Evolución del Homo sapiens y estructura de la geosfera
Enviado por Chuletator online y clasificado en Geología
Escrito el en catalán con un tamaño de 9,81 KB
Evolución del Homo sapiens
El Homo sapiens es una especie de primate de la familia de los homínidos.
De todas las especies actuales, las más cercanas evolutivamente son los chimpancés y el bonobo, con los que compartimos un ancestro común que vivió hace 6 millones de años.
Cafelización: hace referencia al aumento de la capacidad craneal y el volumen del cerebro, así como a la aparición de una estructura cerebral más compleja. Gracias a ello, hemos podido producir y utilizar herramientas con un alto grado de elaboración, desarrollar el lenguaje y razonar abstractamente, establecer sociedades organizadas y crear manifestaciones artísticas, entre otras cosas.
Foramen magnum: es el agujero más grande del cráneo por donde sale la médula espinal.
Por el registro fósil se sabe que la cafelización surgió más tarde que el bipedismo y su origen está ligado a un incremento en la complejidad de las relaciones sociales y la capacidad empática, más que a las habilidades cognitivas complejas.
Bipedismo: comporta múltiples cambios morfológicos, como la curvatura de la columna o la forma de los pies. El Homo sapiens es la única especie bípeda. Surgió cuando nuestros ancestros comunes cambiaron de hábitat de la selva a una sabana, lo que supuso varias ventajas, entre las que se destacan:
- La marcha bípeda es energéticamente más eficiente que la cuadrúpeda, lo que permite recorrer largas distancias en un entorno pobre en recursos.
- Detectar visualmente depredadores por encima de la vegetación baja.
- Reducir la temperatura corporal en un clima cálido, ya que expone menos superficie al sol y más a la brisa.
- Tener las manos libres para manipular objetos y agarrar frutas pequeñas u otras cosas.
Principales cambios anatómicos y genéticos
Cambios anatómicos:
1- Cerebro muy desarrollado: el aumento del tamaño del cerebro se ha producido a lo largo del proceso de hominización, ya que la selección natural ha favorecido una mayor capacidad para la elaboración de mensajes que permiten comunicarnos. El tamaño del cerebro influyó en el consumo de carne, que aportó proteínas.
2- Cuerpo ligero y cara expresiva: la pérdida de pelo se produjo como adaptación a períodos climáticos cambiantes. La adquisición de un cuerpo más esbelto en relación a otros simios facilitó la rapidez de movimientos y la transformación del rostro. Con una mandíbula más afilada, una nariz más pequeña y facciones más suaves, los músculos de la cara se facilitaron y se logró más expresividad, lo que facilitó la relación y la comunicación entre los individuos de la especie.
3- Lenguaje: hemos conseguido una laringe más larga y unas cuerdas vocales más desarrolladas. También hemos perfeccionado mucho la audición y la capacidad del oído para la transmisión de señales a un cerebro con mayor capacidad.
Cambios reproductivos y desarrollo: la especie humana tiene mucho éxito reproductivo. La desaparición del celo permitió un número progresivamente mayor de contactos sexuales y una mayor fertilidad de las hembras.
Cambios genéticos: con los chimpancés tenemos un ancestro común con más del 98% de ADN en común.
Los prehomínidos
Prehomínidos: hay restos fósiles de especies de simios evolucionados con una antigüedad de entre 7 y 5 millones de años que presentan progresos notables en el bipedismo y que se adaptan a situaciones cambiantes del clima.
Australopitecos: aparecen hace unos 4,5 millones de años. Se conocen diferentes especies, como el africanus, afarensis y anamensis. A partir de estos, hay 2 líneas, una de cuerpo robusto (parántropos) y otra más grácil que evolucionan hacia el género Homo. El fósil más conocido es el esqueleto de un niño (niño de Taung) que es africanus y una hembra llamada Lucy (afarensis) que vivieron con el Homo habilis.
Características de los australopitecos
Caminaban erguidos, cara ancha, cerebro más grande que el de los chimpancés, mandíbulas con mucha grosor y espesor adaptadas a su alimentación, piernas cortas, las hembras no superaban el metro y los machos el metro y medio, manos similares a las de los humanos y podían agarrar objetos.
Género Homo
Género Homo: hace 2,5 millones de años. Se caracteriza por ser plenamente bípedo, tener un cerebro más grande que el de los australopitecos y un cráneo en posición vertical, y tener la capacidad de fabricar herramientas.
