Evolución de la Representación del Cuerpo Humano: Del Realismo al Surrealismo
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El Desnudo y la Realidad en el Siglo XIX
En el siglo XIX, se impuso una nueva mirada al cuerpo, basada en la observación de lo real, ligada al realismo. Este cambio en la percepción del cuerpo también tuvo connotaciones de género, con la idea de la perfección masculina y la imperfección femenina, reflejando una supuesta superioridad masculina. Esto condujo a una dicotomía en la representación del cuerpo femenino, donde las figuras de mantenidas y cortesanas eran habituales. La Olympia de Manet, por ejemplo, desafiaba las pautas de la tradición artística y académica, contrastando con el Nacimiento de Venus de Bouguereau.
Deseo y Cuerpo en el Simbolismo
En el fin de siglo, se produjo un redescubrimiento del sexo y de comportamientos sexuales que no pertenecían al canon moral, abordados con un cierto apasionamiento adolescente. Entre los temas más recurrentes se encontraba la pasión femenina, aunque la mujer a menudo aparecía como objeto del deseo masculino. El cuerpo se representaba a veces como una joya, como en La aparición de Moreau, donde el cuerpo se muestra como algo inalcanzable, un objeto que suscita deseo. Algunas interpretaciones de temas clásicos, como El juicio de Paris de Klinger, convertían a las mujeres en meros objetos de la mirada masculina, estableciendo un juego de atracción sexual sobre el varón que las elige. La idea del cuerpo como algo pecaminoso, arraigada en la cultura judeocristiana, se entrelazaba con la dualidad de las acciones humanas en el fin de siglo, especialmente en imágenes de deseo conflictivo. Otra representación del cuerpo aparece en La mujer noble de Gauguin, quien huye del mundo sofisticado de la ciudad en busca de lo primitivo y auténtico. En su obra, muestra a la mujer tumbada, evocando la figura de Diana cazadora.
El Cuerpo como Forma Abstracta
Desde el postimpresionismo, el cuerpo funcionó como un motivo para explorar la forma abstracta. Una parte de las obras de Cézanne, como Las grandes bañistas, son desnudos en la naturaleza. El cuerpo en la naturaleza representa una idea de perfección ordenada, una evocación del orden supremo entre cuerpo y naturaleza. Matisse, en Desnudo en azul, se apropia del cuerpo para iniciar un proceso de “descoyuntamiento” que lo acerca al cubismo y a Picasso. En Dos desnudos, Picasso busca superar la individualidad del desnudo. Estas obras preceden a la experiencia cubista, abarcando la potencia física y presencial del cuerpo. En Desnudo con paños, Picasso traduce el cuerpo en una suma de geometrías, una idea que ya estaba presente en las escuelas de Bellas Artes. En la línea de la abstracción, Constantin Brancusi, uno de los grandes innovadores de la escultura, crea obras que remiten a figuras humanas con una reducción a lo esencial, como en Princesse X (1916).
Cuerpo y Deseo en el Surrealismo
El surrealismo exploró la interferencia emotiva que suscitan las imágenes. Hans Bellmer, en obras como La muñeca, coloca fragmentos de cuerpos para generar esa exploración.
Cuerpo y Parodia: Perspectivas de Género y Feminismo
Existen numerosas alusiones al cuerpo en relación con temas de género y feminismo, fundamentales en el arte contemporáneo. La fotógrafa Cindy Sherman realiza fotografías que muestran restos de forma desagradable. Kiki Smith, otra artista contemporánea, recurre al cuerpo de la mujer como un campo de batalla. Zoe Leonard, artista feminista, trabaja sobre la monstruosidad, incluyendo representaciones de mujeres barbudas.