El Estallido de la Primera Guerra Mundial y sus Repercusiones en Europa

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LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

1. Grandes potencias europeas

Entre 1870 y 1940, se desarrollaron potencias liberales democráticas como Gran Bretaña, Francia y Alemania. Al mismo tiempo, pervivían los antiguos imperios absolutistas: austrohúngaro, ruso y otomano, donde aún se acusaba la huella del Antiguo Régimen.

1.1. Potencias democráticas

Gran Bretaña y Francia, a finales del siglo XIX, se consolidaron como Estados liberales y establecieron regímenes democráticos.

GRAN BRETAÑA: La monarquía liberal británica se forjó en la denominada era victoriana, que coincidió con el reinado de Victoria I (1837 - 1901). Gran Bretaña fue el país más poderoso, desarrollado y próspero, y el de mayor influencia entre las primeras potencias europeas. Su política se basaba en la alternancia en el poder de dos partidos: tories (conservadores) y whigs (liberales). A finales de la década de 1890, los whigs no pudieron con la representación de otros sectores de votantes y cedieron terreno al Partido Laborista, que cambió el panorama político inglés a comienzos del siglo XX. El sistema de modernización inglés se basó en diversas leyes de reforma (Reform Acts) entre 1832 y 1885, que ampliaron el sistema electoral haciéndolo más participativo. La última gran reforma electoral (1885) amplió el número de votantes acercándose al sufragio universal masculino. Esto vino acompañado de una democratización en la enseñanza, que se convirtió en obligatoria de 6 a 13 años, y en gratuita a partir de 1891.

FRANCIA: Debido a la derrota francesa en Sedán contra Prusia (1870) y a la caída del imperio de Napoleón III, Francia era la única potencia que poseía una República. La III República Francesa tenía dos cámaras legislativas (Asamblea y Senado) y un presidente electo con pocos poderes. Se impulsó la democratización política, la restauración de libertades públicas, el sufragio universal, la elección de alcaldes y la legalización de sindicatos obreros. Se inició un proceso de laicización del Estado y disminución de la influencia social de la Iglesia, instaurándose la escuela obligatoria, laica y gratuita de 6 a 13 años. A finales del siglo XIX se consolidaron dos grandes partidos republicanos: uno de tendencia moderna y otro más radical. En 1905 se fundó la Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO), de gran influencia en la clase trabajadora. La opinión pública francesa se dividía por las relaciones con Alemania, muy conflictivas a raíz del contencioso de Alsacia y Lorena, territorios perdidos a favor de Alemania durante la guerra franco-prusiana (1870 - 1871).

1.2. El II Reich Alemán

En 1870, Alemania inició la construcción del nuevo Estado germánico, convirtiéndose en una gran potencia industrial que aspiraba a dirigir la política continental europea. La Alemania del II Reich se forjó bajo la impronta del canciller Bismarck y del káiser Guillermo I (1871 - 1888), que organizó un gobierno férreo. Poseía una estructura territorial federal, aunque su régimen político mostraba un fuerte componente autoritario y no llegó a ser verdaderamente democrático, ya que no contaba con un sufragio igual para todos los ciudadanos. Existían dos cámaras: una alta o Bundesrat (consejo federal) y una baja o Reichstag (diputados elegidos mediante sufragio censatario). El Káiser podía nombrar a sus ministros, que solo rendían cuentas al emperador. La política dominante era la conservadora, mientras las progresistas intentaban abrirse paso y el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán se imponía entre los trabajadores. El pangermanismo alcanzó rápidamente protagonismo, y en 1891 se fundó la Liga Pangermanista, que pedía una expansión territorial que diera al pueblo alemán el espacio que necesitaba. Guillermo II (1888) declaró su voluntad de hacer una política mundial apoyada en el desarrollo de la marina y en la creación de una gran flota de guerra. Esto fue una de las grandes causas del belicismo alemán.

1.3. Los viejos imperios

LA RUSIA DE LOS ROMANOV: El imperio ruso era un claro ejemplo de imperio autocrático. La inmensidad del territorio y su potencial demográfico contrastaban con el atraso de su sociedad. En 1861, el zar Alejandro II había decretado la liberación de los siervos, pero la industrialización fue tardía y limitada a determinadas regiones.

EL IMPERIO AUSTROHÚNGARO: Bajo el emperador Francisco José, en 1868, el imperio de los Habsburgo se convirtió en un imperio dual (Austria - Hungría), dominado por la minoría alemana. Hungría tenía un alto grado de autonomía económica.

LA DESCOMPOSICIÓN DEL IMPERIO OTOMANO: La desmembración del imperio (Serbia, Rumania, Bulgaria y Montenegro) generó rivalidad con las potencias deseosas de controlar los territorios desmembrados y el apoyo de las naciones balcánicas a la independencia. Se extendió un sentimiento de hundimiento y decadencia imperial.

