Entendiendo la Diversidad: Desigualdad, Aporofobia, Racismo y Otras Formas de Discriminación
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Nuestra vida no es solo nuestra ni depende solo de nosotros, sino que está rodeada y se desarrolla en medio de una serie de circunstancias que no hemos elegido, que nos han tocado en suerte: hemos nacido varones o mujeres, con unas capacidades físicas e intelectuales, dentro de una familia concreta y miembros de un país y de una cultura que nos han transmitido un idioma y unas costumbres. Tenemos, pues, la mayoría de nosotros algunos rasgos que nos asemejan, pero ninguno de nosotros es igual a otro: todos somos diferentes. Sin embargo, diferencia no tiene por qué identificarse con desigualdad. Si nos comunicamos con los demás y aprendemos de ellos aquello que nos falta, aprovechando nuestras diferencias para complementarnos, entonces llegaremos a un enriquecimiento mutuo muy positivo para todos. Pero si tomamos estas diferencias como excusa para distribuir de forma desigual los bienes sociales, llegando a privar a algunas personas por su discapacidad, sexo, apariencia física, entonces estamos desaprovechando las diferencias y siendo radicalmente injustos.
Aporofobia: El Rechazo al Pobre
La aporofobia, rechazo al pobre, es una palabra tomada del griego, áporos, que significa sin camino, sin salida, sin medios, desamparado, pobre y fobos, que significa miedo, temor, aversión. Así pues, aporofobia es miedo o aversión al pobre. La discriminación básica que se da en nuestra sociedad es la económica: no marginamos al inmigrante si es rico, ni al negro que es un famoso deportista, ni al anciano que tiene dinero. Casi siempre marginamos a los pobres.
En los estudios de economía se suele considerar pobres a los individuos cuyos ingresos son inferiores a la mitad del ingreso medio neto por habitante del país.
La pobreza hoy, en países como el nuestro, afecta sobre todo a varones y mujeres parados, a los trabajadores eventuales, a los jóvenes que buscan su primer empleo y han de contentarse con los llamados contratos-basura, a los ancianos sin pensión o con baja, a los trabajadores incapacitados o discapacitados.
Racismo: La Falsa Superioridad Racial
La discriminación por la raza se basa en una pretendida superioridad de la raza blanca. El racismo hunde sus raíces históricas en los antiguos griegos y romanos, pero el auge del racismo moderno tiene su origen a mediados del siglo XIX, cuando los partidarios de la teoría fijista afirmaron que existían diferencias raciales que indicaban una clara superioridad del hombre blanco, así como que las razas inferiores no son mejorables y que la mezcla de razas produce una degeneración de la especie. Estas teorías tuvieron graves consecuencias históricas: genocidio y reclusión en reservas de los indios norteamericanos; refuerzo de la esclavitud de los negros en muchos países; genocidio de judíos y gitanos durante la Segunda Guerra Mundial; régimen de apartheid en muchos países de África y en Estados Unidos durante el siglo XX. Hoy sabemos que ni siquiera es correcto hablar de razas humanas.
Discriminación por Edad: El Valor Descartado
Hasta casi la mitad del siglo XX los ancianos eran considerados depositarios de sabiduría vital y transmisores de valores culturales, así como una ayuda en la educación de los niños. Pero los rápidos cambios económicos y sociales de las últimas décadas han devaluado la experiencia de los mayores por ser improductivos, por requerir cuidados, por ocupar espacios en las pequeñas viviendas urbanas, y porque se los juzga disminuidos en sus facultades, convirtiéndose en una carga para sus descendientes. Por otra parte, existe una sutil discriminación hacia los niños y los jóvenes, pues también son considerados no productivos. Los niños necesitan atenciones, tiempo y esfuerzo, y los jóvenes se ven como una fuente de conflictos.
Sexismo y Heterosexismo: La Lucha por la Igualdad
El sexismo se manifiesta de dos formas: el sexismo, que se apoya en una pretendida superioridad del varón sobre la mujer; el heterosexismo que podemos definir como una pretendida superioridad de los heterosexuales sobre los homosexuales. La homosexualidad no es una enfermedad, sino una orientación sexual distinta de la mayoritaria. La homosexualidad fue práctica habitual en Grecia y Roma y comenzó a ser condenada con la expansión del cristianismo, hasta nuestros días. La discriminación hacia los homosexuales es más violenta en el caso de los varones, porque supuestamente se nota más.
Discriminación por el Aspecto Físico: La Presión de la Imagen
La discriminación por el aspecto físico es una forma de injusticia y presión social que incide especialmente en los adolescentes y jóvenes. Los bajitos, los muy altos, los gordos, los no agraciados físicamente padecen los efectos de una mentalidad social que los minusvalora frente a los considerados normales. También se relaciona con esta cuestión la bulimia y la anorexia, trastornos de la conducta alimenticia que se extienden alarmantemente, sobre todo entre las mujeres jóvenes, y que en el fondo son fruto de una creencia errónea que identifica determinada apariencia física con la aceptación social.