Exploración de la Arquitectura: Definiciones y Reflexiones a Través del Tiempo

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Definiciones de Arquitectura

William Morris: Arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, exceptuando sólo el puro desierto.

Leon Battista Alberti: El arquitecto será aquel que con un método y un procedimiento determinados y dignos de admiración haya estudiado el modo de proyectar en teoría y también de llevar a cabo en la práctica cualquier obra.

Carlo Lodoli: La arquitectura es una ciencia intelectual y práctica dirigida a establecer racionalmente el buen uso y las proporciones de los artefactos y a conocer con la experiencia la naturaleza de los materiales que los componen.

Louis Durand: La arquitectura es el arte de componer y de realizar todos los edificios públicos y privados.

John Ruskin: La arquitectura es el arte de levantar y de decorar los edificios construidos por el hombre, cualquiera que sea su destino, de modo que su aspecto contribuya a la salud, a la fuerza y al placer del espíritu.

Viollet-le-Duc: La arquitectura es el arte de construir. Se compone de dos partes, la teoría y la práctica. La teoría comprende: el arte propiamente dicho. La práctica es la aplicación de la teoría.

Adolf Loos: La obra de arte es un asunto privado del artista. La casa no lo es. La obra de arte se sitúa en el mundo sin que exista exigencia alguna que la obligase a nacer. La casa cubre una exigencia. La obra de arte es revolucionaria, la casa es conservadora.

Le Corbusier: La arquitectura está más allá de los hechos utilitarios. La arquitectura es un hecho plástico. La arquitectura es el juego sabio, correcto, magnífico de los volúmenes bajo la luz. La arquitectura es arte en su sentido más elevado, es orden matemático, es teoría pura, armonía completa gracias a la exacta proporción de todas las relaciones: ésta es la función de la arquitectura.

Nikolaus Pevsner: El término arquitectura se aplica solo a los edificios proyectados en función de una apariencia estética.

Louis Kahn: Ante todo debo decir que la arquitectura no existe. Existe una obra de arquitectura. Y una obra de arquitectura es una oferta a la arquitectura en la esperanza de que ésta obra pueda convertirse en parte del tesoro de la arquitectura.

Oscar Niemeyer: De un trazo nace la Arquitectura. Arte y oficio: arte y belleza son cada una de ellas por separado, plurales y cambiantes y sufren continuas crisis internas. Con mucho más motivo han de serlo sus relaciones (arte-belleza):

  1. Desde la que supone una ausencia total de relación y afirma que ni el objetivo del arte es la belleza, ni que esta se manifieste peculiarmente en aquél,
  2. hasta otra que ve en la representación material de la belleza el cometido principal del arte.

Belleza: Propiedad de las cosas que nos hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas; la belleza absoluta sólo reside en Dios.

  1. Para los más clásicos, la belleza es una categoría normalizada que se cualifica intelectualmente: teoría clásica de la belleza.
  2. Para otros es una expresión esencial de la naturaleza a la que el ser humano aspira intuitiva y espontáneamente.
  3. Tatarkiewicz nos propone una noción plural. La belleza no es una cualidad del objeto ni una reacción del sujeto, sino la relación del objeto con el sujeto. Es el resultado de un contacto entre la supuesta obra bella y la persona humana que la considera como tal.

El Arte y la Arquitectura

Arte: es estática en el tiempo; su evolución ha sido suficientemente estudiada como para caer ahora en la ingenuidad de usar acepciones sincrónicas y, por ello mismo, intelectualmente reduccionistas.

Th. W. Adorno: afirma que la definición de lo que el arte puede ser, está predeterminada por lo que alguna vez fue; pero solamente alcanza legitimidad por lo que ha llegado a ser y todavía más, por lo que quiere y pueda ser. Así, algunas figuras culturales del pasado se vuelven realidades artísticas sin haberlo sido nunca, y otras que antes eran arte han dejado de serlo. El arte, al transformarse, empuja su propio concepto hacia contenidos que no tenía; de manera que no reposa sobre invariantes y solamente puede ser interpretado por su propia ley de desarrollo.

