Escepticismo de Hume: Crítica al Yo, Dios, Mundo y Causalidad

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Crítica del Concepto de "Yo"

Crítica del concepto de "Yo": La crítica al concepto de Yo y las ideas innatas cartesianas sirve para desarrollar el Escepticismo de Hume. La existencia del Yo como sustancia cognoscente había sido considerada indudable, no solo por Descartes. Parecía que el Yo fuera una intuición conocida de manera inmediata: "Yo pienso, luego existo". Hume critica también el "Yo" como realidad diferente de las impresiones y las ideas. La existencia del Yo como sujeto permanente de los actos psíquicos, Hume la descarta porque la identidad personal sería algo del tipo "identidad de la mente" y es obvio que eso no existe. Hay que entender esta negación del "Yo" de manera coherente. Para Hume, el Yo no tiene la identidad de un sujeto singular e inmutable, sino que está constituido por una relación entre percepciones y cambia cuando las percepciones cambian. Nunca puedo conocer el "Yo" desprovisto de percepciones; por tanto, del Yo no conozco la sustancia, sino el conjunto o haz de percepciones. El Yo está constantemente en transformación. No hay un criterio unitario o único de identidad personal que trascienda el tiempo. La definición de "Yo" en Hume es: "Un haz de impresiones y sensaciones diferentes". Cada ser humano se reconoce a sí mismo cambiando, transformándose a medida que cambian sus opiniones e ideas. Para explicar la conciencia de la propia identidad, Hume tiene que recurrir a la memoria. Gracias a ella, reconocemos la conexión que existe entre las diferentes impresiones que se suceden. El error consiste en que confundimos sucesión e identidad. Hume se dio cuenta de que esta respuesta no era del todo satisfactoria, pero es una consecuencia necesaria de su concepto de verdad, y por ello afirma que hay una actitud escéptica y de tolerancia.

Crítica al Concepto de "Dios"

Crítica al concepto de "Dios": Hume niega que Dios pueda ser considerado causa del mundo porque el concepto de "causa" para él no tiene sentido. Solo son legítimas las ideas que provienen de impresiones. No tenemos ninguna impresión sobre Dios, y responder a la pregunta de si Dios existe es imposible, porque las impresiones constituyen el límite del conocimiento. Tenemos impresiones, pero no sabemos de dónde provienen. El simple hecho de saber que las tenemos nos basta para vivir, sin necesidad de una idea que podría ser una ficción interesada. Hay buenas razones para suponer que Hume era ateo, pero es obvio que la idea de Dios no sirve para justificar el origen de nuestras impresiones.

Crítica al Concepto de "Mundo Externo"

Crítica al concepto de "mundo externo": Tenemos conocimiento del mundo externo porque la realidad extramental es la causa de nuestras impresiones. Hume no acepta la idea de causa porque podemos pasar de una impresión a otra impresión, pero no podemos ir desde las impresiones a una supuesta causa u origen de las impresiones. No sabemos, ni podemos saber, de dónde han salido las impresiones; por lo tanto, no podemos decir si realmente hay una realidad diferente a nuestras impresiones e ideas. Los principios de la teoría del conocimiento de Hume llevan necesariamente al fenomenismo y al escepticismo. Hume cree que las impresiones son el punto de partida absoluto del conocimiento. Más allá de las impresiones no se puede ir. No es legítimo ir más allá del fenómeno, entendiendo la palabra fenómeno en su sentido etimológico griego de Fainomenon: "Lo que aparece", "Lo que se muestra". El fenomenismo lleva aparejado el escepticismo. No podemos estar nunca absolutamente seguros de nuestras impresiones, ya que lo contrario de una cuestión de hechos siempre es posible. No hay principios indudables, sino creencias. La creencia es un sentimiento provocado por la conjunción de una serie de hechos que estamos acostumbrados a ver uno tras otro. La imaginación adelanta acontecimientos. No prueba que la experiencia de mañana confirmará la experiencia de hoy. El principio de causalidad queda reducido a una sucesión de impresiones. A partir de ahora, sin embargo, aparece un problema: si la ciencia no puede usar el concepto de "causalidad" y, además, el método inductivo resulta inválido, entonces la ciencia parece quedar desautorizada para formular leyes necesarias y universales. La idea de una ciencia solo escéptica es ingenua; la ciencia tiene tanto de crítica como de construcción, y olvidar que su validación es funcional puede provocar graves dificultades conceptuales.

