Escultura Romana: De La República al Alto Imperio

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La Escultura Helenística (323-31 a. C.)

La escultura helenística (323-31 a. C.) se inicia tras la muerte de Alejandro Magno. La escultura helenística se caracteriza por la influencia de maestros griegos del siglo IV a. C. Es un arte proyectado hacia el exterior de la Península Griega, con las conquistas de Oriente. Se considera la época Barroca del arte griego. Se siguen las ideas de Policleto, Praxíteles y Lisipo, sin olvidar a Fidias.

Ahora es típica la grandiosidad, el realismo exagerado, el dolor físico, el estudio del cuerpo, el rostro y los ropajes. Se realizan esculturas de grupo, dominando la forma piramidal y con varios puntos de vista. También se representan personas de otras razas, de cualquier edad, de cualquier sexo... Se multiplica el retrato, sobre todo de filósofos y escritores, así como de políticos.

5. Augusto y el Arte del Siglo I d. C.

Durante este siglo el Imperio Romano completó el dominio de Europa meridional y occidental, el norte de África, Asia Menor y el levante mediterráneo. Las reformas introducidas por Augusto durante su principado estabilizaron el mundo romano tras la agitación sufrida que caracterizó parte del siglo anterior, dando inicio a la Pax Romana.

Con la llegada al poder de Augusto después del asesinato de Julio César en los fatídicos Idus de marzo, se llevó a cabo la remodelación del estilo tradicionalista que había regido Roma y llevó hasta las últimas consecuencias la síntesis grecoitálica.

5.1. La Escultura en la Corte

Augusto llegó a planteamientos parecidos al encargar sus retratos. Sus imágenes de la época juvenil muestran el aspecto helenístico del periodo tardorrepublicano, prefería efigies que mostraran su lado más sereno, capaz de gobernar el imperio. De ahí podemos destacar la obra Augusto de Prima Porta que toma como base la iconografía itálica, sometiéndola a esquema clásico y añadiendo el gusto por los detalles helenísticos. Entorno a su figura, familiares y cortesanos copiaron sus proporciones y estilo para reflejar sus propios rasgos; de ahí la dificultad a la hora de distinguir a estos personajes. Todos ellos semejantes en bustos y relieves.

5.2. La Escultura Fuera de la Corte

En cuanto nos alejamos de la corte, advertimos que las tendencias estatales tenían un fuerte oponente en la tradición: salvo casos aislados que se aferran de forma decidida al realismo del siglo I a.C. La escultura ideal, de dioses y temas mitológicos, prosigue sin problema en su trayectoria helenística. Se multiplican las copias de obras antiguas, ya iniciadas a finales de la República, y entre los autores creativos predominan los neoáticos, cuyo estilo coincide con las tendencias oficiales.

5.3. Las Dinastías Julio-Claudia y Flavia

Tras la muerte de Augusto en el año 14 d. C. inmediatamente toma las riendas del poder Tiberio, hijastro del difunto, y comienza así la dinastía Julio-Claudia, llena de asesinatos políticos y de asechanzas palaciegas. Después de su muerte le sucedió el demente Calígula, Claudio, y el desequilibrado Nerón que marcó todo un hito en el urbanismo de la ciudad después del incendio de Roma. El mal gobierno de sus últimos años provocó su caída y le sucedieron 3 emperadores: Galba, Otón y Vitelio.

Accedió finalmente al trono Vespasiano (69-79) y le sucedió su hijo Tito (79-81), que tuvo un corto reinado. Domiciano, hermano y sucesor de Tito, fue el último representante de la dinastía Flavia, el cual sufrió una muerte violenta a causa de su tiranía. Para restaurar el orden fue elegido el anciano Nerva (96-98) con quien concluye este siglo lleno de claroscuros.

5.4. La Escultura Bajo las Dinastías Julio-Claudia y Flavia

Frente al dominio constante de la propaganda política que teñía todas las realizaciones de Augusto, ahora este se diluye y se desarrolla un medio más libre, con ciertos matices. En los ambientes familiares tiene incluso cabida un renacimiento del tradicionalismo etrusco-itálico. Por otra parte se observa el progresivo abandono del estilo clasicista, y la vuelta, a tradiciones helenísticas más directas, retóricas y sentimentales. Es posible que este movimiento se iniciase en el campo de las copias y adaptaciones de obras griegas, donde siempre competían las más diversas escuelas donde vemos aparecer artistas capaces de imponer su gusto en la corte. Si Tiberio se mantiene clasicista en sus retratos y relieves, Calígula y Claudio van incorporando claro-oscuros a la retratística imperial siendo dotados los trabajos de un mayor realismo.

Este movimiento cobra impulso decisivo con Nerón que encarga los retratos más diversos, dinámicos, expresivos y recuperando la plasticidad del helenismo. El periodo Flavio no supone, en principio, ningún cambio de orientación. Sólo Vespasiano y Tito aceptarían sin remilgos ser retratados con realismo brutal. Pero lo que predomina siempre, y desde luego bajo el reinado de Domiciano, será la estética helenística llena de movimiento.

6. La Era de los Antoninos y de los Severos

El anciano Nerva a su muerte, creó un sistema sucesorio: la adopción por el emperador de quien según su criterio pudiera ser más digno de sustituirle. Y supo elegir a un destacado general Trajano (98-117) con quien alcanzaría el imperio su máxima extensión. Con él da comienzo el siglo de los Antoninos, el más brillante de todo el periodo imperial.

Tras su bélico reinado, se instaura, más que nunca la Pax Romana. Adriano sofoca la última sublevación de los judíos, y se dedica a viajar por las provincias. Su sucesor es Antonino Pio, de tranquilo y feliz reinado, a su muerte suben al trono Lucio Vero y Marco Aurelio con quienes comienzan los problemas fronterizos. A su muerte nombra sucesor a su hijo Cómodo un joven déspota que es asesinado. Tras meses de guerras por el poder logra asentarse en el trono, Septimio Severo, con él se inicia la dinastía Severa, que tendrá como efímeros representantes a Caracalla, Heliogábalo y Severo Alejandro con quien comienza a desdibujarse el poder del estado.

Los relieves oficiales, poco numerosos, participan en la tendencia más fría y clasicista. En cuanto a los retratos, existen, aunque sean escasos, los que siguen las tendencias rígidas y secas que impuso Trajano en su fría vuelta a los ideales augusteos, pero pronto se imponen caracteres mucho más helenísticos.

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