia o fantasía (pensamientos, recuerdos, imaginación).
Leyes de la Sensopercepción
- Ley de figura-fondo
- Ley de proximidad
- Ley de cierre
- Ley de la buena forma (Pregnancia)
- Ley de la similitud
- Ley del contraste
Psicoanálisis Freudiano
Tópicas del Aparato Psíquico
Primera Tópica (Modelo Topográfico)
Describe el aparato psíquico con un Polo perceptivo, el cual recibe las excitaciones y por el cual entra la energía hacia el Polo motor para generar las acciones. En medio de estos dos polos, existen tres sistemas:
- Inconsciente (Icc): Contenidos reprimidos, regidos por el proceso primario.
- Preconsciente (Pcc): Contenidos accesibles a la conciencia (pensamiento, atención, capacidad de aprender).
- Consciente (Cc): Todo lo perceptivo; actúa como filtro de estímulos provenientes del interior y del exterior.
Entre estos sistemas existen dos censuras: la primera, más rígida, entre el Icc y el Pcc; y la segunda, más permeable, entre el Pcc y el Cc. Según Freud, el grupo Cc-Pcc era el que era capaz de gobernar la conducta.
Segunda Tópica (Modelo Estructural)
Este modelo de Freud se basa en tres instancias psíquicas:
- Ello (Id): Representa lo pulsional, lo reprimido. Regido por el principio de placer. Es totalmente inconsciente.
- Superyó (Superego): Instancia moral, representa los ideales y prohibiciones internalizadas ("lo que debo hacer y ser"). Regido por el principio del deber. Tiene partes conscientes e inconscientes.
- Yo (Ego): Actúa como regulador entre las demandas del Ello, las exigencias del Superyó y la realidad exterior. Regido por el principio de realidad. No es totalmente consciente; mecanismos de defensa, por ejemplo, operan inconscientemente. Esto se evidencia cuando no recordamos algo o cuando los demás nos señalan aspectos de nosotros mismos de los que no somos conscientes.
Constitución del Sujeto e Identificación desde el Psicoanálisis
El término sujeto remite a la condición de estar "sujetado" a algo; hacemos hincapié en la condición de estar amarrado a un entretejido social y simbólico. Es imposible pensar en el ser humano sin enraizarlo en una cultura. Esto difiere del concepto de individuo, que se refiere a la condición de único, indivisible y autodeterminado. Esta última condición es la que el psicoanálisis viene a cuestionar, considerándola producto de un espejismo que nos hizo creer que somos amos de nuestra vida psíquica.
Freud señala tres momentos en que la ciencia produce "heridas narcisistas" a la humanidad:
- Afrenta cosmológica: Copérnico demuestra que la Tierra no es el centro del universo.
- Afrenta biológica: Darwin muestra que el hombre es producto de la evolución y no una creación divina especial.
- Afrenta psicológica: El propio psicoanálisis revela que el Yo no es amo en su propia casa, al postular la existencia del inconsciente.
Cuando Freud habla de lo inconsciente, hace referencia a las huellas que deja la cultura (el lenguaje, las normas, los deseos del Otro) en la "carne", en el ser biológico. Sus marcas se manifestarán en sueños, lapsus, actos fallidos, fantasías y síntomas. El sujeto "come" todo el tiempo palabras, caricias, mensajes, de los cuales depende para sobrevivir psíquicamente.
Se pueden reconocer dos nacimientos: el biológico y el social (simbólico), el nacimiento dentro de una determinada cultura. Esta cultura le donará un lugar en el mundo, una posición en la estructura social y familiar. De esta forma se produce el sujeto, siempre en relación con los otros (el Otro social y simbólico).
Se puede decir que la "carne" (organismo biológico) se transforma en "cuerpo" (erógeno, significado) cuando se socializa, se culturiza a través de las marcas que recibe del Otro. Todos los sujetos encarnan una ficción; nos arman una escena (familiar, social) en la cual nos incluimos, una serie de proposiciones que conforman nuestra identidad.
El sujeto siempre está en conflicto consigo mismo, ya que la identidad nunca es fija, se le escapa continuamente. Mira y pregunta al Otro social para saber de sí mismo. La constitución del sujeto se produce como resultado de una compleja trama identificatoria posibilitada por el Otro. Esto rompe con la ilusión de un Yo autónomo y unificado.
Podemos decir entonces que la identidad es la respuesta (siempre provisional) que el sujeto elabora acerca de su lugar en el mundo, elaborada a partir de lo que nos dicen y demandan los Otros. La identificación es el proceso continuo (una pregunta constante), y la identidad es un intento de respuesta.