Crítica del Concepto de Sustancia

Crítica del concepto de sustancia: Hume se mantiene siempre fiel a su criterio de verdad: la copia. Afirma que nuestra certeza en el conocimiento de los hechos proviene de una creencia. El mecanismo psicológico del hábito y la costumbre es el único que nos permite responder a la pregunta sobre la causalidad y es también la clave que nos permite analizar el concepto de sustancia. Hume afirma que podemos pasar de una impresión sensible a otra, pero que nunca podemos pasar de una impresión a algo de lo que nunca hemos tenido impresión o experiencia. Si la inteligencia puede llegar a creer que hay sustancia, es simplemente por errores en las asociaciones de ideas. Descartes y los racionalistas habían defendido, además, que en las ideas innatas y la sustancia pensante están las causas de las cosas. Hume critica también la idea de sustancia para expresar que solo podemos fiarnos de los sentidos, a pesar de que esto nos lleve a una actitud escéptica. Como en el caso de la causalidad, lo que nos hace creer en sustancias es el hecho de que hay mecanismos psicológicos que nos llevan a apreciar constancias en las cosas, pero eso no implica una necesidad lógica.

Crítica a la Teoría de la Causalidad

Una crítica a la teoría de la causalidad en Hume: Hume toma por causalidad cualquier relación legiforme entre dos hechos, pero esto debe matizarse. No tienen el mismo valor una causalidad funcional o estadística que una causalidad lógica. Hume piensa la causalidad como si siempre sucediera entre objetos o acontecimientos, cuando en realidad el tema es más complejo. Hume tampoco hace diferencia entre la causalidad "en los medios" y la causalidad "como finalidad", que tampoco habían abordado los escolásticos. En realidad, Hume acabó reduciendo la causalidad a "contigüidad" y, por eso mismo, trivializa el problema lógico.

Emotivismo como Propuesta Moral

Emotivismo como propuesta moral: La teoría ética de Hume se suele resumir con una palabra: emotivismo.

Emotivismo

  • Teoría según la cual las ideas éticas y morales provienen de la emoción o sentimiento, y no tienen una justificación racional.
  • Se puede definir también el emotivismo como la teoría contraria al intelectualismo moral.
  • Para un emotivista, la moral no se basa en la razón, sino en los sentimientos o en la "pasión".
  • Como liberal, considera que la importancia de la ética está en que puede permitir fundamentar la tolerancia en las relaciones humanas, pero no en su valor lógico.

Según Hume, hay dos tipos de propuestas: las relaciones de ideas y las materias de hecho que dependen de la experiencia. Un juicio moral no puede ser cuestiones de hechos ni relaciones de ideas.

Hume quiere fundamentar una ética de la misma manera que Newton, el intelectual más prestigioso del momento, había fundamentado la física. El valor moral de un acto dependerá del sentimiento que provoca en el sujeto. Hay hechos, acciones o individuos que nos atraen porque los encontramos simpáticos, y eso es lo que llamamos "bueno". Esta "simpatía" tiene un elemento psicológico y casi instintivo.

La ética no tiene "valor de verdad" ni tiene nada que ver con inferencias lógicas. Esto explica que para Hume sea inatacable la famosa frase "no es contradictorio a la razón preferir la destrucción del mundo antes que un rasguño en mi dedo". La ética no es un puro azar porque podemos utilizar el método experimental a la hora de evaluar nuestras acciones. El emotivismo humeano es una teoría relativista con una fuerte mezcla de elementos analíticos y psicológicos, pero incluye una evaluación realista de las consecuencias de nuestros actos que la acerca al utilitarismo.

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