Existencia de Dios y la Esencia del Ser: Explorando la Filosofía Tomista
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Pensamiento Filosófico de Santo Tomás de Aquino
La Existencia de Dios
La filosofía de Santo Tomás de Aquino tenía como objetivo principal la demostración de la existencia de Dios. Consideraba que las pruebas a priori (como el argumento ontológico de San Anselmo) eran erróneas porque, según él, el conocimiento tenía que empezar con la experiencia. Por lo tanto, utilizaba las pruebas a posteriori, que partían de la experiencia sensible, y la demostración quia (que permitía averiguar la existencia de una cosa sin conocer previamente su naturaleza). Así llegó a la formulación de las cinco vías:
Primera Vía (Argumento Cosmológico):
Inspirada en Aristóteles, va desde el movimiento del mundo hasta el Primer Motor Inmóvil. Todo lo que se mueve es movido por otro. Al no poder haber una serie infinita de motores, tiene que haber un Primer Motor Inmóvil, Dios; luego Dios existe.Segunda Vía (Causalidad Eficiente):
Inspirada en Aristóteles, va desde las causas subordinadas hasta la Primera Causa Incausada. Como una causa no puede ser causa de sí misma, pero tampoco puede haber una cadena infinita de causas, tiene que haber una Primera Causa Incausada, Dios. Por tanto, Dios existe.Tercera Vía (Contingencia del Ser):
Inspirada en Maimónides, va desde la contingencia del mundo hasta el Ser Necesario. Como todo ser contingente existe gracias a otro, tiene que haber un ser que no haya recibido la existencia de ninguno, Dios. Luego Dios existe.Cuarta Vía (Los Grados de Perfección):
Inspirada en los neoplatónicos, va desde los grados de perfección hasta el Ser Infinitamente Perfecto. Por experiencia, vemos en las cosas un grado de perfección, pero al ser imposible la existencia de una cadena infinita de perfección, tiene que haber un grado máximo, Dios. Por tanto, Dios existe.Quinta Vía (Orden Cósmico):
Va desde el orden del mundo hasta la Inteligencia Ordenadora. Como los seres del mundo obran con un fin, debe existir una inteligencia que los oriente. Pero al no haber una cadena infinita de inteligencias ordenadoras, tiene que existir una inteligencia suprema, Dios. Luego Dios existe.
Esencia y Existencia
Una vez demostrada la existencia de Dios, Santo Tomás se pregunta qué es lo que distingue a Dios del resto de realidades y acepta el principio de composición, según el cual los distintos seres, excepto Dios, están compuestos, no de materia y forma como afirmaba Aristóteles, sino de esencia y existencia, siendo la esencia el ser y la existencia el acto de ser. La existencia, o el acto de ser, se despliega en distintos niveles de perfección según las esencias que en cada caso actualiza, llegando así a la escala ontológica de los seres, que mide el grado de perfección de la esencia y existencia de los distintos seres, siendo Dios el ser más perfecto, seguido de los ángeles, los seres humanos y las cosas.
Esencia y existencia solo se identifican en Dios (que incluye toda perfección posible). Para explicar cómo los entes creados participan del ser en grados distintos, según la capacidad de ser de sus respectivas esencias, Santo Tomás recurre al concepto de participación de Platón.
Para saber cómo es la esencia o naturaleza de Dios, Santo Tomás lo compara con los seres humanos por analogía mediante dos vías: la vía negativa (que consiste en negar en Dios aquello que en los seres humanos es negativo) y la vía de la eminencia o positiva (que consiste en considerar perfectos en Dios todas aquellas cualidades que encontremos en los seres humanos).
Teoría del Conocimiento
En relación con el conocimiento, Tomás formula su teoría del conocimiento basándose en la de Aristóteles; es decir, que el conocimiento humano comienza por los sentidos (conocer para el hombre consistirá en un proceso de abstracción a partir de lo sensible que termina con la posesión del concepto universal).
El primer grado de conocimiento es la sensibilidad, que capta la especie sensible de las cosas por los sentidos, creando una representación o "fantasma". El entendimiento agente actúa sobre estos fantasmas despojándolos de sus elementos individuales y hace posible que se ejerza la actuación del entendimiento paciente, que pasa de la potencia al acto de conocer y termina formando el concepto universal.
Razón y Fe
La teoría del conocimiento de Santo Tomás provocó que se establecieran unos límites en torno a Dios que la razón no puede sobrepasar, siendo la fe la encargada de darnos la información de lo que hay más allá de dichos límites. Para Santo Tomás, razón y fe son verdades distintas que dan lugar a dos fuentes de conocimiento diferentes: filosofía y teología. Sin embargo, razón y fe colaboran. La razón ayuda a la fe con sus procedimientos de ordenación científica o con sus armas dialécticas, mientras que la fe ayuda a la razón mostrándole que la única verdad posible es el cristianismo. En caso de producirse un conflicto entre los hallazgos de la razón y las exigencias de la fe cristiana, Santo Tomás afirmará siempre que el error se encuentra en la razón.
Ley Natural y Felicidad
Santo Tomás afirma que la felicidad es el último fin del hombre, y que la alcanza cumpliendo la ley natural, que es la irradiación espontánea de la ley eterna de Dios en el hombre y que nosotros conocemos por las tendencias que derivan de su propia naturaleza, siendo la ley eterna el fundamento esencial y la sanción primitiva de las demás leyes. Según Aquino, en el hombre existen tres tipos de tendencias: en tanto que sustancia (el hombre tiende a conservar su propia existencia), en tanto que animal (el hombre tiende a procrear) y en tanto que racional (el hombre tiende a conocer la verdad y a vivir en sociedad). El precepto principal de la ley natural es: “El bien ha de hacerse y buscarse y el mal ha de evitarse”.
Por último, Santo Tomás añade que para que el hombre pueda vivir en sociedad se tiene que establecer una serie de leyes o normas legales (leyes positivas) que derivan principalmente de la ley natural.