Tatarkiewicz: construye una concepción pluralista del arte y la estética. Afirma la multiplicidad de lo que se llama arte y dice que, en diferentes períodos, países, tendencias y estilos, las obras de arte no sólo tienen formas diferentes, sino que cumplen funciones diferentes, expresan intenciones diferentes y funcionan de maneras diferentes. Al hablar de arquitectura, Hegel la considera un arte, pero inmediatamente percibe su naturaleza diferente, que él llama autónoma. Afirma que lo que caracteriza esencialmente la casa, el templo y otras construcciones es el hecho de que se trata de simples medios para satisfacer unos objetivos religiosos o no exteriores al arte, satisfacción racional que, según él, no conviene al arte ni está destinada, consecuentemente, a provocar obras de arte. Hegel concluye que la arquitectura es un arte simbólico y, provisto de esta premisa, traza toda la evolución de la arquitectura en la historia. Pero hay que aclarar que Hegel la basa exclusivamente en los ejemplares de la arquitectura religiosa, afirma que la arquitectura es un arte con una finalidad esencial diferente de la finalidad del arte. Hegel adjetiva al arte de la arquitectura de arte simbólico.

Arquitecto: ¿Técnico o Artista?

Planteamiento

La noción esencialmente artística de la arquitectura, arraigada en el inconsciente colectivo puede explicar un hecho incontrovertible: el de la radical incomprensión del público de hoy hacia el trabajo del arquitecto. Incomprensión que procede del aprendizaje escolar fraccionado en el estudio del arte, la ciencia, la técnica, en el que la arquitectura es una noción abstracta, a saber, el conjunto de aspectos que los edificios tienen en común con los cuadros y las estatuas; mientras que la actividad del arquitecto es, para el público, una cosa relacionada con el negocio de la construcción.

Definición del Proceso Creativo Artístico

Picasso: Nunca sé por adelantado lo que pondré sobre la tela. Mientras trabajo, no me hago cargo de lo que pinto. Es mucho más tarde cuando empiezo a apreciar el efecto de mi trabajo.

Tàpies: Igual que un investigador en su laboratorio, soy el primer espectador de las sugerencias posibles arrancadas a la materia.

Tharrats: Generalmente parto de una idea preconcebida, pero hasta que no estoy metido de lleno en mi labor no tengo plena conciencia de lo que debo hacer.

Barceló: Primero hago las cosas y luego encuentro una explicación.

José Hierro: Que el poeta, al comenzar el poema, no sabe cuál será su desarrollo y su fin. No se sabe el poema. Descubriré lo que quería decir cuando haya terminado.

Proceso Artístico de Picasso

Me consideran como un buscador. Yo no busco, encuentro. Y también: Yo no pienso, yo no busco, yo no me propongo nada. Lo que encuentro, lo doy, y nada más. Así trabaja el artista contemporáneo. Cojo el lápiz blando, lo hago correr sobre el papel blanco; Picasso trabajaba a menudo de manera semejante. El film de Clouzot que lo retrata en un acto de producción real.

Diferencias en el Proceso Creativo Arquitectónico

El arquitecto, tal como afirma Collins, no define su obra tan sólo mediante una serie de racionalizaciones, como las de un científico o por la presión del espíritu del tiempo, pero tampoco lo hace a través de una intuición libre, como el músico o el pintor. Piensa las formas intuitivamente e intenta justificarlas racionalmente y se desencadena, de esta manera, un proceso dialéctico regido por lo que podríamos llamar la teoría de la arquitectura, que solamente puede ser estudiada en términos éticos y filosóficos. En la arquitectura, a diferencia de las otras artes plásticas, hay un proyecto, con unos objetivos casi perfectamente prefijados excepto en algún encargo de política suntuaria; hay un destinatario, el cliente, el promotor o el usuario, o los tres a la vez, a los que hay que escuchar y satisfacer o, al menos, convencerles de que cambien sus expectativas iniciales para, finalmente, dar satisfacción a sus necesidades, definidas de común acuerdo.

Albert Casals: Los fines de la arquitectura difieren mucho de los de las otras artes, pues no radican en ninguna valoración estética dominante ni en la búsqueda de la expresión, aunque todos estos aspectos estén presentes en sus obras. La obtención de una forma adecuada necesariamente a un uso predeterminado es exactamente el cometido de la arquitectura. En el esfuerzo de alcanzarla reside la tensión creadora, equidistante de la que experimentan el artesano y el artista.

