Evolución Humana: De los Homínidos al Género Homo

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La Hominización

La antropología biológica define la hominización como el proceso de cambios morfológicos, fisiológicos, psicológicos y sociales que, promovidos por la evolución en el mundo de los animales, han permitido la aparición de la especie humana. El análisis de esos cambios sirve para establecer la filogenia de las diversas especies y comprobar la estrecha relación que la especie humana guarda con aquellas con las que comparte un antecesor común. Al mismo tiempo, este análisis sirve para observar las características específicas que diferencian la especie humana de las demás. De esta manera, analizando la ascendencia humana, es posible remontar el curso evolutivo de la humanidad hasta sus orígenes ancestrales.

La afirmación de que el ser humano procede del mono no se puede aceptar ni siquiera de forma coloquial. Si se hace un rápido análisis del origen y de la evolución de la especie humana, se comprueba que el camino evolutivo que conduce hasta los seres humanos diverge de los simios en épocas muy remotas. La tarea de la antropología se centra, fundamentalmente, en intentar definir las características biológicas que diferencian a la especie humana de las demás especies y, más concretamente, de aquellas con las que comparte mayor número de semejanzas.

Se considera que el proceso de hominización se inició con la aparición de dos importantes innovaciones evolutivas: la bipedestación y la encefalización. Estas innovaciones vendrían a señalar las dos grandes fases que se observan en este proceso:

  • La bipedestación: se convirtió en el factor diferenciador de los homínidos respecto a las demás especies.
  • La encefalización o aumento de la capacidad craneal: fue el factor determinante de la aparición del género Homo.

Asociadas con cada una de estas innovaciones evolutivas aparecieron, a su vez, diversas modificaciones anatómicas que afectaron a la morfología distintiva de cada nueva especie. A continuación, se presenta la historia evolutiva de la especie humana y sus relaciones con otras especies.

Homínidos

La primera fase de la hominización se define por la aparición de la familia de los homínidos. Son homínidos, en palabras de Leakey, "los animales del árbol genealógico humano, nosotros y todos nuestros antepasados desde que nos separamos de los simios", y se caracterizan por la bipedestación. La bipedestación es una adaptación evolutiva a la necesidad de caminar erguido que surgió entre los primates y acabó consolidándose como la característica específica que dio origen a los homínidos.

El continente africano parece ser, por los testimonios fósiles encontrados, la cuna de la humanidad. El primer homínido conocido corresponde a la especie Australopithecus afarensis y vivió hace unos 4,5 millones de años en una región comprendida entre las actuales Etiopía, Kenia y Tanzania. Hace 3 millones de años, los homínidos se diversificaron en distintas especies, entre las cuales destacan, por una parte, los Australopithecus robustus y A. boisei, provistos de cerebros pequeños y grandes molares; y por otra parte, A. gracilis o africanus, una especie que había desarrollado un cerebro relativamente grande y unos molares pequeños de la que deriva Homo habilis.

El Género Homo

El tamaño del cerebro es el factor que distingue al género Homo entre los homínidos. Asimismo, es el factor que ha permitido apreciar las diversas especies del género Homo que sucesivamente han ido apareciendo en el proceso de la hominización. Los especialistas han convenido que un homínido pertenece al género Homo cuando su capacidad craneana es superior a los 600 cm3.

Homo habilis

La catalogación de la especie Homo habilis dentro del género Homo se justifica porque su capacidad craneal, por encima de los 600 cm3, era significativamente superior al promedio de los Australopithecus (450 cm3). El nombre específico de habilis se debe a que presenta la anomalía evolutiva de tener el dedo pulgar oponible en las manos. Esto explica su capacidad de manipulación de objetos. Sus restos siempre aparecen relacionados con la presencia de herramientas, lo que sugiere que Homo habilis es el primer fabricante de herramientas conocido.

Sus restos más representativos se han encontrado en Kenia y Tanzania con una antigüedad de entre 1,9 y 1,6 millones de años. Su industria lítica recibe el nombre de cultura olduvaiense, por ser Olduvai (Tanzania) el yacimiento donde se catalogó.

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