Evolución de la Narrativa y el Teatro Español (1940-1970)
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La Narrativa de 1940 a 1970
La década de los 40 está marcada por la desorientación. Se secuestran las obras de preguerra y se desconocen las de los exiliados. A pesar de la guerra, el exilio y la incomunicación, el género va renaciendo de la mano de Miguel Delibes, Camilo José Cela y Carmen Laforet. Una de las líneas fue el llamado TREMENDISMO. Cela ofrece una visión de los aspectos míseros y brutales, que fue muy imitada por Miguel Delibes o Ana María Matute. Camilo José Cela publica La colmena y se inicia el realismo objetivo, que busca ofrecer el testimonio de la realidad española a través de la palabra, pero desde una postura moderada. El narrador se limita a presentar escenas, personajes y hechos como con una cámara de cine. A esta tendencia pertenecen Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández y Rafael Sánchez. Otros autores critican directamente, como Juan García Hortelano y Manuel Caballero Bonald, utilizando el realismo crítico. Se considera 1962 el año clave para la superación del realismo social. Se publican Tiempo de silencio y La ciudad de los perros. El cambio se vio impulsado por Camilo y Miguel Delibes. La renovación de la creación novelística se fundamenta en estos factores: los lectores se sienten cansados de la novela social, centrada en los aspectos críticos; se revalorizan la imaginación y el subjetivismo; y el conocimiento de la obra de los exiliados contribuye al florecimiento de la nueva etapa. La deconstrucción implica transformaciones en los elementos: acción, personajes, punto de vista, estructura, diálogo y descripciones.
El Teatro
1. El Teatro a Principios del Siglo XX
A diferencia de otros géneros, el dramático precisa contar necesariamente con el espectador. Esta circunstancia condiciona la creación de los autores teatrales, pues en esta época el público que asiste al teatro procede de la burguesía y es reacio a los cambios bruscos. Los dramaturgos se inclinarán por alguna de estas opciones:
- Teatro triunfante en España, donde se proponen obras del agrado del espectador, de carácter comercial y burgués:
- Teatro continuador del Realismo del siglo XIX. Su principal representante es Jacinto Benavente.
- Teatro poético en verso. Mezcla aspectos del Romanticismo y del Modernismo, ideológicamente muy conservador.
- Teatro cómico: Hermanos Álvarez Quintero. Autores de un teatro sin pretensiones trascendentes, crean obras de ambientación andaluza con un claro dominio de los recursos del humor. Destaca El genio loco. También destacan Carlos Arniches y Pedro Muñoz Seca.
- Teatro innovador (vanguardista).
- Unamuno escribe un teatro “de ideas”, donde lo único importante es el conflicto de los personajes (Fedra y El otro).
- Jacinto Grau escribe El señor de Pigmalión, historia de un artista que crea unos muñecos que acaban rebelándose y asesinándolo.
- Jardiel Poncela y Miguel Mihura. Son los máximos exponentes de la “otra Generación del 27”.
Además de los autores mencionados, hay que señalar a Ramón Mª del Valle-Inclán y Federico García Lorca como los mejores dramaturgos de nuestro siglo.
2. Ramón Mª de Valle-Inclán
El teatro de Valle-Inclán se caracteriza por un constante esfuerzo por renovar la escena española. Tanto es así que a varias de sus obras se les ha negado el valor dramático, ligándolas a la narrativa. Su producción se inicia en 1899 con Cenizas y se cierra con La hija del capitán en 1927; en medio, un importante número de obras que se pueden clasificar en ciclos:
- Ciclo del mito. Constituido por obras como Divinas palabras (1920) o la trilogía Comedias bárbaras.
- Ciclo de la farsa. En obras como La marquesa Rosalinda o Farsa y licencia de la reina castiza selecciona un espacio más estilizado y ridículo: jardines, rosas...
- Ciclo del esperpento. El mecanismo no es la mitificación sino todo lo contrario, la desmitificación de la realidad, del presente vivo del escritor.
3. Federico García Lorca
Lorca se ha convertido en uno de los dramaturgos españoles más conocidos de todos los tiempos, un clásico cuyas piezas siguen representando las compañías teatrales más reconocidas del mundo. El teatro de Lorca parte de tres principios:
- Depurar el teatro poético. No escribió teatro en verso (en sus obras más representativas), pero supo emplear la expresión adecuada para evocar los ambientes en los que se sitúa la acción.
- Integrar en su dramaturgia tanto las tendencias vanguardistas como los rasgos propios del teatro tradicional.
- Acercar el teatro al pueblo, por lo que crea, en 1932, la compañía de teatro “La Barraca”, grupo de teatro universitario.
En cuanto a la temática, Lorca elige a la mujer como protagonista principal.