Evolución de los Partidos Políticos: De los Notables a las Masas
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El Club Político: Origen de los Partidos
Los orígenes de los partidos políticos modernos se remontan a las revoluciones liberales o burguesas, particularmente la Revolución Francesa. En sus primeros años, surgieron diferentes corrientes políticas:
- Feuillants: Buscaban preservar la monarquía con una forma constitucional.
- Girondinos: Se oponían a un acuerdo con la aristocracia.
- Jacobinos: De tendencia radical, organizaron una red de clubes por todo el país.
En sus inicios, estas reuniones carecían de organización estable, ideología definida o programa concreto. Sus propuestas se centraban en la organización política del país, dividiéndose en monárquicos y republicanos, o realistas y liberales. Constituían grupos de opinión poco estructurados para el debate e intercambio de ideas en los parlamentos emergentes o salones de la aristocracia y alta burguesía. Muchos de sus miembros pertenecían a logias secretas.
El Partido de los Notables
Con el reconocimiento de derechos como la asociación, reunión, libertad de prensa, control parlamentario sobre el gobierno y ampliación del sufragio, estos clubes se transformaron en partidos de notables. Eran agrupaciones para la promoción electoral de personalidades de grupos sociales acomodados, quienes se dedicaban a la política ocasionalmente.
Estos partidos eran organizaciones rudimentarias, con ideas poco precisas y membresías reducidas a terratenientes, comerciantes, industriales acaudalados o profesionales destacados. Su pertenencia se basaba en lazos familiares o relaciones de confianza, y dependían de fondos de mecenas. Se desarrollaron durante la era oligárquica, con sufragio limitado a propietarios, contribuyentes e instruidos. No exigían una conducta uniforme de sus miembros en el parlamento.
El Partido de Masas
A mediados del siglo XIX, la clase obrera y sectores medios fundaron sus propios partidos para reclamar el derecho al voto y mejores condiciones de vida. A diferencia de los partidos de notables, se caracterizaban por:
- Organización estable con directivas fijadas en estatutos.
- Programa político preciso y detallado.
- Férrea disciplina interna y conducción centralizada.
- Políticos profesionales dedicados a tiempo completo y asalariados.
- No restringían la afiliación y permitían el ascenso interno.
- Estrechos contactos con otras asociaciones populares.
- Uso de manifestaciones colectivas y prensa propia.
- Financiamiento mediante pequeñas contribuciones de sus miembros.
Gracias a estas características, se convirtieron en eficaces instrumentos de movilización popular, adquiriendo una creciente representación parlamentaria. La política dejó de estar en manos de unos pocos.
Con la competencia electoral, los partidos de notables se vieron obligados a cambiar, desarrollando vínculos con sectores más amplios para luchar por el voto popular. El ascenso de los partidos de masas cambió el comportamiento de los representantes parlamentarios.
En Argentina, los partidos de masas surgieron tras la Revolución del Parque. La Unión Cívica Radical, fundada en 1891, movilizó a las nuevas clases medias reclamando comicios libres y honestidad. El Partido Socialista (1896) exigió mejoras para los trabajadores, y el Partido Justicialista (1947) canalizó la participación política de otros sectores sociales.