Adolf Loos transmite la tensión entre la forma y el uso de la obra de arquitectura a su manera. Un argumento más, éste de orden económico, ratifica la diferencia entre una obra de arquitectura y una de arte. Cualquier edificio, por mucho que forme parte del patrimonio artístico, puede ser vendido y comprado y su precio viene determinado por el mercado inmobiliario, regido por unos módulos de valor totalmente distintos de los del mercado de las obras de arte, hoy basados sobre todo en el nombre del autor. La arquitectura es un arte; pero de tal naturaleza que, a diferencia de las artes puras, que solamente se deben a sí mismas, su finalidad se encuentra en algo distinto a la finalidad del arte, esto es, en el uso del objeto producido: «En la arquitectura, un cierto uso del objeto es la cosa principal de su arte, y a él, como condición, se subordinan las ideas estéticas». Esta es, según Kant, la misión específica de la arquitectura: lo esencial de un edificio es el acomodo del producto para un cierto uso.

¿Arte Bella o Arte Práctica?

Es la contradicción en el corazón de la arquitectura, entre los que la consideran la madre de las artes y los que insisten en que nada tiene que ver con el arte, por ser una simple cuestión de función por economía. Ninguna otra disciplina que se reclame a sí misma como un arte está tan dividida en su interior.

Práctica Profesional de la Arquitectura

La arquitectura ha sido considerada una de las seis Bellas Artes. Determinados edificios u otras construcciones son obras de arte ya que pueden ser considerados primariamente en función de su forma o estructura sensible o de su estética. Desde este punto de vista, aunque los medios de la arquitectura puedan consistir en muros, columnas, forjados, techos y demás elementos constructivos, su fin es crear espacios con sentido donde los seres humanos puedan desarrollar todo tipo de actividades. Es en este tener sentido en que puede distinguirse la arquitectura como arte de la mera construcción. Así es como ésta es capaz de condicionar el comportamiento del hombre en el espacio, tanto física como emocionalmente. Aunque en la actualidad suele considerarse que la principal actividad de la arquitectura va dirigida al diseño de espacios para el refugio y la habitación, sólo a partir del siglo XIX comenzaron los arquitectos a preocuparse por el problema del alojamiento, la habitabilidad y la higiene de las viviendas, y a ampliar su ámbito de actuación más allá de los monumentos y edificios representativos.

Reseña Histórica

En De Architectura de Vitruvio (S. I a. C.) se dice que la arquitectura descansa en tres principios: la Belleza (Venustas), la Firmeza (Firmitas) y la Utilidad (Utilitas). Basta con leer el tratado para percatarse de que Vitruvio exigía estas características para algunos edificios públicos muy particulares. Cuando Vitruvio se atreve a intentar un análisis del arte sobre el que escribe, propone entender la arquitectura como compuesta de cuatro elementos: orden arquitectónico, disposición, proporción y distribución. Más adelante divide la arquitectura en tres partes: Construcción, Gnómica y Mecánica. En 1674 Claude Perrault, médico, publica su traducción resumida del tratado de Vitruvio. El resumen es el medio por el que se conoció a Vitruvio y que desde entonces influyó en los tratados y teorías de los siglos siguientes. La diferencia entre la versión de Perrault y las anteriores es, según José Luis González Moreno-Navarro, en que Perrault tergiversa el carácter sintético de la arquitectura en una visión estrictamente analítica y fragmentada en tres ramas autónomas. Por el contrario, según Vitruvio la arquitectura es una ciencia que surge de muchas otras ciencias, y adornada con muy variado aprendizaje. La práctica y la teoría son sus padres. La práctica es la contemplación frecuente y continuada del modo de ejecutar algún trabajo dado. La teoría es el resultado de ese razonamiento que demuestra y explica que el material forjado ha sido convertido para resultar como el fin propuesto. Es entonces la arquitectura un ejercicio en el que efectivamente se envuelven orden, síntesis, semiología, materia, pero aún más importante que aquello, es un trabajo creativo, innovativo, inédito, siempre que se excluya la arquitectura producida desde la industria inmobiliaria. La importancia de la arquitectura en el siglo XX ha sido enorme, no sólo se ha producido un gran aumento de población sino también importantes movimientos de poblaciones, desde las zonas rurales a las urbanas y, terminada la Guerra Fría, desde los países pobres a los países ricos.

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