La Eucaristía: Significado, Institución y Beneficios
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La Eucaristía: Significado y origen
La Eucaristía significa reconocimiento y gratitud de acción de gracias para con Dios. Adopta la forma de una oración y ha prevalecido en el uso cristiano para designar la acción instituida por Jesús la víspera de su muerte. La esencia y realidad de la Eucaristía se funda en la 'institución' de Jesús, tal como la anuncia el NT. Los textos de la institución son 4,2 de la Fuente petrina (Mc. 14,22-25 y Mt. 26,26-29) y dos la fuente paulina (Lc. 22,19-20 y 1Co. 11,23-26).
La Eucaristía como Memorial de la Pascua de Cristo
La Eucaristía es el Memorial de la Pascua de Cristo, es decir, de la obra de la salvación realizada por la vida, la muerte y la resurrección de Cristo, como obra que se hace presente por la acción litúrgica. En cuanto sacrificio, la Eucaristía es ofrecida también en reparación de los pecados de los vivos y los difuntos, y para obtener de Dios beneficios espirituales o temporales.
La Eucaristía como unión con Cristo
Cuando recibimos la Eucaristía, Cristo entra también dentro de nosotros y nosotros entramos totalmente en Él. En virtud de la unión con Cristo en la comunión, aumenta en nosotros la vida de la gracia, se curan enfermedades del espíritu y quedamos robustecidos para resistir al pecado.
La doctrina de la transubstanciación
La mejor síntesis acerca de la doctrina de la transubstanciación la da Santo Tomás: 'la substancia de pan y vino no pertenece después de la consagración y se aniquilan, sino que se convierten en el cuerpo y sangre de Cristo, quedando los accidentes del pan y vino para desapareciendo la forma sustancial de estos conversión que se hace en forma inmediata.'
Recepción de la Eucaristía en la comunión
Recuerda que solo a los presbíteros válidamente ordenados pueden presidir la Eucaristía y consagrar el pan y el vino para que se conviertan en el cuerpo y sangre del Señor. Quien quiera recibir a Cristo en la comunión debe hallarse en estado de gracia, si no tiene conciencia de haber pecado mortalmente, no debe acercarse a la Eucaristía sin haber recibido previamente la absolución en el Sacramento de la penitencia.
La recepción de la Eucaristía en la comunión es una parte integrante de la celebración eucarística, por ello conviene que los fieles se fíen de la comunión de sacerdote reciban de mismo sacrificio el cuerpo del Señor. El precepto divino se encuentra enunciado de manera explícita en el discurso de la promesa eucarística donde se dice que la procesión de la vida eterna depende de la recepción del cuerpo y la sangre de Cristo.