Evolución del Teatro Español: De la Censura a la Libertad

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Si en todos los géneros es importante la supresión de la censura, mucho más lo será en el teatro, puesto que con su desaparición se llevarán a escena muchas de las obras que hasta entonces habían sido prohibidas, como El arquitecto y el emperador de Asiria de Arrabal o Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca de Martín Recuerda. Además, se suma a esta naciente libertad la creación de compañías con subvenciones oficiales, la multiplicación de muestras y ferias… Todo ello provoca un florecimiento del teatro.

Durante la Transición, perviven las dos grandes corrientes: las obras de estética realista, más o menos comprometidas socialmente, como las de Buero Vallejo, Gala, Olmo y Martín Recuerda; y el denominado “Nuevo Teatro” (Rubial, Riaza), que insisten en alejarse de la figuración y ahondar en caminos experimentales. Pero, sin duda, la gran aportación de estos últimos veinte años es la creación de compañías independientes que, desde la comedia participativa (La Cubana) hasta la provocación (La Fura dels Baus) o el musical (Dagoll-Dagom), buscan nuevas formas de expresión que aspiran a representar un espectáculo total.

En la década de los ochenta, perviven los dos grupos mencionados. De una parte, autores como Alfredo Amestoy o Sergi Belbel continúan los postulados del “Nuevo Teatro” (empleo de símbolos, presentación de mundos oníricos, uso de técnicas cinematográficas, teatro del absurdo), y, del otro, el de corte más realista, como Alonso de Santos o Sanchís Sinisterra, que revitaliza el sainete, el esperpento y la comedia de costumbres, dando a su teatro un realismo poético.

Sin embargo, pueden aducirse ciertas características comunes a todos ellos:

  • El desencanto personal les ha llevado a no creer en la transformación de la sociedad, y ello se manifiesta en su obra porque su teatro no pretende, como el de los sesenta, ayudar a transformar la sociedad.
  • Se olvidan los grandes problemas colectivos y se ahonda en el ámbito de lo cotidiano. Se ponen en escena los pequeños conflictos personales del ser humano como individuo: la búsqueda de la identidad, la dificultad de relacionarse… Técnicamente, se usa el diálogo breve y el lenguaje coloquial.
  • Aparece el metateatro, es decir, la reflexión sobre la esencia del teatro como temática, especialmente en Sanchís Sinisterra, cuyos dos obras más emblemáticas, Ay Carmela y Ñaque, o de piojos actores, refieren este tema.
  • La comicidad es el medio que utilizan para buscar un distanciamiento frente a los problemas de la vida cotidiana. Un reírse de sí mismo con ironía, cuando no, con humor negro.

Una corriente importante al final de la década es el “teatro histórico”, que busca, mediante un juego de múltiples perspectivas, exponer acontecimientos, pidiéndole al público que sea él quien llegue a sus propias conclusiones.

Durante la década de los noventa, hay un continuismo con la década anterior, pero se apuntan nuevas formas derivadas de la concepción dramática de que el autor no es el demiurgo que maneja todos los hilos de la historia. Abogan por un teatro en que el montaje escénico tenga tanto valor como la palabra y en la consideración del espectador como un co-creador de la obra.

Como autores más sobresalientes, podemos destacar a Alonso de Santos, que revitaliza el teatro sainetesco, presentando conflictos existenciales, casi siempre de personajes marginales, en un tono de humor irónico y muchas veces macabro. La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro son dos obras emblemáticas de esta corriente. Sanchís Sinisterra, ya mencionado, es el referente del metateatro. Sus dramas, en un tono realista, tratan de ahondar en la esencia de la teatralidad. Los dramas de Paloma Pedrero (La llamada de Lauren, Locas de amar) se mueven en una percepción realista del mundo y ahondan en la psicología de personajes desplazados psíquica y socialmente. Sergi Belbel consigue grandes dramas (Caricias, La sangre) mediante la introspección en los conflictos del ser humano y en la difícil relación que este mantiene con sus semejantes.

Aparecen también en este periodo, como se ha reseñado, grupos de teatro colectivo cuyo antecedente son Los Goliardos, una compañía que nace con la voluntad de representar teatro no comercial por toda la geografía española. Sin embargo, debido a problemas internos, la importancia del grupo está más en su papel pionero que en sus éxitos. Será en Barcelona donde estas compañías alcancen mayor resonancia. Els Joglars de Boadella marcará la pauta a seguir. Entre sus grandes éxitos, Ubu President, una farsa política del nacionalismo a ultranza que toma al entonces President Pujol como blanco de críticas. La Cubana, en cuyos espectáculos lo audiovisual se convierte en parte importante de la representación. Así ocurre en Cegada de amor, uno de sus mayores éxitos, o Cómeme el coco, negro, su primer éxito en el que ya se apuntan las marcas de su teatro: provocación y participación con el público. Además, hay que citar a Els Comediants, Dagoll-Dagom, especializado en montajes musicales –alcanzaron gran éxito con Pirates– o La Fura del Baus, cuyos espectáculos al aire libre incitan a la participación activa y a veces violenta del público.

Reseñar, por último, la presencia de un teatro comercial cuyo único objetivo es lúdico, es decir, lograr que el espectador se evada de la realidad durante la representación. Santiago Moncada sintetiza bien los presupuestos de esta comedia de evasión y los mecanismos puestos en juego para conseguir la respuesta complacida del público en forma de éxito. Para ello, estas comedias abordan temáticas de reclamo seguro, entre las que predominan las relaciones entre sexos y sus derivaciones eróticas, y carentes de cualquier problemática. Esto ocurre en casi todas las comedias del propio Moncada, como La muchacha sin retorno, que inicia además la serie de arquetipos del seductor. El desarrollo de la pieza y su progresión se fundamenta en el diálogo. Hasta tal punto lo verbal es imprescindible que muchos sucesos externos al presente solo se recuperan con la palabra, sin representación sobre tablas.

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