Ética y Valores: Claves para la Felicidad, la Integridad y el Éxito
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Ética, Felicidad y la Naturaleza Humana
La ética se define como una disciplina teórico-práctica que se ocupa del comportamiento humano, evaluando la bondad o maldad de las acciones y omisiones. También puede entenderse como el arte de vivir bien, como corresponde a un ser humano, distinguiendo el bien del mal mediante un juicio moral. Para tomar decisiones éticas, se deben considerar dos aspectos clave: el objeto de la acción (qué hacemos y cómo lo hacemos) y el fin que perseguimos.
El Fin Último del Ser Humano: Felicidad vs. Placer
El fin último del ser humano es alcanzar la felicidad, que no debe confundirse con el placer. Mientras el placer es una experiencia temporal y limitada que satisface necesidades o deseos inmediatos, la felicidad es un estado más profundo y duradero que involucra alcanzar todo el potencial, cumplir los deseos y satisfacer las aspiraciones de una manera completa. La verdadera felicidad va más allá de la satisfacción de los sentidos y busca un bienestar integral y duradero en el tiempo.
Placer
El placer está relacionado con la dopamina, genera satisfacción inmediata, es algo que sentimos en el cuerpo (visceral) y tiende a ser una experiencia individual. Como su efecto es de corta duración, podemos terminar queriendo más de manera constante, lo que en algunos casos puede llevar a la adicción. Aunque es bueno disfrutarlo de vez en cuando, el placer por sí solo no puede cubrir todas las necesidades de una persona.
Felicidad
La felicidad se asocia con la serotonina, es algo más amplio y duradero. Está ligada a sentirse bien de una manera más profunda y a largo plazo. A diferencia del placer, la felicidad no genera adicción y tiende a ser compartida con los demás. Es un estado de satisfacción con la vida y con lo que se tiene, lo que nos da un bienestar más completo y estable.
Problemas de Confundir Placer con Felicidad
Confundir placer con felicidad puede llevar a varios problemas. Si solo nos enfocamos en buscar el placer, nuestra vida puede girar en torno a la satisfacción inmediata, lo que a largo plazo puede dejarnos sintiendo frustración y vacío cuando esos momentos de placer se van rápidamente. Además, perseguir el placer como objetivo principal puede llevarnos a desarrollar hábitos adictivos, ya que al ser algo pasajero, siempre necesitaremos más. En cambio, la felicidad busca un bienestar duradero donde la persona se siente plena y satisfecha; si solo priorizamos el placer, podemos dejar de lado el esfuerzo necesario para crear una vida con más sentido y estabilidad, lo que podría resultar en una sensación de insatisfacción y hacernos ver la vida de forma más negativa.
La Dignidad de la Persona Humana
La persona humana se define como un ser individual de naturaleza racional, lo que lo describe como un ser único e indivisible con capacidad de razonar. Otra definición complementaria sostiene que “son personas todos los individuos de la especie humana”, destacando cómo todos los seres humanos comparten una dignidad inherente que los hace iguales en derechos. Esta idea de la persona humana tiene repercusiones en los ámbitos biológico, psicológico y espiritual; el ser humano vive porque respira, siente al experimentar sensaciones y emociones, piensa, ama, pondera, decide y actúa. Estas características son clave para entender el comportamiento ético de los seres humanos.
Características de la Persona Humana
- Dignidad Intrínseca: La persona humana posee una dignidad intrínseca, lo que significa que tiene derechos simplemente por ser persona, y su valor proviene de su condición humana. Esta dignidad está ligada a derechos fundamentales como la igualdad, la libertad y el respeto a la vida. La ley natural como base ética, sostiene que una acción humana es buena si respeta la naturaleza humana, de ahí la importancia de proteger la dignidad en nuestras acciones. En el ámbito empresarial, se ha mencionado la “paradoja de la ética empresarial”, donde muchas veces se le da prioridad a valores superficiales en lugar del verdadero valor humano. Rafael Termes, por ejemplo, describe a la empresa como una comunidad de personas, resaltando que tanto los empleados como los proveedores y clientes, deben ser tratados con el respeto que merecen como seres racionales y libres. El objetivo del empresario no debe ser solo alcanzar sus metas, sino también promover el desarrollo de todas las personas involucradas, sin perjudicar a quienes interactúan con la empresa desde afuera.
