Evolución de la Narrativa y el Teatro en España: Desde los Años 70 hasta la Actualidad

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La Narrativa desde los Años 70 hasta Nuestros Días

En los años 70, continúa la escritura de novela experimental, similar a la de la década anterior. Esta se caracteriza por una estructura en secuencias, ruptura temporal, multiplicidad de puntos de vista, uso del contrapunto, monólogo interior, digresiones, lenguaje culto y una sintaxis compleja. Sin embargo, a partir de 1975, con la muerte de Franco, la llegada de la democracia y el fin del aislamiento tradicional español, se inicia un nuevo período para la narrativa.

Las novelas de esta época regresan al relato tradicional y a historias interesantes en sí mismas, con una visión irónica y distante de temas más personales. No se refleja la actualidad política, pero sí hay una gran influencia de los medios de comunicación de masas y una vuelta al estilo realista, con frases cortas y de fácil lectura.

Los autores más destacados de esta etapa pertenecen a distintas generaciones. Narradores de posguerra renovados conviven con autores de los años 60 y 70. En los años 80 y 90 surge un gran número de novelistas nuevos. Comparten el panorama literario novelas muy diferentes en estilo, temas y calidad.

Destacan:

  • La novela histórica de intención paródica o de recreación del pasado.
  • La metanovela.
  • La novela intimista.
  • La novela lírica.
  • La novela neorrealista.
  • La novela policiaca.
  • La novela de crítica política.

En la primera década del siglo XXI continúan las tendencias anteriores. Si acaso, se observa un auge del cuento, muy en consonancia con los nuevos y ajetreados tiempos. Por último, hay géneros que se reinventan, como el de la novela gráfica o el Steampunk. La novela gráfica mezcla la narración con el cómic y se ha popularizado mucho en España con autores como Paco Roca o Luis Durán.

El Teatro del Siglo XX hasta 1939

En la España del primer tercio del siglo XX se conocían los movimientos de renovación teatral europeos, pero era imposible adoptarlos por la reticencia de los actores míticos declamatorios, de empresarios, de críticos y del público burgués. Ninguno de ellos apostaba por las novedades. Así pues, había mucho teatro, y de éxito, pero de escasa calidad y nada original. El auge de la narrativa o la lírica no encuentra correlación hasta los años 20-30 con los teatros renovadores de Valle-Inclán y Lorca.

El Teatro Tradicional

El teatro tradicional se difunde a través de tres corrientes:

  • El drama romántico.
  • La comedia burguesa.
  • El teatro cómico.

El teatro romántico, también llamado modernista o teatro poético, es una continuación del teatro decimonónico de Echegaray, muy declamatorio y ripioso, que no alcanza la altura decadente mezclado con los efectos coloristas y la sonoridad del Modernismo. Abordó temas históricos o fantásticos intentando rememorar el pasado glorioso español.

La comedia burguesa o benaventina se caracteriza por sus ambientes de alta burguesía o campesinado acomodado. Es un teatro que no ahonda en las preocupaciones o prejuicios burgueses, los cuales trata con cierta moralina, ironía y apariencia de realidad.

El teatro cómico podía incluir música, canto y baile, o prescindir de ellos.

El Teatro Renovador

El teatro renovador, en cambio, es minoritario. En Cataluña hay una inquietud renovadora importante. Autores del 98 también innovan: Unamuno crea un teatro desnudo y Azorín luchó por un teatro antirrealista.

Ramón María del Valle-Inclán inicia su producción teatral con dramas decadentes próximos al Modernismo para continuar con el llamado teatro en libertad. Las obras míticas presentan un ambiente gallego atemporal, regido por fuerzas primarias. En las farsas, rompe con la realidad incluyendo personajes disfrazados.

Federico García Lorca impulsa el teatro total, en el cual importa tanto la poetización del lenguaje como los recursos escénicos visuales, acústicos y escenográficos. Es muy vanguardista. Pretendía popularizar el espectáculo teatral. En las farsas, hay dos para teatro guiñol y otras dos más complejas para actores. El segundo bloque pertenece al teatro surrealista y el bloque de las tragedias de ambiente rural.

Durante la Guerra Civil continúan las líneas dramáticas que el crítico César Oliva concreta en las siguientes orientaciones: sainetes, comedia burguesa, Casona, comedia poética, drama testimonial de la época, el nacional y teatro de circunstancias o de urgencia.

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