Evolución de la Novela Española: Del Franquismo a la Democracia

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La Novela Española Durante el Franquismo

La novela de los años 30, al igual que la poesía, tendió hacia la rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años 20. En esta línea se encuentra la literatura de Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala y Rosa Chacel, quienes al finalizar la guerra marcharon al exilio por su apoyo a la República. Su obra se desarrolla al margen de la literatura que se produce en España y, en general, tratan con insistencia el tema de la guerra.

En la inmediata posguerra se hace evidente la ruptura de la evolución literaria natural. Así, la novela no puede enlazar con la narrativa social de los años 30, prohibida por el franquismo, ni parece válida la estética deshumanizada de los años 20. En este panorama de desconcierto abundan tres tipos de narraciones, todas de estilo tradicional: ideológica, realista y humorística. Hasta los años 50 no comienzan los indicios de renovación. En la década de 1940 solo hay casos excepcionales y aislados, como Camilo José Cela, Carmen Laforet y Miguel Delibes.

Con la Guerra Fría, en los años 50, España empieza a salir del aislamiento y se incorpora a algunos organismos internacionales, en la órbita de EE.UU. El incipiente desarrollo del turismo y la industria conlleva cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida, como las migraciones de los campesinos hacia las ciudades y la difícil inserción de estas personas en los suburbios urbanos. Al mismo tiempo, los jóvenes que han vivido la guerra como niños o adolescentes consideran la guerra y el país de posguerra desde otra perspectiva, y aparecen actitudes críticas respecto al poder y a la división social entre vencedores y vencidos. Estas posturas se manifiestan sobre todo en círculos obreros y universitarios.

La novela española de esta década recoge pronto las nuevas preocupaciones sociales y abandona la visión existencial de la década anterior. En 1951, Cela publica La Colmena, de tono crítico y testimonial, con un amplio personaje colectivo.

A lo largo de la década, el realismo social se intensifica y en 1954 alcanza su momento cumbre, pues se publican varias obras de este tipo de Ana María Matute, Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, Juan Goytisolo, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y Juan García Hortelano.

El tema de la novela es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales, la explotación del proletariado y la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, pues se pretende llegar a un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.

Novela Española de la Transición y la Democracia (1975-2011)

Iniciada la transición democrática, comienzan tímidamente las libertades. España inicia la apertura al exterior y desaparece la censura. Se creía que surgirían grandes obras que habían desaparecido por la censura, pero no fue así. La novela prosigue su evolución sin que los acontecimientos políticos la influyan de manera inmediata, de modo que se abandona la experimentación y se retoma el relato tradicional. El auge de los grupos de comunicación y la generalización de la cultura crean una amplia masa de lectores que demandan novelas entretenidas: la literatura se transforma para llegar al mercado. Algunos ejemplos de novela de la época:

Novela Histórica

  • Arturo Pérez-Reverte (La tabla de Flandes, 1990)
  • Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta, 1975)
  • Gonzalo Torrente Ballester (Crónica del rey pasmado, 1989)

Novela Intimista

Centradas en el análisis psicológico de los personajes:

  • Adelaida García Morales (El sur, 1983)
  • Juan José Millás (El desorden de tu nombre, 1988)
  • Luis Landero (Juegos de la edad tardía, 1989)
  • Javier Marías (Corazón tan blanco, 1992)
  • Almudena Grandes (Malena es nombre de tango, 1994)
  • Manuel Rivas (El lápiz del carpintero, 1998)

Metanovela

Novelas que reflexionan sobre los aspectos textuales de la creación novelística:

  • Gonzalo Torrente Ballester (La isla de los jacintos cortados, 1982)
  • Álvaro Pombo (El hijo adoptivo, 1984)
  • Antonio Muñoz Molina (Beatus ille, 1986)

Novela Neorrealista

Situada en un espacio conocido, la ciudad de provincias o la gran urbe:

  • Luis Mateo Díez (La fuente de la edad, 1986)
  • José Ángel Mañas (Historias del Kronen, 1994)

Cuestiones sobre el Género Narrativo Ejemplificando con las Novelas Leídas

En ambas novelas, podemos ver el ambiente de miseria de la España de la época, una situación de pobreza y miseria que, a la vez, lleva al pesimismo ante todas las cosas (Andrés Hurtado piensa que es un desgraciado y Pascual piensa que cuando le va bien, algo malo le ocurrirá) y a la violencia (en el caso de Pascual Duarte podemos verlo claramente en sus asesinatos). Además, podemos destacar que los protagonistas de estas dos novelas son un reflejo de sus autores, que con la novela querían expresar lo que sentían. Tienen en común, además, los problemas con sus familias, y el aprecio por algún miembro de la familia. Finalmente, vemos reflejado el existencialismo, con continuas reflexiones de los personajes y cuestiones filosóficas y morales.

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