- Libertad y Responsabilidad: La libertad es otra característica esencial de la persona humana que implica responsabilidad. A pesar de nuestras limitaciones, ya sea por la naturaleza o nuestras circunstancias, seguimos siendo libres para tomar decisiones y actuar, aunque a veces no podamos usar esa libertad completamente.
- Búsqueda de la Mejora: Además, los seres humanos no somos perfectos, dado que somos limitados y dependemos de otros, pero siempre buscamos mejorar y crecer. En este camino hacia la mejora necesitamos conectarnos con otras personas, lo que demuestra que somos seres sociales.
- Impacto de las Acciones: Cada acción que realizamos deja una huella tanto en nosotros mismos como en los demás, lo que influye en nuestras futuras decisiones y acciones.
- Propósito y Felicidad: La persona actúa con un propósito, orientando sus acciones hacia metas pequeñas que la acercan a su objetivo final que es la felicidad. Esta felicidad no implica sólo sentirse bien o tener placer, sino estar bien consigo mismo por haber hecho lo correcto. La ética personal, parte de la propia conciencia porque se basa en la idea de que una acción es buena cuando uno está convencido de que es lo correcto.
Acciones de Doble Efecto
Una acción de doble efecto es aquella que genera dos resultados: uno bueno y otro malo. Aunque se busca el efecto positivo, el efecto negativo es una consecuencia no deseada pero inevitable. Por ejemplo, en el ámbito empresarial, si una empresa decide cerrar una de sus fábricas para evitar la quiebra y salvar el resto del negocio (efecto bueno). Sin embargo, esta decisión conlleva al despido de empleados que pierden su trabajo (efecto malo). Más allá de que la empresa no busque perjudicar a los empleados, los despidos son una consecuencia inevitable para asegurar que el negocio pueda “sobrevivir” y mantener los trabajos restantes. Otro ejemplo, puede verse en el ámbito médico, cuando se usan medicamentos fuertes para aliviar el dolor del paciente (este sería el efecto bueno), aunque puede conducir a consecuencias como la muerte; el bien supera el mal.
Condiciones para la Licitud de Acciones de Doble Efecto
Para que una acción de doble efecto sea éticamente aceptable, se deben cumplir ciertas condiciones: el acto en sí debe ser bueno o al menos moralmente neutral, no debe haber intención de causar el mal efecto (solo se busca el bien), el efecto bueno no debe obtenerse a través del efecto malo, y el bien que se logra debe ser mayor o igual al mal que se genera. Estas condiciones permiten que en situaciones extremas como en el ámbito empresarial sea moralmente aceptable realizar un acto con doble efecto, siempre que el bien buscado justifique la acción.
El Rol de la Prudencia y la Justicia
La prudencia es clave en decisiones de doble efecto, porque requiere pensar cuidadosamente, analizar y ponderar las posibles consecuencias antes de actuar. La prudencia ayuda a prevenir los efectos negativos posibles y a tomar decisiones responsables que estén bien fundamentadas. La justicia también es una virtud fundamental, ya que busca asegurar que las decisiones sean lo más justas posible, aunque los resultados no siempre lo parezcan. Por ejemplo, en el caso del cierre de la fábrica para salvar una empresa, puede no parecer justo que hayan pérdidas pero la justicia asegura que se tome la mejor decisión para el bienestar a largo plazo.
Análisis de Casos y Dilemas Éticos
Para analizar un caso o dilema ético de manera efectiva, se deben seguir varias etapas clave y considerar diversos aspectos que garantizan una decisión ética y bien fundamentada.
Etapas del Análisis Ético
- Analizar el Problema: Esto implica recopilar la mayor cantidad de información para obtener una comprensión clara del contexto y las implicaciones del caso. Identificar a todos los actores que estén directa o indirectamente involucrados, y comprender sus intenciones, motivaciones y las circunstancias que llevaron a sus decisiones. Esta comprensión permite evaluar el problema desde distintas perspectivas, teniendo en cuenta que a veces no se dispone de toda la información necesaria, lo cual introduce ciertos riesgos.
