España en la Primera Guerra Mundial: Neutralidad y Crisis de 1917
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España durante la Primera Guerra Mundial: La Crisis de 1917
Contexto: Neutralidad Española y sus Consecuencias
La crisis de 1917 en España está intrínsecamente relacionada con las repercusiones de la Primera Guerra Mundial. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión en la crisis del sistema político de la Restauración. Dos días después del inicio del conflicto bélico, el gobierno español proclamó un decreto de neutralidad y no intervención. Esta decisión se fundamentó en varios factores:
- España se encontraba al margen de los dos bloques de alianzas.
- No participaba en la lucha por los mercados coloniales.
- Estaba fuera de la carrera armamentística.
- Existía una notable debilidad diplomática, económica y militar.
A pesar de la postura oficial de no intervención, la sociedad española se dividió entre:
- Aliadófilos: Incluía a la mayoría de los partidos políticos, intelectuales, grupos financieros y sectores progresistas.
- Germanófilos: Compuesto por oficiales del ejército, el clero, la aristocracia y los terratenientes.
Impacto Económico de la Guerra en España
Las principales consecuencias de la guerra en España fueron de índole económica. A partir de 1915, se experimentó una fase de expansión debido a las ventajas de la neutralidad: las exportaciones se dispararon y la industria creció. Sin embargo, desde 1917, cuando los países beligerantes comenzaron a recuperar su capacidad productiva, se hicieron evidentes las consecuencias del desigual reparto de la riqueza.
Además, el estallido de la guerra provocó la repatriación de emigrantes, lo que incrementó el desempleo. Los precios sufrieron un proceso inflacionario debido al desabastecimiento del mercado interno, mientras que los salarios no aumentaron al mismo ritmo.
Política Gubernamental y Descontento Social
Entre 1914 y 1917, los gobiernos se centraron en mantener la neutralidad y aprovechar el auge económico. Santiago Alba, ministro de Hacienda, intentó implementar un impuesto extraordinario sobre los beneficios generados por la guerra para financiar la modernización de las comunicaciones, los regadíos y la educación. Sin embargo, este proyecto fracasó debido a la oposición de los sectores afectados.
A principios de 1917, el descontento era generalizado:
- Obreros y campesinos padecían el alza de precios y el desabastecimiento.
- Los diputados de partidos ajenos al turno denunciaban la corrupción política.
- Los intelectuales evidenciaban la brecha entre la España oficial y la real.
La Crisis de 1917: Tres Movimientos Convergentes
Sobre esta situación de descontento generalizado, en junio de 1917 se inició el proceso de crisis, en el que tres movimientos confluyeron con el objetivo de derrocar al gobierno:
El Movimiento Militar: Las Juntas de Defensa
El malestar del ejército, provocado por el descrédito, la escasez de presupuesto y la falta de expectativas de ascenso, venía de antiguo. La decisión del gobierno de favorecer los ascensos rápidos de los militares en Marruecos (africanistas) generó una división interna entre estos y los peninsulares, aumentando el descontento de este último grupo. Para defender sus intereses, los militares se organizaron en las Juntas de Defensa.
La disolución de la Junta de Barcelona y el arresto de sus miembros provocaron la solidaridad del ejército y la redacción del Manifiesto de las Juntas (1 de junio), un ultimátum al gobierno para que aceptara sus reivindicaciones. El gobierno, incapaz de controlar la situación, dimitió. El rey entregó el gobierno a Eduardo Dato, quien reconoció las Juntas. Estas emitieron un nuevo Manifiesto con un claro contenido político, exigiendo una regeneración de la vida política y la formación de un gobierno de concentración.
El Movimiento Político: La Asamblea de Parlamentarios
Desde el cierre de las Cortes por parte de Romanones en febrero de 1917, los partidos de la oposición reclamaban su reapertura. Ante la negativa del gobierno, la Lliga Regionalista convocó una reunión de parlamentarios catalanes el 5 de julio, a la que asistieron catalanistas, republicanos, reformistas y socialistas. Se acordó convocar una asamblea nacional de parlamentarios el 19 de julio para promover una reforma profunda de la vida política. Ese día, unos 70 diputados y senadores se reunieron y exigieron un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes constituyentes.
El Movimiento Obrero: La Huelga General de Agosto de 1917
La huelga general de agosto de 1917 fue consecuencia del deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores (los precios subieron un 37% entre 1914 y 1917). La conflictividad social se manifestó durante todo el periodo de la guerra a través de huelgas. Ante la falta de medidas gubernamentales, los sindicatos y partidos de izquierda organizaron una huelga general indefinida con un doble objetivo: económico (mejora de salarios y jornada laboral) y político (cambios en el gobierno).