La Escuela y la Ciudad Educadora: Pilares de la Sociedad del Conocimiento y la Convivencia
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La Escuela: Motor de Integración Social y Construcción Nacional
La función principal de la institución escolar es integrarnos en la sociedad. Por sociedad entendemos el conjunto humano con el cual hemos de interactuar a medida que nos incorporamos a la vida adulta. Es un conjunto más amplio que la familia y más reducido que la humanidad. Hasta la revolución agrícola, las únicas estructuras eran grupos familiares tan amplios como fuera posible para ser una unidad suficiente de producción y reproducción. Cuando una colectividad humana más amplia que la familia tiene que coexistir, convivir y cooperar de manera regular y sistemática, no basta con la socialización familiar.
La escuela y la construcción nacional: Toda colectividad necesita algún tipo de educación institucionalizada de manera específica. Donde haya algo que se asemeje a una ciudad, habrá algo parecido a una escuela.
La ciudad entraña la convivencia y la cooperación; las primeras escuelas no especializadas surgen en las ciudades. La ciudad posee las condiciones de posibilidad de la escuela, al igual que un conjunto de relaciones sociales complejas. Hubo un cambio importante: se aglomeró y unificó a una amplia población sobre un amplio territorio que hasta entonces vivía dividida y aislada, bajo unas instituciones comunes y una cultura única.
Las principales características de una nación son la libre movilidad dentro de un territorio, instrumentos de comunicación comunes, cierto sentimiento de identidad o pertenencia común, y la aceptación de obligaciones y derechos recíprocos.
El mercado requiere la homogenización de los pesos y medidas a lo ancho de todo el territorio, un nivel de conocimiento para que el comprador sepa lo que compra, calcular precios y cantidades, leyes para comprender contratos, y un cierto nivel de confianza.
La movilidad territorial requiere la libertad individual de desplazamiento, el asentamiento en el lugar de destino, el conocimiento de los derechos y deberes, y la mera información geográfica y económica para facilitar la decisión de partir y, por tanto, una distribución más eficaz y eficiente de la población.
La unificación lingüística permite una relación más intensa y de mayor alcance entre los individuos. Además de ser un sentimiento de pertenencia, es un requisito para la movilidad de los productos (mercado), las ideas (cultura) y las personas.
La convivencia con el otro requiere reconocerlo como igual a uno mismo y como parte de una misma comunidad. Todo el contenido de la educación (lengua, literatura, historia...) ha contribuido en mayor o menor medida a la convivencia.
Las instituciones educativas han dejado de servir únicamente a la causa nacional.
De la Comunidad Nacional a la Humana
Se trata de generar un sentimiento de comunidad moral y de pilares ideológicos. La política va con retraso respecto a la economía, y la moral, detrás de la cultura. Pero ahí es donde se sitúan la necesidad y las posibilidades de la educación. La educación no será la solución, pero sí parte de ella.
Globalización y educación están relacionadas. La globalización económica impone por sí misma cambios en el contenido de la educación, desde la incorporación de lenguas extranjeras hasta la universalización de la formación superior más avanzada.
El nuevo papel en la formación ciudadana: apertura de la comunidad hacia afuera y diversificación hacia dentro.
Significa llevar y elevar la idea de humanidad de mero concepto a categoría moral, enseñar y aprender a considerar la humanidad en su conjunto como la comunidad moral en que la persona se desenvuelve, lo que constituye una condición necesaria, aunque no suficiente, para hacer de ella también una comunidad política, es decir, una comunidad que se autoorganiza conjunta y conscientemente, no como mero resultado accidental de las decisiones inconexas de las naciones que hoy la componen.
Construyendo Ciudades Educadoras: Diversidad, Convivencia y Participación
B) Atención a las Diversidades
Deben ser ciudades acogedoras para los diversos colectivos. Arbitrar mecanismos de acogida y mediación escolar y social para inmigrantes, con ayudas y medidas positivas para los sectores más desfavorecidos, de las que también se beneficie la población autóctona, con medidas preventivas contra las acciones de xenofobia y racismo, y fomentar la convivencia y la interculturalidad. Ciudades acogedoras para las personas con discapacidades. Conciliar la vida laboral y familiar. Espacios propios y comunes para la infancia, la juventud y la tercera edad.
C) Educación para una Ciudadanía Libre y Responsable
La ciudad es un excelente laboratorio de experimentación para la práctica de la ciudadanía democrática y del respeto a los Derechos Humanos y de la infancia. Deben trabajarse las normas y planes de convivencia cívica, derechos y deberes de la ciudadanía, educación en valores, igualdad, diferencia sexual, paz, interculturalidad, medio ambiente...
D) La Convivencia Intergeneracional
Existe un distanciamiento y un miedo al contacto y contagio generacional. Es por eso que es necesario estrechar los vínculos para mejorar la convivencia, para compartir espacios, intercambio... donde se valoren y se aprendan culturas, valores y vivencias de las distintas edades.
El Lugar de la Escuela y la Extraescuela
Hay escuelas que viven a espaldas de las ciudades y al revés también. Pero hay lugares donde se ha logrado que una penetre a la otra. La ciudad es un escenario de aprendizaje: entorno natural, población, transporte, movilidad, ciencia, técnica, trabajo... Las bibliotecas se abren, los autores entran en las aulas a dar charlas, cines y teatros se abren al colegio, campañas de reciclaje, se promueven huertos.
Hay ciudades educadoras que cuentan con la colaboración de instituciones, empresas, asociaciones. La función de la escuela y del profesorado es la de acompañar al alumnado y organizar la observación. Pero todo esto requiere la colaboración de docentes, monitores, familia, centros sociales...
Corresponsabilidad y Participación Democrática
Estos dos conceptos son clave para sacar adelante cualquier propuesta de ciudad educadora.
La representación de la ciudadanía no puede quedar restringida solo a las organizaciones políticas, sino que se tiene que abrir a las personas y grupos informales que no sigan actuando desde la rígida especialización sectorial; tiene que predominar el diálogo interadministrativo. Acortar la brecha entre política y ciudadanía.