- Plantear Soluciones Alternativas: Generar varias opciones para abordar el dilema, permite evaluar cuál es la más adecuada. Es importante que cada alternativa se analice desde un punto de vista ético, considerando tanto los beneficios como los posibles perjuicios. Además, se debe encontrar un equilibrio entre explorar suficientes alternativas para tomar una decisión informada, y evitar prolongar innecesariamente la búsqueda de opciones que podrían no aportar nuevas soluciones relevantes.
- Toma de Decisión: Consultar con expertos o superiores en caso de dudas, para obtener nuevas perspectivas y asegurar una decisión más equilibrada. Es importante elegir la alternativa que mejor se alinee con los principios éticos y justos, considerando las implicaciones a corto, mediano y largo plazo. Es importante entender que pocas decisiones son completamente claras, y muchas implican matices, como las acciones de “doble efecto” que tienen tanto aspectos positivos como negativos.
- Retroalimentación y Evaluación: Después de tomar la decisión es importante evaluar los resultados para ver qué ha cambiado, qué se ha mantenido igual, y qué ha empeorado. Analizar si la decisión cumplió con los objetivos establecidos y si es necesario realizar ajustes para mejorar futuras decisiones. Es importante considerar si uno puede explicar su decisión a otros, y si con el tiempo, cambiarían las circunstancias que harían que la decisión inicial fuera diferente.
Códigos de Ética y Conducta
Los códigos de ética y conducta profesional son documentos que establecen los principios y normas que guían el comportamiento de una empresa y sus empleados. Su propósito es asegurar que tanto las relaciones internas, que incluyen a accionistas, trabajadores y directivos, como las relaciones externas con clientes, proveedores, la comunidad y el medio ambiente, se rijan por criterios éticos.
Estructura de un Código de Ética
En su estructura, un código de ética comienza por definir los principios éticos que sustentan sus objetivos, como la integridad, objetividad, transparencia, compromiso social y responsabilidad. Aunque la misión de la empresa no forma parte del código en sí, la orienta. Luego, el código debe concretar cómo estos principios se aplican en áreas específicas dentro de la organización, detallando acciones concretas para distintos departamentos. De esta manera, se proporcionan directrices claras sobre cómo deben actuar los empleados en distintas situaciones.
Implicancias de un Código de Ética
Un código de ética refuerza la cultura organizacional, proporcionando un marco claro para fomentar un ambiente de trabajo respetuoso y armonioso. También contribuye a la prevención y resolución interna de conflictos, lo que fortalece la confianza de inversores y accionistas. Además, un código de ética bien implementado puede mejorar la reputación de la empresa ya que muchas organizaciones lo utilizan no solo para promover buenas prácticas, sino también para recuperar la confianza después de una crisis o prevenir acusaciones de mala conducta/comportamientos inmorales. Esto también genera mayor lealtad entre los consumidores, proveedores y otros stakeholders.
En conclusión, los códigos de ética guían el comportamiento dentro de la empresa, y el éxito de estos códigos depende de que sus integrantes actúen conforme a estos principios, que los practiquen, más allá de lo escrito.
Principios Éticos Generales
Los principios éticos generales ofrecen una guía sólida para contrarrestar el relativismo moral y cultural presente en la sociedad actual. En lugar de aceptar que "todo es relativo", estos principios afirman que ciertos valores son universales y necesarios para la cohesión y el buen funcionamiento tanto de la vida personal como profesional. Aunque las empresas pueden tener culturas distintas, la falta de alineación entre los valores compartidos y las conductas éticas puede generar conflictos. Por ello, los códigos de conducta sirven como herramientas para fomentar comportamientos éticos coherentes, tanto dentro como fuera de la empresa.
Principios Éticos Fundamentales
- Hacer el bien y evitar el mal (acciones deben orientarse hacia lo correcto).
- No justificar medios inmorales para alcanzar un buen fin/causa.
- No deben perseguirse fines buenos que tengan efectos desproporcionadamente malos (este principio se refiere al concepto de doble efecto, donde una acción puede tener tanto consecuencias buenas como malas. Si los efectos positivos superan los negativos, la acción puede considerarse ética).