2. Causas de la guerra

Entre 1900 y 1914, la configuración de dos bloques antagónicos y el aumento de tensiones internacionales propiciaron una política general de rearme de las grandes potencias. La guerra se veía como algo inevitable, etapa conocida como paz armada.

2.1. La formación de las alianzas internacionales

A comienzos del siglo XX, la mayoría de los países europeos formaban parte de alianzas que se empezaron a forjar a instancias de Alemania en la época de Bismarck (1870 - 1890). Bismarck creó un sistema de alianzas internacionales cuyos principios eran: la búsqueda del predominio alemán en la política continental europea y la contención de los enemigos, manteniendo a Francia aislada para evitar un posible revanchismo por la pérdida de regiones como Alsacia y Lorena tras la derrota de 1870. Con estos objetivos, Bismarck negoció la Liga de los Emperadores (1873), una alianza entre los tres grandes imperios conservadores. En 1879, se firmó la Doble Alianza entre Alemania y Austria, y finalmente en 1882 la Triple Alianza entre Alemania, Austria-Hungría e Italia. El Imperio ruso, sintiéndose amenazado, reorientó su política exterior hacia la alianza defensiva con Francia, firmando un acuerdo franco-ruso en 1892. Gran Bretaña y Francia superaron sus rivalidades coloniales, y en 1904 firmaron la Entente Cordial. Más tarde, Gran Bretaña estableció pactos con Rusia, superando enfrentamientos por cuestiones coloniales en Asia. La idea de Bismarck de aislar a Francia se desbarató.

2.2. Los enfrentamientos coloniales

Aunque la Conferencia de Berlín de 1885 había intentado establecer medidas de acuerdo y arbitraje, las rivalidades entre imperialismos rivales tuvieron como escenario el norte de África, en particular Marruecos, que todavía estaba por repartir. Esto generó enfrentamientos entre alemanes y franceses. La primera crisis marroquí (1905) se produjo cuando el gobierno alemán ofreció su apoyo al Sultán para resistir las presiones francesas para establecer un protectorado. Para resolver el conflicto se convocó la Conferencia de Algeciras (1906). Alemania no se resignó y en 1911 provocó la segunda crisis marroquí, enviando barcos al puerto de Agadir. Los alemanes pidieron Camerún a cambio de abandonar Marruecos.

2.3. Las crisis balcánicas

Los Balcanes eran un importante punto de tensión. El Imperio austrohúngaro y el Imperio ruso buscaban acrecentar su influencia en la región aprovechándose de la debilidad del Imperio turco. El primero se oponía a la voluntad de Serbia de unificar a todos los eslavos del sur, puesto que significaba perder territorios de su Imperio. El segundo, protector de los eslavos, especialmente los de su aliada Serbia. Todas las potencias europeas se podían encontrar implicadas en un hipotético conflicto balcánico.

2.4. La rivalidad entre las grandes potencias

La rivalidad entre Francia y Alemania se reavivó con la crisis marroquí, y la presión alemana fue vista como un amenazador presagio del expansionismo germano, lo que atizó el nacionalismo en Francia. La competencia naval entre Alemania y Gran Bretaña también fue en aumento, acercando las posiciones de Londres y París. En 1912 se reforzó la alianza francobritánica.

3. El desarrollo del conflicto

3.1. El estallido del conflicto

El 28 de junio de 1914 fue asesinado en Sarajevo el heredero de la corona austriaca, el archiduque Francisco Fernando, junto a su mujer. Como consecuencia de esta acción, Austria decidió anexionarse Serbia, acusada de organizar el atentado, y le declaró la guerra, esperando que el resto de las potencias se mantuvieran neutrales. A partir de ese momento se puso en marcha el juego de alianzas entre potencias, y en una semana toda Europa entró en guerra. Rusia, sin consultar a su aliado francés, pero convencida de su apoyo, se puso al lado de Serbia y declaró la guerra a Austria. Alemania declaró la guerra a Rusia y a Francia. La invasión de los ejércitos alemanes sobre la neutral Bélgica hizo que Gran Bretaña interviniera en el conflicto al lado de sus aliados rusos y franceses. Solo Italia se mantuvo en un principio neutral, a pesar de ser aliada de los austríacos y los alemanes. Una buena parte de la clase trabajadora, impregnada de ideas socialistas, era claramente pacifista y contraria a la guerra.

