España: Reinado de Alfonso XII y Regencia de María Cristina

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El Reinado de Alfonso XII (1875-1885)

Este periodo representa la consolidación del sistema Canovista. El gobierno lo ejerció básicamente el partido conservador, siendo Cánovas del Castillo el gran protagonista de la época. Éste, además de restaurar la monarquía borbónica en España, consolidó su sistema político debido a varios éxitos: promulgación de la Constitución de 1876, fin del protagonismo de los militares y de los pronunciamientos, fin de las dos guerras heredadas del anterior periodo e incluso el disfrute de una buena coyuntura económica internacional.

Estabilización de la vida política y consolidación del poder civil

El principal objetivo de Cánovas, con la restauración de la monarquía en la figura de Alfonso XII, era la creación de un sistema político estable y basado en el orden social. Con esto, Cánovas recogía los deseos de la mayoría de la burguesía de finales del siglo XIX, cansada de experimentos políticos y temerosa de una radicalización que les amenazara.

El sistema ideado por Cánovas, tomando como modelo el sistema político inglés, era estable, pero a la vez corrupto y antidemocrático. Dicha estabilidad se consiguió gracias a tres factores:

  • Una constitución elástica, la cual permitía gobernar a partidos políticos con distintos programas.
  • La integración de las principales corrientes ideológicas del momento en uno de los dos grandes partidos.

Finalización de la Guerra Carlista (1876)

Esta guerra, iniciada en 1872, con Saboya en el poder, finalizó debido a varias causas:

  • El desgaste militar de las tropas carlistas.
  • La nueva situación política recuperó a aquellos que solo habían apoyado al Carlismo por rechazo a la política del Sexenio.
  • La mayor capacidad militar del nuevo régimen, que ofreció campañas decisivas contra el carlismo.

En febrero de 1876, el pretendiente al trono, Carlos VII, cruzó la frontera con Francia y de esta forma finalizó la 3ª guerra carlista. Esto acabó definitivamente con el problema carlista y consolidó aún más el nuevo sistema.

Finalización de la Guerra de los Diez Años en Cuba (1878)

Fue un frente exterior abierto y sin aparente solución durante el sexenio, pero tras la aprobación de la Constitución de 1876, se crearon las condiciones definitivas para reforzar la fuerza militar en Cuba. Así, se decidió enviar al general Martínez Campos con un ejército de 25.000 hombres.

Durante 1877, Martínez Campos combinó sus victorias militares con gestiones políticas para solucionar el conflicto. Fruto de esto fue la Paz de Zanjón (febrero de 1878), con la que finalizaba la guerra y se acordaba:

  • Mejores condiciones políticas para la isla, igualándolas a las de Puerto Rico.
  • Una amplia amnistía, la cual incluía a los insurrectos y desertores españoles, libertad para los esclavos y facilidades para que quien quisiese pudiese abandonar la isla.

La Regencia de María Cristina (1885-1902)

Tras la temprana muerte de Alfonso XII (28 años), asumió la regencia su viuda María Cristina hasta que su hijo, futuro Alfonso XIII, alcanzara la mayoría de edad.

Esta nueva etapa comenzó con el Partido Liberal en el poder, el cual otorgó una inclinación más progresista mediante la promulgación de algunas leyes importantes. Pero en 1897, el régimen sufrió un duro golpe con el asesinato del por entonces jefe de gobierno Cánovas del Castillo, llevado a cabo por un rebelde anarquista. Sin embargo, la verdadera crisis comenzó con la pérdida de las últimas colonias en el año 1898.

La labor legislativa del gobierno liberal (1885-1890)

A la muerte de Alfonso XII, Sagasta sustituyó a Cánovas debido al sistema de turnos. Así, comenzó una fase de casi 5 años que, por su inusual duración, se la denominó el “Parlamento largo”. Los liberales aprovecharon esta oportunidad para introducir ciertas aspiraciones progresistas del sexenio compatibles con la Constitución de 1876.

Con la promulgación de los códigos de comercio y civil, se culminó en España el proceso codificador. Sin embargo, las medidas más destacadas de este periodo son:

  • La Ley de Asociaciones (1887), la cual permitía la legalización de las organizaciones obreras, que estaban en clandestinidad desde la dictadura de Serrano.
  • La Ley de Jurado (1888), que permitía el juicio por jurados para algunos delitos. Este había sido uno de los principales objetivos progresistas a lo largo de todo el siglo XIX.
  • La Ley de Sufragio Universal (1890). Cánovas había sustituido el sufragio universal del sexenio por un sufragio censitario. Ahora, Sagasta reimplantaba el sufragio universal, pero no porque estuviera de acuerdo con él, sino como maniobra política para reforzar su liderazgo. Aun así, el sistema de turno de partidos no dejaba que esta medida repercutiese en las elecciones.

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