- "Es valioso todo aquello que contribuye al desarrollo del ser humano".
- "Hay valores que son objetivos y válidos para todas las personas y culturas" (contrario al relativismo, este principio defiende que ciertos valores como la dignidad humana, la libertad, la integridad, etc., son aplicables a todos, sin importar la cultura o el contexto).
- "El hombre debe adquirir capacidades o virtudes para alcanzar una vida lograda, plena y completa" (las virtudes, que son hábitos adquiridos que permiten a las personas vivir de manera ética y alcanzar su máximo potencial).
- "El bien común es preferible al bien privado si ambos son del mismo orden" (importante priorizar el bien común sobre el bien individual cuando se trate de decisiones éticas de igual relevancia).
- "La persona no debe considerarse nunca solamente como un medio, sino también como un fin" (refiere al respeto por la dignidad humana, que exige que las personas sean tratadas con valor propio y no simplemente como herramientas para lograr objetivos).
- "El bien no es menor porque beneficie a otro (y no a mí) y el mal no es mayor porque me perjudique a mí (y no a otro)" (refiere a la regla de oro que establece que no se debe hacer a los demás lo que no se quisiera que nos hicieran).
Criterios de Aplicación de los Principios Éticos
- Criterio de Extensión: "Es mayor el bien que beneficia a más personas, y es mayor el mal que perjudica a más personas". Considera la magnitud de las consecuencias en la toma de decisiones.
- Criterio de Incidencia: "El bien es mejor cuanto más profundamente beneficia a la persona, y el mal es peor cuanto más profundamente la afecta". Se evalúa el impacto directo y profundo de las acciones en los individuos.
- Criterio de Proximidad: "Me encuentro más obligado a promover el bien y evitar el mal en aquellos más próximos". Este criterio señala la responsabilidad prioritaria hacia las personas cercanas o con quienes se tiene una relación directa.
- Criterio Operativo: “La colaboración es más eficaz que la competencia”.
Valores y Virtudes
Los valores son principios abstractos que guían las acciones, mientras que las virtudes son hábitos adquiridos (valor vivido) que refuerzan esos principios en la vida cotidiana. En el ámbito personal y profesional, algunos valores clave incluyen: Integridad, Responsabilidad, Compromiso social, Justicia. En cuanto a las virtudes, existen muchas, pero entre las destacadas: Prudencia (Capacidad de tomar decisiones correctas basadas en la reflexión y el discernimiento), Justicia (Hábito de dar a cada uno lo que le corresponde, respetando los derechos de los demás), Fortaleza (Virtud que permite enfrentar adversidades con valentía y perseverancia), Templanza (Control de los impulsos y deseos, moderando las acciones para evitar excesos). En el ámbito profesional, estas virtudes juegan un rol fundamental en la toma de decisiones y en el liderazgo. Un líder ético debe ser prudente/objetivo/fuerte/humilde al diagnosticar situaciones, audaz/ambicioso en la toma de decisiones, y perseverante/confianza/fuerte en la ejecución, al guiar a su equipo hacia los objetivos comunes.
Línea de Conducta Ética
El concepto de "línea de conducta ética" se refiere a una guía para tomar decisiones morales y éticas en situaciones cotidianas. Esta línea de conducta se basa en tres elementos clave: El objeto (lo que hacemos y cómo lo hacemos), el fin (las razones y el propósito detrás de la acción = la intención y las circunstancias (el contexto en el que se desarrolla la acción).
Estos tres puntos ayudan a evaluar si una acción es correcta, incorrecta, o en un punto intermedio. La línea de conducta ética busca que las personas no se conformen con lo "suficientemente bueno", sino que aspiren a la excelencia moral. Este concepto está vinculado a la idea de que no siempre hay una distinción clara entre lo que está bien y mal, sino que las decisiones pueden caer en una escala de matices/grises de “muy malo”, “malo”, "mejor", "bueno", "óptimo", etc. La ética no solo busca evitar el mal, sino también promover lo que es mejor para el desarrollo personal y profesional.