3.2. Guerra de movimientos y guerra de trincheras

La guerra se inició en agosto de 1914. Los imperios centrales gozaban de importantes ventajas frente a sus enemigos, territorialmente dispersos. Pero la necesidad de mantener la guerra en dos frentes les obligaba a obtener una victoria rápida. Franceses y británicos podrían utilizar el bloqueo naval para aislarlos y movilizar sus recursos. Los que se opusieron a la guerra fueron duramente perseguidos y castigados. El plan alemán preveía un ataque rápido contra Francia entrando por Bélgica y Luxemburgo. Al principio las previsiones se cumplieron. A comienzos de septiembre de 1914 los alemanes se encontraban a 40 km de París. Del 6 al 13 de septiembre, los franceses consiguieron parar el avance de los alemanes en la batalla del Marne. El resultado de esta batalla fue muy importante. La guerra de trincheras fue dura y larga, convirtiéndose en el símbolo de la Primera Guerra Mundial. En 1916, tuvo lugar la batalla de Verdún, iniciada por los alemanes con el objetivo de romper el frente aliado. En estas dos batallas, los aliados perdieron un millón de soldados y los alemanes unos 800.000.

4. La paz de los vencedores

4.1. Los tratados de paz

El más importante de los tratados fue el Tratado de Versalles, en el cual se estipulaba la suerte de Alemania, considerada responsable del conflicto. En el tratado se entregaba Alsacia y Lorena a Francia, la Posnania a Polonia y se separaba la Prusia Oriental del resto del territorio por el corredor de Danzig. Las colonias alemanas fueron repartidas entre los países vencedores. Se impuso a Alemania el pago de fuertes reparaciones de guerra para compensar las destrucciones en los países vencedores. Además, tuvo que entregar las minas de carbón del Sarre a Francia y le fueron incautados sus bienes en el exterior y su flota. Se abolió el servicio militar, se prohibió la unión de Alemania con Austria y los aliados pasaron a ocupar la orilla izquierda del Rin. En el Tratado de Saint-Germain, Austria perdía todos los territorios eslavos y se convertía en República. Sus antiguos territorios fueron cedidos a la nueva Checoslovaquia, Yugoslavia y Rumania.

4.2. La Sociedad de Naciones

Se crearon las bases de una nueva organización, la Sociedad de Naciones (SDN), para garantizar la paz en el futuro y fomentar la colaboración y la cooperación internacionales. La sede se fijó en Ginebra y quedó establecida en dos organismos: Asamblea General y un Consejo. La SDN quedó encargada de supervisar el cumplimiento de los tratados, de garantizar el desarme general, de proteger a las minorías nacionales de los respectivos Estados y de administrar los territorios sustraídos a Alemania y Turquía.

4.3. Una paz inestable

Al acabar la guerra, la mayoría de la población trabajadora europea, que había sufrido mucho durante el conflicto, volvió a una realidad cotidiana de enormes penurias. En 1919 se produjo la insurrección de los espartaquistas alemanes dirigidos por Rosa Luxemburg. Aunque el levantamiento fue aplastado, su ejemplo fue seguido en Baviera y en Hungría. Mientras, en Francia, en Italia y en Gran Bretaña se sucedían las huelgas y las manifestaciones.

5. Las consecuencias de la guerra

5.1. Los efectos demográficos y económicos

Las pérdidas de vidas humanas como resultado de la guerra fueron muy elevadas: murieron casi 8 millones de personas, hubo 6 millones de inválidos y un elevado número de mutilados y heridos. Se registró una alta mortalidad debido a la falta de alimentos, las pésimas condiciones de higiene y la epidemia de gripe de 1918 (generaciones vacías). La Primera Guerra Mundial significó la pérdida definitiva de la hegemonía europea en la economía mundial. Francia perdió el 30% y Alemania el 22%, mientras que el potencial general europeo se reducía en un 40%, y el agrícola en un 30%. En 1918, la situación financiera de Europa era gravísima. Los Estados Unidos se convirtieron en el gran beneficiario de la guerra: su economía se convirtió en líder de las finanzas mundiales. Su producto nacional bruto se dobló en los años de la contienda y sus reservas pasaron de 1800 millones de dólares a 4500. La guerra benefició también a Japón, que aumentó de forma considerable su producción al hacer frente a los pedidos europeos.

5.2. Consecuencias políticas y territoriales

La paz de París dio lugar a una profunda reestructuración territorial de Europa. Se produjo, en primer lugar, un desmembramiento de los grandes imperios, con la aparición de nuevos Estados: Polonia, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Yugoslavia, Checoslovaquia y Hungría. Se produjeron también importantes transformaciones políticas: los Romanov fueron destituidos en 1917, cayeron los Habsburgo en 1918, y los Hohenzollern en Alemania, mientras que en Turquía se abolía el sultanato. La democracia fue ganando terreno: Alemania y Austria proclamaron repúblicas constitucionales y democráticas. El sufragio universal masculino se implantó en casi toda Europa.

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