La evolución política del régimen franquista en el contexto internacional

1. La evolución política del régimen en el contexto internacional

La política exterior durante la Segunda Guerra Mundial

La política exterior del franquismo hay que relacionarla con la influencia que siempre tuvo el contexto internacional en las políticas de Franco. Franco había ganado la guerra gracias al apoyo de Hitler y Mussolini. Su política exterior se aproximó de forma temprana a los intereses alemanes e italianos. Había firmado una serie de acuerdos secretos que lo vinculaban al Eje Roma/Berlín/Tokio, como fueron el Tratado de Amistad con Italia en 1936 y en 1937 con Alemania. El 1 de septiembre de 1939 comenzó la Segunda Guerra Mundial. La actitud de Franco ante el conflicto fue una consecuencia de su incapacidad para satisfacer las exigencias de sus aliados. Hubo una serie de posturas dependiendo de la evolución del conflicto.

• Neutralidad. El ministro de Asuntos Exteriores, Juan Beigbeder, fue capaz de conservar la neutralidad, si bien la Dictadura se alineó del lado fascista. También se firmó un nuevo Tratado de Amistad con Alemania y se decidió el abandono de la Sociedad de Naciones.
• No beligerancia. La entrada de Italia en la guerra, los éxitos militares de Hitler, que había conquistado Francia, y la influencia del falangismo sobre el dictador motivaron el cambio de postura. El papel fundamental lo adquirió Ramón Serrano Suñer.

En octubre de 1940 tuvo lugar la entrevista en Hendaya entre Franco y Hitler. De ese encuentro, salió un documento llamado el Protocolo secreto de Hendaya, en el que se trataba como aliado a España, que se comprometía a entrar en la guerra. En 1941 Franco se entrevistó con Mussolini en Bordighera.

Cuando Hitler invadió la Unión Soviética, se organizó la División Azul, compuesto por 45000 voluntarios falangistas comandados por Agustín Muñoz Grandes.

• Neutralidad. A partir de 1943, la guerra cambió claramente su curso y se volvió desfavorable a los países del Eje. Franco decidió volver a la neutralidad. Como muestra, los falangistas más germanófilos fueron apartados del poder, se redujeron las exportaciones de materiales estratégicos a Alemania y se establecieron lazos de colaboración con los países aliados.

El aislamiento internacional

El fin de la Segunda Guerra Mundial (1945) supuso para el franquismo una etapa de aislamiento y rechazo internacional.

El cambio que se produjo en la postura oficial del franquismo pretendía lograr la supervivencia de la Dictadura. En la Conferencia de Postdam se habló de España y de la actitud de las grandes potencias vencedoras ante un régimen que había colaborado abiertamente con las potencias del Eje.

La postura más beligerante fue la de Stalin, que defendió una intervención directa para derrocar al dictador, pero Reino Unido y Estados Unidos decidieron aislar a España. El antifascismo dominante condicionó una dura actitud contra Franco, concretada durante 1946 en una serie de decisiones:

1. En enero, el Reino Unido, Estados Unidos y Francia difundieron una nota oficial de rechazo al franquismo.
2. En febrero, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución de condena a la dictadura franquista.
3. También en febrero, Francia cerró la frontera pirenaica e intercambio cualquier forma de intercambio con España.
4. En diciembre se produjo una condena de Naciones Unidas que prohibía que España formara parte de cualquier organismo internacional.

La reacción de la Dictadura fue lanzar una campaña propagandística basada en la exaltación del nacionalismo y justificando la actitud internacional como el reflejo de una conspiración orquestada por el comunismo internacional y la masonería.

España quedó abocada a un aislamiento internacional, que provocó un bloqueo económico, su no participación en organismos internacionales o que quedara excluida de las ayudas del Plan Marshall y de la nueva alianza defensiva occidental, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). No obstante, la situación cambió de forma progresiva en un contexto internacional dominado por la Guerra Fría, en el que Franco haría valer su retórica anticomunista.

La aceptación internacional del régimen

A partir de 1947, la configuración de dos bloques antagonistas (URSS y EE.UU) y el inicio de la Guerra Fría alteraron la situación internacional. Para EE.UU y los países occidentales era más importante contar con un buen aliado en la lucha contra el comunismo. En este contexto se dio paso a la aceptación internacional del régimen. En 1947 Estados Unidos se negó a imponer más sanciones a España y presionó para que la ONU no ratificara su condena del año anterior. En 1950, una nueva resolución revocaba el acuerdo de retirada de embajadores de España.

En 1953 Franco obtuvo el definitivo reconocimiento internacional del régimen con la firma de los acuerdos con Estados Unidos y la Santa Sede. Los estadounidenses obtuvieron de España el derecho a establecer y utilizar una serie de instalaciones militares en España (Torrejón, Morón, Zaragoza y Rota). España recibió material bélico y ayuda económica (465 millones de dólares en cuatro años). Estos acuerdos sirvieron para regularizar las relaciones diplomáticas y comerciales de España con los países del bloque occidental.

Franco decidió proceder a una remodelación del gobierno que facilitase su acercamiento a las potencias occidentales. Así se abrió una nueva etapa en el franquismo caracterizada por el predominio del nacionalcatolicismo, que daba mayor peso a los católicos en detrimento de los falangistas.