Relación con el Desempeño Personal y Profesional
En el ámbito personal y profesional, la línea de conducta ética establece que las decisiones no deben basarse sólo en seguir las leyes o lo que está permitido, sino también en principios éticos que buscan hacer el bien. Si una persona toma decisiones solo cumpliendo con lo mínimo necesario (lo que exige la ley), puede quedarse en lo mediocre o incluso caer en comportamientos no éticos. Sin embargo, si buscamos actuar de la mejor manera posible, se buscará siempre hacer lo que es mejor para todos los involucrados, asegurando un desempeño correcto, integro,, tanto en lo personal como en lo profesional.
Ética del Cumplimiento vs. Ética de la Virtud
La ética del cumplimiento se basa en seguir las leyes, reglamentos y códigos de conducta que son obligatorios. Su objetivo es evitar comportamientos que puedan perjudicar a terceros, por ejemplo, cumplir con las normas de una empresa para evitar conflictos de interés. Por otro lado, la ética de la virtud va más allá de cumplir con las normas. Se centra en desarrollar cualidades personales y profesionales como la prudencia, justicia y fortaleza, que ayudan a tomar decisiones legales y moralmente correctas. La ética de la virtud motiva a las personas a buscar siempre lo óptimo, sin conformarse solo con lo aceptable.
Veracidad y Plagio
Veracidad
La veracidad implica decir la verdad y ser transparente. Según la RAE, es cuando algo coincide con cómo realmente es. Es lo que realmente sucede, sin que nuestras opiniones o percepciones cambien/distorsionen esa realidad. Aunque la verdad es única, cada persona puede interpretarla de manera diferente según su perspectiva.
Implicaciones de la Veracidad
En la vida personal, la confianza, basada en la verdad, es clave para construir relaciones sólidas y duraderas; sin ella, las relaciones pueden dañarse, generando desconfianza y conflictos. En el ámbito laboral/profesional, la veracidad es clave para generar confianza y credibilidad, fortaleciendo relaciones. Por ejemplo, en un proyecto en equipo, si un miembro no es honesto sobre algún problema al que se enfrenta en el proceso, el equipo podría tomar decisiones incorrectas que afecten el resultado final.
Plagio
El plagio es copiar trabajos ajenos y presentarlos como propios; es un robo intelectual y una forma de “engaño”.
Implicaciones del Plagio
El plagio afecta nuestra honestidad y moralidad; al hacerlo no solo perjudica a los autores originales, sino que también refleja negativamente sobre nosotros mismos y nuestra ética personal. En el ámbito estudiantil, puede llevar a la suspensión de calidad de estudiante y afectar la reputación académica. En lo laboral, puede resultar en la pérdida del empleo y dañar la reputación. Además de perder la credibilidad de uno mismo, se está robando el crédito de otros, y eso puede afectar negativamente a largo plazo en la carrera profesional.
Corrupción, Soborno y Extorsión
Corrupción
La corrupción es el abuso del poder público para obtener un beneficio económico personal o para otros. Puede presentarse de muchas maneras, como el nepotismo, el intercambio de favores, espionaje, exoneración tributaria indebida, la apropiación indebida de recursos, la competencia desleal, soborno y extorsión. Desde un punto de vista ético, la corrupción es injusta porque va en contra del bien común, afecta a la sociedad en su conjunto y fomenta la deslealtad.
Soborno
El soborno ocurre cuando una persona ofrece dinero o un regalo a otra con la intención de obtener un beneficio en su favor. Aceptar un soborno está éticamente mal, pero ofrecerlo es aún peor, ya que corrompe tanto al que lo da como al que lo recibe (lo incita a hacerlo).
Extorsión
La extorsión ocurre cuando alguien con poder de decisión exige dinero o favores a cambio de hacer algo que ya debería hacer por su posición, o para otorgar un beneficio indebido; es un abuso de poder para obtener ventajas personales.
Condiciones para Tolerar una Extorsión
En algunos casos, ceder a una extorsión puede ser éticamente aceptable, pero solo si se cumplen ciertas condiciones:
- El beneficio que se está obteniendo es un derecho legítimo.
- No hay alternativas viables para obtenerlo.
- No es posible denunciar la extorsión o cambiar la situación.