Homo habilis: notablemente australopitecos, surge en África hace 2,5 millones de años. Se produjo un enfriamiento del planeta, una disminución de la zona arbolada y la aparición de la sabana. La crisis climática propició una alimentación más variada y espacios más abiertos, así como el aumento del cerebro. Tenía una altura de 1,3 m a 1,5 m y era capaz de pensar y construir herramientas.
Homo ergaster: 1,8 y 1,4 millones de años. Se asemeja a los humanos actuales. Se extendió por muchos lugares y aumentó considerablemente su población. Su cerebro aumentó de tamaño y alcanzó entre 800 y 900 cm cúbicos. Tenía una talla similar a la de los humanos. Fue buen cazador de presas pequeñas y muy organizado en las tareas diarias, como la obtención de alimento, el dominio de la técnica de desollar animales o la obtención de tubérculos.
Homo sapiens: hace 250,000 años en África, con características propias de los sapiens. Tuvieron un éxito reproductivo que acabó ocupando todas las regiones del mundo. Hace 60,000 años llegaron a Asia, hace 40,000 llegaron a Australia y hace 35,000 llegaron a Europa. En el continente americano llegaron por el estrecho de Bering hace 15,000 años.
Morfología y fisiología: tenían el cráneo abombado y un cerebro de alrededor de 1450 cm³, cara plana y vertical, frente levantada, arcos superciliares reducidos, barbilla prominente y el aparato masticador reducido. Las facciones de la cara eran suaves y la columna se arqueó proporcionalmente para soportar el peso de la cabeza. El contacto con el suelo era más eficaz, con una altura de 170 cm.
Estructura de la geosfera
La geosfera no es homogénea. Hay dos tipos de capas:
1. Capas químicas: corteza (discontinuidad de Mohorovičić), manto (discontinuidad de Gutenberg) y núcleo. Los materiales más densos se contraen en el núcleo y los menos densos en la corteza.
2. Capas físicas: litosfera, astenosfera, mesosfera, núcleo externo (discontinuidad de Lehmann) y núcleo interno.
Origen de la geosfera: los científicos tienen varias teorías sobre cómo se formó la Tierra, con una edad de 4,500 millones de años. La energía interna de la Tierra es la suma de la energía térmica generada durante su formación y de la energía emitida por elementos radioactivos presentes en el interior del planeta.
Dinámica interna de la geosfera: la geosfera ha estado cambiando desde su origen. Algunos cambios pueden ser repentinos, como las erupciones volcánicas (que dan lugar a islas y montañas), mientras que otros ocurren muy lentamente a lo largo de millones de años y son responsables de la aparición de grandes cadenas montañosas, movimientos de los continentes y el crecimiento o retroceso de los océanos.
1. Movimientos del manto: la diferencia de temperatura de la litosfera provoca movimientos convectivos que son cíclicos y extremadamente lentos.
2. Movimientos del núcleo: los movimientos del núcleo externo (metal fundido) alrededor del núcleo interno (metal sólido) generan el campo magnético. La orientación del campo magnético terrestre no siempre ha sido como la actual y se cree que está relacionada con los movimientos del núcleo.
El campo magnético terrestre y los movimientos de la litosfera
El campo magnético terrestre: protege la Tierra del viento solar y de los rayos cósmicos, radiaciones que destruirían parte de la atmósfera y dificultarían el desarrollo de la vida.
Movimientos de la litosfera: no es una capa continua, hay unas más grandes y otras más pequeñas. Está formada por unas quince placas independientes encajadas unas en otras. Estas placas tectónicas son muy rígidas y descansan sobre los materiales plásticos del astenosfera. En los límites de las placas es donde hay más terremotos y erupciones volcánicas. En el centro nunca ocurren estos fenómenos. Estos materiales se deforman y fluyen poniendo en movimiento las placas de la litosfera y pueden ser de dos tipos:
1. Movimientos horizontales: los corrientes convectivos arrastran las placas tectónicas que descansan sobre ellos. En un año, pueden moverse o desplazarse entre 1 cm y 18 cm.
2. Movimientos verticales: las placas tectónicas flotan sobre la astenosfera y se hunden más o menos en función de su densidad y el peso que soportan. El peso de una placa disminuye debido a la erosión y se produce un movimiento ascendente, mientras que si aumenta, se inicia un movimiento descendente.