Exploración de la Mente y el Cuerpo: Perspectivas Filosóficas y Científicas
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Intencionalidad e Intimidad
Intencionalidad
La conciencia es siempre conciencia de algo y en todo acto consciente hay siempre una referencia a ese algo de lo que somos conscientes. Los actos mentales se refieren siempre a algo como su objeto. Esta característica se denomina intencionalidad. El análisis de la intencionalidad pone de manifiesto que en todo acto consciente intervienen tres elementos: sujeto (quien piensa), acto (de pensar) y objeto (lo pensado).
Intimidad
Se ha interpretado de distintas maneras:
- La intimidad de lo mental se ha expresado señalando que los actos mentales son privados, mientras que los hechos físicos son públicos. Los hechos físicos son accesibles para cualquier observador; los fenómenos mentales solo son accesibles para la persona a la cual pertenecen.
- La intimidad de los actos mentales se interpreta como conocimiento inmediato de estos por el mismo sujeto que los tiene: el sujeto capta sus propios actos mentales de modo inmediato, mientras que me veo obligado a deducir los actos y estados mentales de los demás.
Diferentes Planteamientos acerca de la Relación Mente-Cuerpo
El término tradicional que ha servido para referirse a lo que actualmente llamamos mente ha sido alma. La palabra alma procede del latín anima. Actualmente, la palabra anima se asocia principalmente a creencias religiosas, pero a lo largo de la historia ha sido entendida como el principio vital y espiritual de un ser y se le han atribuido funciones cognoscitivas, ontológicas o morales. Las dos posiciones generales en las que se han agrupado las diferentes teorías acerca de la relación alma-cuerpo son el dualismo (que defiende que el alma y el cuerpo son dos realidades de naturaleza completamente diferente) y el monismo (que defiende que no existen dos realidades, sino una sola).
Teorías Dualistas
El Dualismo de Platón
El ser humano es un compuesto de alma y cuerpo. Esta unión se interpreta como una unión provisional y antinatural, pues cuerpo y alma presentan características contrapuestas. El cuerpo es material, mortal y debe ser dominado. El alma es inmaterial y le corresponde el gobierno. Platón plantea un dualismo radical en su concepción del ser humano. Considera que cuerpo y alma pertenecen a dos órdenes o planos contrapuestos de la realidad: el mundo sensible y el mundo de las ideas. El mundo sensible está formado por cosas particulares y concretas que captamos a través de nuestros sentidos y al que pertenecería también el cuerpo. En cambio, el alma pertenecería por naturaleza al mundo de las ideas. Platón concibe al alma como principio de conocimiento racional. También la concibe como principio de virtud, entendida como liberación de las ataduras que impone lo material y sensible. Platón defenderá la transmigración y reencarnación del alma: cuando el cuerpo muere, el alma se reencarnará en otro cuerpo, y el nuevo cuerpo será de naturaleza más o menos elevada.
El Dualismo Cartesiano
El dualismo formulado por Descartes establece en gran medida la distinción actual entre lo físico y lo mental. Descartes plantea dos esferas radicalmente heterogéneas creadas por Dios: la característica que define esencialmente a la sustancia extensa es la extensión, pues todo lo que pertenece a esta esfera de la realidad dispone de unas dimensiones y ocupa un lugar en el espacio. La sustancia pensante es el yo, la propia conciencia, que no posee unas dimensiones en el espacio. Para Descartes, el pensamiento es la característica esencial de la sustancia pensante. Este planteamiento ontológico lleva a Descartes a sostener un marcado dualismo en su concepción del ser humano: el ser humano está formado por alma y cuerpo, ambos distintos entre sí y asociados a sustancia pensante y extensa. Dada su naturaleza radicalmente distinta, la unión alma-cuerpo no es concebida por Descartes como una unidad esencial o natural. En esta línea, Descartes rechazará la interpretación del alma como principio de vida.
Dualismos Interaccionistas y No Interaccionistas
Los dualismos mantenidos por Descartes y Platón son interaccionistas porque admiten que existe una influencia mutua entre alma y cuerpo y, por tanto, los fenómenos psíquicos causan fenómenos corporales y viceversa. Por el contrario, los dualismos no interaccionistas niegan esta influencia mutua y rechazan que haya causalidad en lo psíquico y lo físico.
El Ocasionalismo
Para los ocasionalistas, nada del alma puede afectar al cuerpo ni nada del cuerpo puede afectar al alma. Según el planteamiento de estos autores, la coincidencia de un fenómeno psíquico y uno corporal no se debe a que uno sea causa del otro, sino a la intervención de Dios que, dado uno de los fenómenos, produce el otro.
El Paralelismo Psicofísico
Leibniz coincide con los ocasionalistas en interpretar alma y cuerpo como naturalezas radicalmente heterogéneas entre las que no cabe causalidad. Para Leibniz, Dios es responsable del orden del universo, y este orden incluye las manifestaciones del alma y cuerpo desde el comienzo de la creación. Dios ha establecido una armonía preestablecida, y los fenómenos psíquicos y físico-corporales se sitúan en planos que corren en paralelo.
El Epifenomenalismo
Un epifenómeno es un fenómeno secundario que acompaña normalmente a un fenómeno principal, pero no resulta importante para la formación de este último. Según el epifenomenalismo, la interacción mente-cuerpo se da únicamente en una dirección, del cuerpo a la mente, pero no a la inversa.
Monismo
El monismo sostiene que existe una sola realidad o sustancia. La mayor parte de los monismos que se han formulado a lo largo de la historia del pensamiento son materialistas, pues consideran la materia y sus diferentes propiedades como la única realidad. A lo largo del siglo XX, diferentes teorías materialistas han intentado explicar los fenómenos relativos a la actividad mental y la conducta humana. Entre estas se encuentran el conductismo psicológico, las teorías fisicalistas de la mente y el emergentismo.
El Conductismo Psicológico
El conductismo pretende hacer de la psicología una ciencia experimental al modo de la física o la química. Los psicólogos conductistas aceptarán igualmente que cualquier conducta puede ser explicada como un conjunto de respuestas a los estímulos que han afectado al sujeto de dicha conducta. Dentro de este planteamiento, el conductismo negará la existencia de la mente y de los estados mentales.
Teorías Fisicalistas de la Mente
El fisicalismo es un enfoque general acerca de la naturaleza de lo real que ha dado lugar a varias teorías sobre la relación mente-cuerpo, teorías que se agrupan bajo la denominación de teorías fisicalistas de la mente o teorías de la identidad mente-cerebro. Las teorías fisicalistas de la mente identifican los fenómenos o estados mentales con los correspondientes estados cerebrales, no como si se tratara de cosas distintas, sino que defienden que mente y cerebro son lo mismo.
Emergentismo
El planteamiento fundamental del emergentismo es considerar la mente como una propiedad emergente del cerebro principalmente. Una propiedad emergente o sistémica es una propiedad que no poseen los componentes de un sistema considerados individual y aisladamente.