- La extorsión es clara, explícita y generalizada, lo que significa que si no se paga, no se otorgará el beneficio.
- La intención es correcta y se actúa con rectitud.
- La decisión de ceder a la extorsión se toma después de consultar con otros, no en solitario.
- Que existan razones morales objetivas (ej: continuidad de puestos de trabajo) proporcionales a los efectos malos de la extorsión.
- No se perjudica a terceros directamente.
- Se evita inducir a otros a seguir el mismo comportamiento corrupto.
- Se presta especial atención si el extorsionador es un funcionario público, ya que podría ser parte de un delito.
No es necesario que todas estas condiciones se cumplan al mismo tiempo, pero es fundamental una evaluación honesta, y si no hay claridad, lo más ético sería negarse a ceder esta extorsión.
La corrupción es desleal hacia la sociedad y la empresa, injusta (contra terceros y la propia empresa) porque permite obtener algo sin derecho y carece de solidaridad al distorsionar el funcionamiento normal del mercado y fomentar más actos desleales.
Regalos y Atenciones Empresariales
Los regalos empresariales son comunes y generalmente un gesto de agradecimiento, pero deben manejarse con cuidado para evitar que se perciban como sobornos. Los criterios para ofrecer o aceptar regalos incluyen:
- Analizar cada caso con prudencia.
- No aceptar regalos desmesurados (si parece excesivo en valor o intención).
- Mantener la libertad e independencia (no aceptar regalos que puedan influir en la toma de decisiones, que limiten la objetividad, la capacidad de elegir lo más conveniente para la empresa).
- Rechazar atenciones inmorales/éticamente incorrectas.
- Respetar los códigos y procedimientos internos (seguir las políticas de la empresa y si hay dudas consultar con un superior/RRHH).
- Ser elegante al rechazar el regalo (de manera cortés y profesional).
- Frecuencia (regalos continuos pueden interpretarse como una forma de influir).
- Sector y función (los regalos pueden influir más en ciertas áreas que en otras-compras, contrataciones, atención al cliente).
Aplicar estos criterios ayudan a mantener la transparencia y evitar malentendidos o situaciones poco éticas.
Escalones para el Análisis Ético
Al analizar una decisión o actuación desde el punto de vista ético, se pueden considerar los siguientes escalones:
Yo - Acto Basado en la Conciencia Individual
Este primer nivel considera la conciencia personal como guía principal para determinar si un acto es bueno o malo. Sin embargo, existe el riesgo de caer en subjetivismo y relativismo, ya que la persona es “juez” y parte al mismo tiempo. Para evitar errores, es importante educar la conciencia y buscar asesoramiento, prepararse para tomar la mejor decisión.
Los Demás - Norma Razonable para Todos
En este escalón, se trata de pensar cómo una decisión afecta a los demás, buscando algo justo y que sea aceptada por todos. Aunque es un paso adelante respecto a solo pensar en uno mismo, a veces lo que la mayoría elige no siempre es lo correcto, ya que las opiniones pueden cambiar y no siempre coinciden con lo que es realmente bueno.
Ley Natural - Acuerdo con la Naturaleza Humana
El acto se evalúa en función de principios fundamentales que no dependen solo de la opinión individual o colectiva, sino de lo que es inherente a la naturaleza humana, como la dignidad, igualdad y derechos humanos. La historia y la familia juegan un rol importante en la transmisión de estos valores.
Dios - Acuerdo con la Ley de Dios (para creyentes)
Se considera un referente externo y superior (Dios o una figura importante para no creyentes-padre/madre/jefe) que define lo que está bien o mal. Esto significa que además de las acciones en sí, también se considera la intención detrás de ellas. Para los creyentes, esta perspectiva ofrece una motivación adicional para hacer el bien y evitar el mal, ya que creen que sus acciones tienen un impacto más allá de la vida diaria.
Cada uno de estos niveles puede aplicarse según la situación, y el análisis ético puede seguir una visión objetiva (primero pensando en tu propia conciencia y luego consideras reglas o principios que todos deben seguir), o una visión subjetiva (empezando por los valores superiores como principios divinos o morales importantes, y luego ves cómo estos valores afectan tu forma de pensar y actuar personalmente).