Evolución del Sector Industrial en España hasta 1936
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El Sector Industrial en España
Composición del Sector Industrial
El sector industrial se subdivide en:
- Industria de base (energía, extractivas, siderurgia y químicas)
- Industria transformadora (construcción naval, industrias mecánicas y transformadas metálicas)
- Industrias de bienes de consumo (textil, cuero y calzado, papel, ediciones, etc.)
- Industria de la construcción
Causas del Retraso de la Industrialización
Factores que, según su extensión e intensidad en el momento inicial del proceso, impulsan o frenan el avance:
- Espíritu de empresa: A finales del siglo XVIII, muy desarrollado en Holanda e Inglaterra. En España decayó extraordinariamente después de las empresas de evangelización del imperio y conquista. Solo éramos “buenos” en empresas militares y religiosas.
- Técnica: Conjunto de procedimientos y recursos de los que se sirve la ciencia. En el siglo XIX, el nivel de técnica, así como la enseñanza, eran bajísimos. El analfabetismo aún era elevado y las personas con formación eran minorías, ligadas a sus propios intereses, por lo que su influencia y actividad productiva eran también bajas.
- Capital real: (Conjunto de recursos energéticos y no energéticos). Contábamos con recursos importantes de minerales, pero no poseíamos fuentes de energía (solamente contábamos con el carbón asturiano, mediocre y peor que el inglés). Para explotar estas fuentes de recursos era necesario un espíritu de empresa y técnica del que carecíamos, así como una fuente de financiación de la que también carecíamos.
- Capital financiero: (Necesario para financiar el movimiento de recursos reales). No lo había en cantidades suficientes en España a mediados del siglo XIX. Los particulares tenían su capital inmovilizado; la propiedad inmobiliaria era el principal modo de acumular capital, muy difícil de realizar. La situación financiera no era nada lúcida: las remesas de oro americano habían parado desde el comienzo de la guerra de independencia y las guerras civiles y coloniales hicieron insuficientes los ingresos ordinarios del sistema fiscal, lo que incrementó la deuda pública. La banca privada, que había de movilizar el ahorro nacional, no adquirió importancia hasta el siglo XX.
- Nivel de demanda: Tanto nuestra población como nuestros sueldos eran bajísimos, lo que era un gran impedimento para el desarrollo de la industria.
- Política interior: La revolución industrial era imposible sin la revolución burguesa. En España existía una política absolutista y semifeudal imperante en el segundo tercio del siglo XIX: bajo nivel de consumo interior, concentración de tierras en manos muertas, pervivencia de gremios que no dejaban o limitaban la expansión de la industria, anquilosamiento de mecanismos industriales (monopolios mercantilistas). Previo a la industrialización se debía dar la libertad industrial, la desamortización y la libertad de comercio.
- Exterior: La Guerra de la Independencia produjo graves daños en la industria precapitalista y las factorías, y la pérdida de las Américas fue no solo la pérdida de un mercado muy extenso, sino también de materias primas para la industria metropolitana.
Con Carlos III se inició un proceso de renovación en estos tres frentes, que se paró con Carlos IV por los recelos que generó la Revolución francesa. Parece que se reactivó en las Cortes de Cádiz de 1812, pero con Fernando VII se volvió a la situación anterior. Solo con el liberalismo político de 1830 se inició un movimiento industrializador.
La ausencia de capital propio hacía de España un típico país subdesarrollado, que solo podría salir de la penuria invirtiendo en la agricultura y la industria, pero esto era imposible precisamente por la penuria económica que vivíamos. Así que se dependía de la inversión extranjera, elemento que fue clave, así como la repatriación del capital español de Cuba y Filipinas.
Desarrollo Industrial hasta 1936
Todo lo descrito antes impedía el desarrollo industrial, pero un cambio en las circunstancias políticas (abolición de la Inquisición, de los gremios, de la Mesta, desamortización, establecimiento de las bases para la integración fiscal y monetaria) y la afluencia del exterior de los elementos que más necesitábamos: espíritu empresarial, técnica y capital, lo impulsaron.
Se desarrollaron los ferrocarriles, la minería metálica, los servicios públicos y la industria química gracias a la inversión extranjera. La industria siderúrgica se montó sobre los beneficios de la exportación de mineral a Inglaterra y se desarrolló la banca privada gracias a la repatriación de los capitales españoles tras la pérdida de las colonias de ultramar.
Las dos piezas fundamentales en el desarrollo de la industria española fueron:
- La inversión extranjera, que favorecía los intereses de los países de origen, por lo que no reportó grandes beneficios para España.
- El proteccionismo en la industria, que hizo progresar poco a poco a la industria española, siempre con el apoyo de capital extranjero. Cabe decir que las dos guerras mundiales provocaron una sustitución en el abastecimiento que se compensó con la producción nacional.
En 1907 se inició una política directa de fomento de la industria, por la que el Estado solo adquiría artículos nacionales.
Para favorecer la sustitución de importaciones, se le asignó al Banco de Crédito Industrial la misión de proveer de crédito a la industria, pero no pudo cumplir con el objetivo del todo porque solo estaba autorizado para conceder crédito a la creación y expansión, pero no a la necesidad corriente de capital.
Evolución de la Industria en Tres Etapas
- Hasta 1923: Crecimiento lento con recesiones en 1908 y 1911.
- Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930): El desarrollo industrial se aceleró, con un incremento medio de la producción tres veces superior al ritmo anterior.
- 1930-1936: Máxima producción industrial de la preguerra en 1931, luego la crisis económica mundial afectó a la industria española. En 1934, la industria experimentó un proceso de recuperación hasta el inicio de la Guerra Civil.