Eros y Psique de Gérard y las Señoritas de Avignon de Picasso: Dos Visiones del Arte
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Eros y Psique de François Gérard: La Belleza Neoclásica
En la obra de François Gérard, como en la de otros pintores románticos de la primera generación, se observa cómo la elocución patética de David se halla sumamente amainada. La magia hedonista y el componente sentimental y abstracto cobran mayor importancia en sus formas. Es el David blando, el de los temas amatorios, el que rebrota en muchos de sus discípulos, aunque extremándose en estilos amanerados y sentimentales que carecen de la gracia erótica de las niñas tontas. La iluminación mórbida y la idealización formal del sentimiento contribuyen a esa tarea que denominamos, porque no hay un verbo más figurativo, abstraer.
En Eros y Psique (1797) se manifiesta el encanto de las líneas delicadas, los formulismos manieristas, el preciosismo complaciente y la interpretación dulce y pulida del mito. Esta tendencia a un dramatismo atenuado, pero con gran énfasis sentimental, y que no omite los encantos de un erotismo sofisticado, la comparten bastantes autores que tienen como modelo a Correggio, una referencia común entre estos discípulos de David. Correggio puede considerarse, junto a Rafael, el autor más reverenciado por la literatura artística de la época dentro y fuera de Francia.
Detalles de la obra Eros y Psique
- Autor: François Gérard
- Año: 1797
- Museo: Museo Nacional del Louvre
- Estilo: Neoclasicismo francés
- Técnica: Óleo sobre lienzo
Las Señoritas de Avignon de Picasso: La Revolución Cubista
En origen, la composición de Las Señoritas de Avignon está relacionada con las últimas Bañistas de Cézanne y con obras de él derivadas, como Alegría de vivir y Lujo, calma y voluptuosidad de Matisse, a la que trata de oponerse conceptualmente. Sin embargo, está influida directamente por la estética antiacadémica de la escultura arcaica griega, egipcia, ibérica y negroafricana. Durante seis meses, Picasso estuvo haciendo dibujos previos, cada vez más simplificados, eliminando lo anecdótico para quedarse únicamente con el espacio y las figuras. Después lo transformó con violencia y, al fin, lo dejó inacabado. Pero, de todas formas, con él revolucionó el modo de concebir la pintura, aunque de momento no fuera entendido.
Inspiración y Evolución de la Obra
Al parecer, la obra fue concebida como una sátira erótico-alegórica-literaria de las obras en boga relacionadas con la Arcadia. Se trataba de cinco mujeres y dos hombres en la habitación de un prostíbulo, en torno a una mesa con frutas, flores, cortinas, etc. En principio, la figura central sentada era un marinero, y la que entraba por la izquierda, un estudiante que llevaba una calavera. Placeres de la carne y de los sentidos enfrentados a la muerte, que configuraban una vanitas a la manera barroca, para reforzar la ironía antiacadémica. En las simplificaciones desaparecieron los hombres y las flores, quedando las mujeres en un espacio poco profundo, como en un bajorrelieve.
Del lienzo original pintado en la primavera de 1907 solo quedan los desnudos centrales que miran al espectador. Es patente la norma del antiguo Egipto en la figura de la izquierda, mientras que el arte ibérico influye en el modelado de las cabezas, algunas de las cuales fueron violentadas en el otoño, tras el contacto de Picasso con las esculturas africanas. Matisse, Derain y Vlaminck ya se habían interesado por ellas, y parece que fue Matisse quien indicó a Picasso que podían encontrarse en una tienda de la calle Rennes.
La Influencia del Arte Africano y la Ruptura con la Tradición
El gran valor del arte africano era que integraba figura y espacio en un mismo término. El espacio no es ya un contenedor estático de figuras, sino que puede ser sujeto de deformaciones, exactamente igual que ellas; o sea, se convierte en forma dinámica. La figura, gracias a la multiplicidad de planos, puede verse de frente, de perfil y de espaldas a un tiempo, como la mujer en cuclillas de la derecha, con lo que se rompe el sentido del volumen y la perspectiva tradicional.
En efecto, desde el Neoclasicismo los artistas estaban revisando el concepto de espacio pictórico renacentista, creado a base de un espectador fijo que tiene ante sí un cubo de espacio, en el que las figuras se disponen empequeñecidas según se alejan del primer plano. Los neoclásicos dispusieron las figuras a manera de friso en relieve; después los realistas, impresionistas y postimpresionistas habían ido controlando la profundidad por diversos medios, acercándose a la realidad bidimensional del cuadro; Gauguin, Cézanne y los fauves lo comprendieron plenamente. Pero, no obstante, la deformación de la figura y el espacio en estos pintores había sido mínima.
Picasso descubrirá que la figura puede cortarse en planos, descomponerse, analizarse y que, por eso, la pintura no deja de ser un cuadro. Cuando mostró Las Señoritas de Avignon a sus amigos, quedaron extrañados, con excepción del marchante Daniel Henri Kahnweiler. Permaneció arrinconado en el Bateau-Lavoir hasta que en 1920, sin haberlo visto siquiera, lo compró el coleccionista Jacques Doucet. En 1925 fue publicado por los surrealistas y en 1937 se expuso por vez primera.
El Título y la Anécdota
Parece que el título original fue El burdel filosófico, puesto por Apollinaire y Salmon. Luego fue Salmon quien lo llamó, al parecer, Carrer d'Avinyó, una calle de Barcelona donde había vivido Picasso, en la que había prostíbulos. Se hacían bromas con el cuadro acerca de que la abuela de Max Jacob era de Avignon y de que Fernanda Olivier, la amante de Picasso, y Marie Laurencin, la de Apollinaire, estaban allí representadas.